¿Los animales pueden ser poseídos o afectados por el demonio?

Algunos videos muestran a mascotas con singulares reacciones tras ser rociadas con agua bendita. ¿A qué se debe? En exorcista lo explica.
Perro reacciona cuando el sacerdote le echa agua bendita / Foto: Especial
Bendición de animales / Fotos: Especial

En los últimos meses se han hecho virales varios videos donde algunas mascotas muestran singulares reacciones cuando el sacerdote los rocía con agua bendita. Ante ello, algunas personas se preguntan si, al igual que los seres humanos, los animales pueden ser poseídos o afectados por el demonio. Veamos este asunto detenidamente.

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Todo ha sido creado para el hombre

San Ignacio de Loyola, en el número 23 de sus ejercicios espirituales, sentencia contundentemente: “El hombre ha sido creado para hacer reverencia, alabar y servir a Dios nuestro Señor, y mediante esto salvar su alma y las otras cosas sobre la faz de la tierra son creadas para el hombre y para que le ayuden a conseguir el fin para el que es creado”.

El Catecismo de la Iglesia Católica, en el número 1, retomando la idea de la Constitución Dogmática sobre la Iglesia Lumen Gentium en el número 2, retoma esta enseñanza fundamental.  Que no quede duda alguna, Dios nos creó por amor y para el amor, y todo cuanto existe, lo que conocemos y lo que no conocemos, lo que sabemos y lo que estamos por saber, todo ha sido creado para que nos ayude al fin para el que fuimos creados.

En este sentido, todo el universo material, desde lo más grande e imponente hasta lo más diminuto y microscópico, tiene su lugar y su importancia en el universo material cuya corona es el ser humano.

El libro del Génesis, en sus primeros versículos, no enseña que Dios vio lo que había creado y lo vio bueno, porque lo hizo bueno, porque lo creó todo desde su ser con amor, así podemos entender que el séptimo día, el sábado, Dios descansó, lo cual no quiere decir que se acostó a dormir luego de un arduo trabajo, sino que se puso a contemplar, a gozar toda su creación puesto que Dios ama todo lo que hizo, pues lo hizo con amor, de manera que se goza en sus creaturas y en ellas redunda su gloria.

Dicho esto, no podemos olvidar que la razón de toda la creación es el amor y que, el ser creado por Dios y puesto en el mundo material como su corona, que es el hombre, alcanza su plenitud en la medida en que ama y, amando, utiliza toda la creación.

Esta lógica del amor excluye toda explotación irracional de la naturaleza, el abuso de los seres creados, pero tampoco con esto se entiende el moderno ecologismo que, desnaturalizando a la misma creación, pretende poner todo a la misma altura de la dignidad humana.

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Los animales son medios para la santidad del hombre

De entre todos los seres creados, los animales gozan de preponderancia, pues ellos en particular sirven al hombre de muy diversas maneras: lo alimentan, lo visten, lo ayudan a trabajar, lo acompañan, etcétera, siempre sin perder de vista que son medios para que ayuden al hombre a alcanzar el fin para el que fue creado.

Todo el uso que damos a los animales, como el alimentarnos de ellos, vestirnos de ellos, utilizarlos como ayuda en el trabajo o tenerlos como compañía, tienen como fin último la santidad del ser humano: serán santas las relaciones del ser humano con el animal en la medida en que estas relaciones ayuden al hombre en su respuesta de santidad.

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¿El demonio puede poseer a los animales?

En este mismo tenor se debe considerar la cuestión de la acción extraordinaria del Demonio.  Es un principio básico que la acción extraordinaria del Demonio, es decir, las posesiones diabólicas, se dan con el permiso de Dios, o sea, el Demonio no puede hacerlas si Dios no se las permite (porque el Demonio es una creatura) y que si Dios permite esta acción extraordinaria es siempre en razón de ese fin del que hemos hablado desde el principio: la salvación de la persona.

Con las premisas ya expuestas podemos hablar de que si los animalitos pueden ser poseídos o afectados por el demonio.  Sobre esto podemos afirmar seis cosas:

1. Las posesiones diabólicas se dan sólo en los seres humanos, puesto que, como ya dijimos, se dan en orden a su salvación. Un animalito no necesita ser salvado, por lo tanto, una acción extraordinaria del demonio sobre él -en cuanto animal- es absurda.

