El Papa Francisco a niños con cáncer: “Son un signo de esperanza”
El Papa Francisco ve en los niños con cáncer un signo de esperanza y les asegura que su dolor los acerca a Jesús, que es su amigo y está con ellos.
En reiteradas ocasiones el Papa Francisco ha dicho que los niños y niñas son un don muy valioso y que su presencia renueva la energía y la vida, además son la alegría de las familias, de la humanidad y de la Iglesia, sin embargo cuando un pequeño padece una enfermedad, en especial como el cáncer la situación se torna complicada.
Sin embargo, existen crueles realidades que trastocan la felicidad y la vitalidad que los niños y niñas nos otorgan todos los días, en especial cuando los pequeños enfrentan graves problemas de salud, como el cáncer que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año cerca de 400 mil niños y adolescentes, entre los 0 y 19 años, lo llegan a padecer.
Consciente de esta realidad y de lo que el cáncer representa para un niño y su familia, el Papa Francisco recibió con una gran sonrisa a un grupo de niños con cáncer pacientes de la Clínica de Oncología y Hematología Pediátrica de Wroclaw, Polonia, a los que calificó de valientes, y con quienes convivió por unos momentos y se tomó fotografías.
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“Ustedes son un signo de esperanza”: Papa Francisco
Reunidos en la Sala Clementina, el Santo Padre se dirigió a los niños y adolescentes con cáncer, así como a quienes los acompañaban, médicos, enfermeros, un sacerdote y sus padres, para darles la bienvenida y manifestar su alegría por realizar su peregrinación al Vaticano en este Año jubilar, centrado en la esperanza, y en el que “Dios quiere concedernos gracias especiales”.
“Cuando llegué a encontrarme con ustedes, sentí una alegría en mi corazón de que tenemos la oportunidad de darnos esperanza y amor el uno al otro. Y también hay otra razón: vosotros, queridos niños y jóvenes, sois para mí signos de esperanza. ¿Y por qué? Porque estoy seguro de que Jesús está presente en ti. ¡Y donde él está, hay una esperanza que no defrauda!”, aseguró el Papa Francisco.
Nuestro dolor nos une a Jesús
Según la OMS, los tipos de cáncer infantil más comunes que existen son las leucemias, los cánceres cerebrales, los linfomas y tumores sólidos como el neuroblastoma y los tumores de Wilms, los cuales generan dolor y sufrimiento en los menores en las diferentes etapas del padecimiento y del tratamiento.
En este tenor, el Papa Francisco les recordó a los pequeños y jóvenes que “Jesús tomó sobre sí nuestros sufrimientos, por amor, y entonces también nosotros, a través de su amor, podemos unirnos a él cuando sufrimos. Y esta es una prueba de amistad. Ya sabes: cuando uno es verdaderamente un amigo, la alegría del otro es también mi alegría, y el dolor del otro es también mi dolor”.
De la misma manera, les dijo que otra prueba de la amistad de Jesús con ellos “es el amor y la presencia constante de tus padres, es la sonrisa dulce y tierna de los médicos, enfermeras, fisioterapeutas, que te cuidan y trabajan para mejorar tu salud, para que no pierdas tus sueños y tus esperanzas”.
Ofrezcan sus sufrimientos por las intenciones del Papa
Ante la mirada sorprendida de los pequeños y jóvenes que lo miraban, el Papa Francisco les indicó que ellos son amigos de Jesús ya que pueden compartir con Él sus alegrías y tristezas.
“Yo también os llamo amigos: ¡sois amigos! Y les pido que me ayuden a servir a la Iglesia. ¿Y cómo? Ofreciendo, a veces, vuestras oraciones, vuestros sufrimientos por las intenciones del Papa. ¡Gracias por eso!”, indicó Su Santidad durante la audiencia pública celebrada en el Palacio Apostólico.
Así mismo, el Santo Padre invito a los niños y adolescentes a “rezar conmigo por esos niños, ¡desafortunadamente hay muchos!, que no tienen la posibilidad de tratarse: están enfermos, o heridos, y no hay medicinas, no hay hospital, no hay médicos ni enfermeras. ¡Recordémoslos, estamos cerca de ellos!”.
Luego de agradecerles su visita y refrendarles que son valientes y testigos de esperanza “para nosotros, los adultos”, los encomendó al Corazón de Jesús a través del Inmaculado Corazón de María: “Os bendigo a todos y os llevo en mis oraciones. Y vosotros también, por favor, no os olvidéis de rezar por mí”.