La Arquidiócesis de México tiene nuevos obispos auxiliares
"El episcopado es un servicio, no un honor”, dijo el Cardenal Carlos Aguiar en la Ordenación Episcopal de monseñor Carlos Enrique Samaniego y Salvador González.
La Arquidiócesis de México tiene nuevos obispos auxiliares. Los sacerdotes Carlos Enrique Samaniego y Salvador González recibieron la Ordenación Episcopal este lunes de manos del Arzobispo Primado de México, Carlos Aguiar Retes.
El cardenal Aguiar pidió a sus nuevos obispos auxiliares cuidar y dirigir junto a él la Iglesia que se le ha encomendado, poniendo especial énfasis en los más necesitados: los pobres, los débiles, los que no tienen hogar y los inmigrantes.
“Recuerden que han sido escogidos de entre los hombres y puestos al servicio de ellos en las cosas de Dios. El episcopado es un servicio, no un honor”.
“Tengan siempre ante sus ojos al Buen Pastor, que conoce a sus ovejas y es conocido por ellas, y no dudó en dar su vida por el rebaño. Amen con amor de padre y hermano a quienes Dios pone bajo su cuidado, especialmente a los obispos y diáconos”, explicó.
En su homilía en la Basílica de Guadalupe con la presencia del Nuncio Apostólico, Franco Coppola, el Arzobispo Primado enumeró las tres características que deberán acompañar el ministerio episcopal de los nuevos ordenados: comunión, sinodalidad y colegialidad.
Al finalizar la ceremonia, monseñor Salvador González agradeció a su familia, al presbiterio de la Arquidiócesis de México y a la comunidad de Xochimilco, donde sirvió como párroco los últimos cuatro años. “Queremos ser esos obispos de mirada limpia, de alma transparente, de rostro luminoso”, dijo.
Monseñor Samaniego también agradeció a su familia, y a la Arquidiócesis de Tlalnepantla, donde sirvió durante su ministerio sacerdotal.
“Deseamos ser pastores -como dice el Santo Padre- con olor a oveja, que vayan a las periferias, que transmitan la alegría del Evangelio en medio de un mundo tan caracterizado por la violencia, la delincuencia y el crimen organizado”.
La Misa presidida por el Cardenal Carlos Aguiar es concelebrada por el Nuncio Apostólico, monseñor Franco Coppola, y varios obispos del país.