2. Lo que sí puede hacer el Demonio -siempre con el permiso de Dios- es usar a los animalitos y, en cierto sentido, poseerlos, aunque la expresión propia no es “posesión” sino “infestación”.

3. Conviene recordar que la posesión diabólica no hay que entenderla en sentido material, es decir, no se trata de un “algo” que entra en otro “algo”, como si se tratara del intercambio de una cosa entre contenedores.  Es común escuchar a la gente que se pregunta sobre lo que pasa cuando un demonio deja de poseer a una persona: ¿a dónde se va?, y se piensa erróneamente que el demonio anda buscando donde meterse y se mete o en otra persona o en un animal.  Esto es un error. No es momento ahora de profundizar en todo esto, por ahora sólo quedémonos con esta enseñanza.

4. Como ya decía, lo que sí permite Dios al Demonio es usar algún animalito para manifestarse o a un poseso a una persona no poseída pero que sufre algún tipo de obsesión demoniaca, siempre con el fin que hemos enunciado desde el principio: la salvación del ser humano poseído o la obsesión de una persona en camino de santidad.

Fuera de esto, pensar que un animalito está poseído y anda haciendo acciones demoniacas así porque sí, es absurdo e inútil. Dios ama a todas sus creaturas, y tiene especial cuidado de las inocentes e inofensivas como son los animales, de manera que una posesión diabólica sobre un animal es inútil y sin sentido. ¿Cómo se justifica entonces? Si ya dijimos que todo lo que ha sido creado sirve para la salvación del hombre y, en este sentido, la acción extraordinaria del hombre tiene este fin, luego entonces se deduce que si Dios permite al Demonio usar a los animales es en razón de la salvación del alma que sufre la obsesión demoniaca a través del animalito.

5.  Esto nos permite afirmar que todo animal es bendito y sagrado, tiene su lugar y su función en la creación y debe ser usado racionalmente.  Aunque algunos animales nos parezcan feos y desagradables, y otros sean hasta peligrosos para la raza humana, esto no significa que sean demoniacos o algo similar.  Y si alguna persona por sus creencias huecas y absurdas, usa a un animal para brujerías o para hacer el mal, el animalito en sí mismo no se vuelve “impuro” o ”malo” o algo similar, puesto que no eligió hacer el supuesto mal que se pretende, este animalito es más bien víctima de la maldad humana y Dios castigará este pecado cometido contra su creación.

6. La mitología, la fantasía y otras muy variadas formas de expresión humana han utilizado animales para significar cosas buenas y malas: una paloma representa la paz, por ejemplo, o una serpiente representa la astucia con que el Demonio engaña a nuestros primeros padres en el paraíso, pero ni una paloma es la paz y ninguna serpiente es el demonio, por lo tanto, no hay animal -ninguno- que sea por su naturaleza instrumento de Satán.

La fantasía ha relacionado a los murciélagos con una figura fantástica como es el “Vampiro”, y aunque si bien existen murciélagos que se alimentan de sangre, eso no es sinónimo de que sean malos en sí mismos.  Para quitarse ideas absurdas de la cabeza conviene preguntar a los biólogos la función de estos animalitos en el ecosistema y hasta en la supervivencia misma del hombre.

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¿Qué hacer cuando se sospecha de que un animalito está siendo usado por el Demonio?

Llamar al sacerdote exorcista que es el único que puede valorar si esto es verdad y, en caso de serlo, celebrará el sagrado rito aprobado por la Iglesia para liberar al animal o a las cosas de cualquier acción extraordinaria del Maligno.

Con todo y lo dicho anteriormente, les exhorto a liberarse de paranoias y miedos infundados, pues aunque hemos afirmado la verdad de la utilización de los animalitos por el Demonio, esto ni es frecuente ni mucho menos debemos banalizarlo queriendo atribuir al Demonio cualquier manifestación que nos parezca anormal.  Mejor, demos gloria a Dios por sus creaturas y usémoslas para alcanzar el fin para el que fuimos creados.

El P. José Alberto Medel es asesor del Colegio de Exorcistas de México y especialista en liturgia de la Diócesis de Xochimilco. 

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