Capellanes COVID: la respuesta de la Iglesia para atender a los enfermos
Estos son algunos ejemplos de sacerdotes que se han ofrecido como voluntarios para atender a los enfermos de la pandemia.
Ataviados con mascarillas, caretas, gafas y trajes de protección personal, decenas de sacerdotes de diversas diócesis del país han dado un paso al frente para atender a los enfermos de coronavirus COVID-19 en sus hogares y en las diversas clínicas y hospitales del país habilitados para combatir la pandemia.
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Los Capellanes COVID-19 fueron nombrados por sus respectivos obispos para atender a los enfermos, pero todos ellos se ofrecieron voluntariamente, son menores de 55 años y no tienen enfermedades que puedan agravar aún más su salud, en caso de contraer el virus.
Aquí te presentamos algunos ejemplos de sacerdotes que, pese al riesgo que implica, han decidido abrazar su vocación y entregarse en cuerpo y alma a los más necesitados en esta pandemia:
Esperanza en los hospitales de Celaya
En esa diócesis guanajuatense, son 12 los sacerdotes que dan atención espiritual a los enfermos en hospitales públicos y privados, entre ellos el Hospital General de Celaya, explicó el padre Saúl Guerrero, coordinador diocesano de Cáritas.
A ellos se sumarán seis sacerdotes más en los próximos días. “Queremos transmitir un mensaje de esperanza a nuestros hermanos. Que se sientan seguros de que Dios no los abandona”, explicó el padre Guerrero.
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Un mensaje de consuelo
Por el tiempo que dure la pandemia en la Ciudad de México, los sacerdotes Andrés Esteban López, Roberto Funes y Adrián Lozano, acuden una vez a la semana al Hospital General de México, para visitar a los enfermos y médicos de las Áreas COVID.
Además, han acudido a visitar enfermos en sus hogares y también en el Hospital Médica Sur, donde los directivos les han permitido ingresar.
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En una de esas visitas, al salir del área COVID, una familiar de un paciente se acercó al padre Andrés Esteban. “Me preguntó si era sacerdote, se puso a llorar y me dijo que su hermano estaba ahí. Me explicó que todas las personas que estaban en ese lugar eran familiares de los enfermos. Les di un mensaje de esperanza, y les dije que tuvieran el consuelo de que sus familiares habían recibido los Sacramentos, la absolución y la indulgencia plenaria”.
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“No somos héroes”
De forma voluntaria, a invitación de su obispo, Ramón Castro, un grupo de ocho presbíteros de la Diócesis de Cuernavaca decidieron convertirse en capellanes COVID-19.
“Respondimos voluntariamente a Dios y a nuestro Obispo, monseñor Ramón Castro Castro, para hacer este servicio en los hospitales. No somos héroes, lo hacemos por amor a Dios, al prójimo y a nuestra vocación. Estamos haciendo lo que nos toca”, señala en entrevista con Desde la fe el padre Edgar Olivera Mavil, párroco de la Resurrección de Jesús, en la colonia Atlacomulco.
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Cercanía de Cristo
En la Arquidiócesis de Guadalajara varios sacerdotes han sido capacitados para llevar auxilio espiritual no sólo a quienes han sido infectados por el virus, sino también a los familiares de los enfermos y al personal de salud que trabaja en la primera línea de batalla contra el COVID-19 en los hospitales.
Uno de ellos es José Luis González Santoscoy, mejor conocido como el “Padre Pollo”, con miles de seguidores en redes sociales, y que ha hecho una pausa en su proyecto digital para atender a los pacientes COVID-19.
Para mí ha sido una muy grata experiencia porque uno se convierte en ese reflejo de amor, misericordia y cercanía de Cristo con los enfermos; también ha sido una experiencia de consuelo para el que está sufriendo, para el que está lejos de su familia, de sus seres queridos”.
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