El Papa Francisco llega a Grecia
En Atenas, el Papa Francisco se reunió con la Jefa de Estado, autoridades civiles y cuerpo diplomático, y por la tarde con la comunidad católica.
Tras la visita a Chipre, la segunda etapa del viaje del Papa Francisco comenzó en Atenas, capital de Grecia, donde el pontífice buscará también confirmar a los católicos en la fe y animarlos como miembros de la Iglesia católica universal.
De acuerdo con el programa de este 35 viaje apostólico, en Atenas, la jornada del Papa incluye una visita de cortesía a la Jefa de Estado, Katerina Sakellaropoulou, y encuentros con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático.
Por la tarde, verá a Ieronymos II, arzobispo ortodoxo de Atenas y de toda Grecia, y se reunirá con obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas y catequistas en la catedral de San Dionisio. Finalmente, se reunirá en privado con sus hermanos jesuitas en la Nunciatura.
Sin Grecia el mundo sería lo que es
La mañana de este sábado, 4 de diciembre, el Papa Francisco ya se ha encontrado con las Autoridades, la Sociedad Civil y el Cuerpo Diplomático griego, a quienes exhortó que “a las seducciones del autoritarismo responda con la democracia; que a la indiferencia individualista oponga el cuidado del otro, del pobre y de la creación, pilares esenciales para un humanismo renovado, que es lo que necesitan nuestros tiempos y nuestra Europa”.
“Les agradezco su compromiso y los exhorto a hacer progresar a este país en la apertura, la inclusión y la justicia. Desde esta ciudad, desde esta cuna de la civilización se elevó —y que siga elevándose siempre— un mensaje orientado hacia lo alto y hacia el otro”, dijo el Papa Francisco en su discurso.
Manifestó también su gratitud por la cálida bienvenida que recibió a su llegada a Atenas, y citando las palabras de san Gregorio Nacianceno dijo que, llegaba como peregrino a estos lugares que sobreabundan de espiritualidad, cultura y civilización, para percibir la misma felicidad que entusiasmó al gran Padre de la Iglesia.
“Una felicidad, por tanto, que no es individual ni está aislada, sino que, naciendo del asombro, tiende al infinito y se abre a la comunidad; una sabia felicidad, que desde estos lugares se ha difundido en todas partes. Sin Atenas y sin Grecia, Europa y el mundo no serían lo que son: serían menos sabios y menos felices“, señaló.
Con información de Vatican News.