3 lecciones de la párabola del hijo pródigo explicadas por el Papa
El Papa Francisco explicó los mensajes sobre Dios que nos deja esta famosa parábola.
En su mensaje previo al rezo del Ángelus, el Papa Francisco reflexionó sobre la parábola del hijo pródigo que encontramos en la lectura del Evangelio de hoy.
Es una parábola que nos lleva a conocer el corazón de Dios, aseguró el Pontífice, nos muestra a un padre alegre porque su hijo vuelve a casa, regresa arrepentido de sus pecados después de haber derrochado la fortuna que el padre le había dado.
Estas son 3 lecciones que nos deja esta parábola, de acuerdo con el Papa Francisco.
Dios perdona siempre
La párabola del hijo pródigo nos muestra que Dios siempre perdona, y lo hace con compasión y ternura.
“Dios perdona siempre, somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón, pero Él perdona siempre”. Por ello, esta parábola nos muestra que Dios se alegra y hace fiesta por cada hijo que vuelve a casa.
“Nosotros somos ese hijo, y conmueve pensar en cuánto nos ama y espera siempre el Padre”, explicó el Papa.
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No vivamos una religión de ‘prohibiciones y deberes’
En la figura del hijo mayor también podemos reflejarnos, explicó el Papa Francisco, y esto nos puede hacer entrar en crisis al preguntarnos: ¿por qué Dios perdona al que se fue si yo he cumplido todos sus preceptos?
El hijo mayor protesta cuando su hermano regresa a casa y dice a su padre: «Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya», sin embargo, por «ese hijo tuyo» ¡incluso celebras una fiesta! (vv. 29-30). “No te entiendo”.
“Puede ser también nuestro problema, nuestro problema entre nosotros y con Dios: perder de vista que es Padre y vivir una religión distante, hecha de prohibiciones y deberes. Y la consecuencia de esta distancia es la rigidez hacia el prójimo, que ya no se ve como hermano”, dijo el Papa Francisco.
Busquemos a quien se ha ido y alegrémonos por el bien de otros
Quien se ha equivocado, a menudo se siente reprendido por su propio corazón, por lo que decirle palabras hirientes no ayuda, es necesario ofrecerle una acogida cálida, que lo aliente, recordó el Pontífice.
“¡Pero padre este ha hecho muchas cosas!”: cálida acogida. Y nosotros, ¿hacemos esto? ¿Buscamos a quien está lejos, deseamos celebrar fiesta con él? ¡Cuánto bien puede hacer un corazón abierto, una escucha verdadera, una sonrisa transparente; celebrar fiesta, no hacer sentir incómodo! El padre podría decir: está bien hijo, vuelve a casa, vuelve a trabajar, vete a tu habitación, prepárate y ¡al trabajo! Y este habría sido un buen perdón. ¡Pero no! ¡Dios no sabe perdonar sin hacer fiesta! Y el padre hace fiesta, por la alegría que tiene porque ha vuelto el hijo”, expresó el Papa.
“Quien tiene un corazón sintonizado con Dios, cuando ve el arrepentimiento de una persona, por graves que hayan sido sus errores, se alegra“, recordó.
¿Y tú sabes alegrarte por los otros?
Aquí puedes ver el mensaje completo del Papa:
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