Los 3 momentos COVID-19 del Papa Francisco
En un nuevo libro, el Papa Francisco narra tres ocasiones en las que sintió la enfermedad y el aislamiento que ahora viven quienes padecen COVID-19.
En su libro “Volvemos a soñar” que estará a la venta en Italia a partir de diciembre de 2020, el Papa Francisco narra 3 momentos de su vida en las que vivió lo que él llama “situaciones COVID”.
Este lunes, la agencia Vatican News publicó un fragmento del texto, escrito por el Pontífice con el periodista Austen Ivereigh.
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La enfermedad
La primera “situación COVID-19” del Santo Padre, fue una severa enfermedad que sufrió en el seminario diocesano de Buenos Aires. “Recuerdo que un día le pedí a mi madre, abrazándola, que me dijera si iba a morir”.
“El 13 de agosto de 1957. Fue un prefecto quien me llevó al hospital, al darse cuenta de que no tenía el tipo de gripe que se trata con aspirina. Primero me sacaron un litro y medio de agua del pulmón, luego estuve luchando entre la vida y la muerte. En noviembre, me operaron para quitarme el lóbulo superior derecho del pulmón.
“Sé por experiencia cómo se sienten los pacientes con coronavirus cuando luchan por respirar en un respirador”.
En el texto, el Papa Francisco recuerda especialmente a dos enfermeras, Cornelia y Micaela, que salvaron su vida y paliaron su dolor durante su período en el hospital, y la visita de una maestra de primaria, que marcó su vida para siempre.
El COVID del exilio
El segundo momento COVID que recuerda el santo padre en su libro, fue su etapa en Alemania, a donde viajó para aprender el idioma y hacer algunas investigaciones para su tesis.
“Fue un exilio voluntario, porque fui allí a estudiar el idioma y a buscar el material para concluir mi tesis, pero me sentí como un pez fuera del agua (…) Recuerdo el día que Argentina ganó la Copa del Mundo. No quería ver el partido y sabía que habíamos ganado sólo al día siguiente, leyéndolo en el periódico. Nadie en mi clase de alemán dijo nada al respecto, pero cuando una chica japonesa escribió “Viva Argentina” en la pizarra, los demás se rieron. La profesora entró, dijo que lo borrara y cerró el tema”.
“Era la soledad de una victoria en solitario, porque no había nadie que la compartiera; la soledad de no pertenecer, lo que te hace un extraño. Te sacan de donde estás y te ponen en un lugar que no conoces, y mientras aprendes lo que realmente importa en el lugar que dejaste”.
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El silencio de Córdoba
El tercer ‘momento COVID’ del Santo Padre, fue su estancia en la ciudad de Córdoba entre 1990 y 1992, a donde fue enviado por los nuevos superiores de los Jesuitas en Argentina, después de haber sido Provincial y rector del Colegio Máximo.
“Ese fue mi tercer Covid cuando me enviaron a Córdoba de 1990 a 1992. La raíz de este período fue mi forma de mandar, de dar órdenes, primero como provincial y luego como rector. Ciertamente había hecho algo bueno, pero a veces era muy duro. En Córdoba me hicieron el favor y tenían razón”.
“Un año, diez meses y trece días pasaron en esa residencia jesuita. Celebré la misa, me confesé y ofrecí dirección espiritual, pero nunca salí, excepto cuando tuve que ir a la oficina de correos. Era una especie de cuarentena, de aislamiento, como nos ha pasado a tantos en los últimos meses, y me hizo bien. Me llevó a madurar ideas: escribí y recé mucho”.
Estaba precisamente en Córdoba cuando el Papa Juan Pablo II lo nombró Obispo Auxiliar de Buenos Aires.
Con información de Vatican News.
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