La pandemia dejó más de 130 mil niños huérfanos en México
La Universidad Pontificia de México presentó el Reporte sobre la familia en México 2022: Retos y transformaciones en clave de esperanza.
Un total de 131,325 niños mexicanos quedaron huérfanos o huérfanos o perdieron a uno de sus cuidadores primarios durante la pandemia de covid-19, de acuerdo con el Reporte sobre la familia en México 2022: Retos y transformaciones en clave de esperanza.
Este estudio fue coordinado por el Centro de Estudios de Familia, Bioética y Sociedad (CEFABIOS) de la Universidad Pontificia de México, a través del Observatorio Nacional de la Familia, y aborda las repercusiones de la pandemia por COVID-19 en las dinámicas familiares en nuestro país.
“Un dato alarmante en estas estadísticas es el número de menores que han perdido a uno o ambos padres, pues más de 130 mil niños han quedado en la orfandad en México a causa de la pandemia”.
“Los números importan porque reflejan la carencia de las condiciones mínimas necesarias para poder llevar una vida digna en nuestro país”, aseguró la maestra Martinique Acha Alemán, integrante de CEFABIOS, durante la presentación de este Reporte.
El informe recuerda que México suma, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, más de cinco millones de casos positivos confirmados, así como 300,000 defunciones por COVID-19.
El doctor Fernando Pliego Carrasco, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y uno de los autores de este Reporte, aunque la familia sigue siendo la institución sociocultural más relevante para la población mexicana, el número de parejas casadas (hombre y mujer) ha disminuido de manera constante durante los últimos 20 años, al pasar de 60.06 por ciento en 2000, a 43.59 en 2020.
Además, el doctor Pliego explicó que en el mismo período, el porcentaje de parejas que viven en unión libre aumentó de 14.2 a 25.9 por ciento; mientras que los matrimonios religiosos se redujeron de 18.3 a 4.9 por ciento.
“En la cultura actual, el joven típico considera que hay un abismo entre los que proponen la Iglesia Católica y las demás comunidades religiosas, y su visión fundamental de la vida sexual, familia, pareja, sexualidad, etcétera, hay un abismo”.
“Este debería ser el centro de nuestra reflexión, ¿por qué está pasando esto? Pero no es para echarse la culpa. Vivimos en un cambio de época, las formas de transmisión de los valores, de las costumbres y de las estructuras de familia ya no operan como antes”.
Por último, Monseñor Alfonso Miranda Guardiola, obispo responsable de la Dimensión de Familia de la Conferencia del Episcopado Mexicano, aseguró que la Iglesia no puede acompañar correctamente a las familias si no existe un diagnóstico preciso de la situación de la familia como institución.
“¿Para qué? Dos palabras: una es esperanza, trabajar con esperanza, teniendo en la familia el baluarte, la columna de la sociedad. Pero, por otra parte, una palabra mágica y maravillosa que el Papa Francisco no se ha cansado de decirnos todos los días, es la misericordia”.
Recordó que el Santo Padre ha pedido atender a las familias heridas con el espíritu del Buen Samaritano.
“Dice el papa, bajo el estilo de Jesús, con acompañamiento, ternura, compasión y misericordia”.