Papa: Jesús nos pone ‘en crisis’, dejémonos convertir por sus palabras
Pidamos la gracia de dejarnos provocar por sus "palabras de vida eterna", pidió el Papa Francisco.
El Papa Francisco recordó que seguir las enseñanzas de Jesús y conocerlo nos pone en crisis. “Preocupémonos si no nos pone en crisis, ¡porque quizás hayamos aguado su mensaje!”, aseguró.
El Santo Padre reflexionó sobre la lectura del Evangelio que leemos este domingo (Jn 6, 60-69), donde se nos muestra la reacción de la multitud y de los discípulos al discurso de Jesús después del milagro de los panes.
“Jesús nos ha invitado a interpretar ese signo y a creer en Él, que es el verdadero pan bajado del cielo, el pan de vida; y ha revelado que el pan que Él dará es su carne y su sangre. Estas palabras suenan duras e incomprensibles a los oídos de la gente, tanto que, a partir de ese momento –dice el Evangelio–, muchos discípulos se vuelven atrás, es decir, dejan de seguir al Maestro”.
Jesús entonces dice a los 12 apóstoles: “¿Ustedes también quieren marcharse”, y Pedro, en nombre de todos responde: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios” (Jn 6,68-69).
“Detengámonos brevemente en la actitud de quienes se retiran y deciden no seguir más a Jesús ¿De dónde surge esta incredulidad? ¿Cuál es el motivo de este rechazo?”, preguntó el Papa.
“Las palabras de Jesús suscitan un gran escándalo. Nos está diciendo que Dios ha elegido manifestarse y realizar la salvación en la debilidad de la carne humana. Es el misterio de la encarnación. La encarnación de Dios es lo que causa escándalo y lo que para esas personas, pero a menudo también para nosotros, representa un obstáculo”.
Al afirmar que el verdadero pan de salvación, el que transmite la vida eterna, es su propia carne, está diciendo que “para entrar en comunión con Dios, antes que observar las leyes o cumplir los preceptos religiosos, es necesario vivir una relación real y concreta con Él”.
Por ello, el Santo Padre aseguró que no debemos buscar a Dios en sueños e imágenes de grandeza y poder, sino que debemos reconocerlo en la humanidad de Jesús y, por consiguiente, en la de los hermanos y hermanas que encontramos en el camino de la vida.
“Dios se hizo carne y sangre: se rebajó a ser hombre como nosotros, se humilló hasta asumir nuestros sufrimientos y nuestro pecado, y, por tanto, nos pide que no lo busquemos fuera de la vida y de la historia, sino en la relación con Cristo y con los hermanos. Buscarlo en la vida, en la historia, en nuestra vida cotidiana. Y este, hermanos y hermanas, es el camino para el encuentro con Dios: la relación con Cristo y los hermanos”.
La revelación de Dios en la humanidad de Jesús también puede causar escándalo y no es fácil de aceptar, dijo el Papa Francisco.
“Y este ‘escándalo’ está bien representado por el sacramento de la Eucaristía: ¿qué sentido puede tener, a los ojos del mundo, arrodillarse ante un pedazo de pan? ¿Por qué debemos comer este pan con asiduidad? El mundo se escandaliza”.
En la lectura del Evangelio de hoy vemos ante el prodigioso gesto de Jesús que alimenta a miles de personas con cinco panes y dos peces, todos lo aclaman, pero cuando Él mismo explica que quien quiera seguirlo debe asimilarlo a Él, debe asimilar su humanidad entregada por Dios y por los demás, entonces no gusta.
“Este Jesús nos pone en crisis. Preocupémonos si no nos pone en crisis, ¡porque quizás hayamos aguado su mensaje! Y pidamos la gracia de dejarnos provocar y convertir por sus ‘palabras de vida eterna’.