Crónica del día en que murió el padre Chinchachoma
El 8 de julio de 1999, el padre murió en Bogotá; en México sus hijos recibieron con gran tristeza sus restos.
Aquel 8 de julio de 1999, la muerte del padre Chinchachoma se dio a conocer primero por radio, y posteriormente por televisión y medios impresos. En cuanto se supo que el sacerdote había fallecido en el Aeropuerto de Bogotá a causa de un infarto, antes de tomar el vuelo que lo traería de regreso a México, todos los medios de comunicación, las embajadas y la orden de los padres escolapios, se pusieron en movimiento.
Tras largas gestiones para trasladar sus restos, el sencillo ataúd, de color café claro, fue bajado del avión que llegó a México ya de noche, y del aeropuerto lo llevaron a una agencia funeraria donde acudieron diversas personalidades a rendirle un justo reconocimiento.
Los emotivos homenajes continuaron al día siguiente. En la Catedral de México se celebró una Misa de cuerpo presente presidida por el sacerdote escolapio Adolfo García, hermano de Chinchachoma, y de quien se especuló que tomaría las riendas de la obra pía, pero esa decisión correspondía a los padres escolapios.
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Aquel día, la Catedral, aún apuntalada por una compleja red de tubos a causa de los sismos de 1985, se llenó de niños en situación de calle y de familias enteras que, en algún momento, recibieron la ayuda de Chinchachoma. Las lágrimas eran visibles en muchos de los asistentes que despedían al sacerdote al que muchos de ellos consideraron su verdadero “papá”.
Finalmente, el cuerpo del sacerdote fue llevado a la Capilla de San Jerónimo, en la Candelaria, uno de los barrios más pobres donde el padre Alejandro García realizó su importante labor pastoral.
Su sepelio fue uno de los más concurridos. La gente no cabía en el templo. Una nota del diario La Jornada sobre el sepelio, retoma las palabras que el hermano de Chincha dijo a los presentes: “Chincha murió a la misma hora que Jesús: a las tres de la tarde; el Chincha también murió como Jesús: de un paro; el Chincha significa para nosotros muy claro el camino de Jesús, ahora sepultaremos el cuerpo, pero él quedará para siempre entre nosotros”.
San Jeronimito: la guardiana de sus restos
En la iglesia de San Jerónimo, o San Jeronimito, en el barrio de la Candelaria, muy cerca del Mercado de la Merced, está sepultado el padre Chinchachoma. Cada 8 de julio se celebra una Misa en ocasión de su muerte. Esta capilla abre de martes a sábado de 10:00 a 14:00 horas.