Arquidiócesis de México: Conoce al nuevo Vicario de Vida Consagrada
El R.P. José María Romero Rodríguez, S.d.P. destaca la importancia de la Vida Consagrada en la Iglesia local.
En el marco de la Solemnidad de Corpus Christi 2021, el arzobispo Carlos Aguiar Retes anunció cambios en la Vicaría para la Vida Consagrada, en la que designó al reverendo padre José María Romero Rodríguez, de la Congregación Misioneros Siervos de los Pobres.
El religioso toma el cargo con entusiasmo, luego de haber servido por más de 13 años en el Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de México, como Vicario Judicial Adjunto.
Los religiosos, las religiosas, aportan sus servicios en muchos sitios, en una parroquia, en un hospital, en la escuela, con mujeres en situación de prostitución, con niños huérfanos, en la catequesis, explicó en entrevista para Desde la fe.
“Son una riqueza para nuestra Arquidiócesis de México. Todos están haciendo el trabajo de hacer ciudad, siguiendo a Jesús”.
El nuevo vicario para la Vida Consagrada explicó sus expectativas, ilusiones y certezas sobre la labor que tendrá en esta Iglesia particular.
Desde la fe: ¿Qué significa para usted su designación al frente de esta Vicaría?
R.P. José María Romero Rodríguez, S.d.P: Quien me conoce más de cerca sabe que hay dos trabajos o apostolados que he desarrollado: el Tribunal Eclesiástico, que es de la oficina de donde salgo, y la Vida Consagrada.
Para mí, servir a la vida consagrada es una ilusión, pues son hermanos y hermanas míos, que hemos profesado los votos; conozco sus rostros, sus nombres y he convivido con ellos. Asumir esta responsabilidad es un gusto, un gozo.
¿Qué indicaciones le ha dado el Cardenal para atender a las comunidades religiosas?
R.P. José María Romero Rodríguez, S.d.P: El cardenal Carlos Aguiar Retes es muy consciente de la gran riqueza que significa la Vida Consagrada para nuestra ciudad, para nuestra Arquidiócesis.
Y como en todas las pastorales, el cardenal llama a la Vida Consagrada a ponerse al servicio de la Arquidiócesis desde un clima de sinodalidad, de cercanía, de diálogo y sobre todo, un clima de unidad.
Estamos en tiempos en los que todos, desde nuestro propio trabajo, desde nuestro propio servicio y desde nuestra propia identidad, debemos caminar juntos. Hacer lo que el cardenal llama sinergia. Los religiosos ya estamos en esa perspectiva porque hay muchos trabajando por donde quiera en la Arquidiócesis.
La vida consagrada es una de las mayores fuerzas que nuestra Arquidiócesis tiene.
¿Considera usted que las congregaciones religiosas tienen una necesidad en particular?
R.P. José María Romero Rodríguez, S.d.P: Yo creo que la Vida Consagrada durante mucho tiempo ha sido una de las grandes aportaciones que Dios nos ha regalado y necesita que nos vayamos haciendo más cercanos.
La Vida Consagrada en todos los lugares, no sólo en la Arquidiócesis, pasa por un momento donde los religiosos y las religiosas, que han dado la vida por el trabajo del Reino de Dios, tienen una cierta edad. En un momento las vocaciones eran muchas, hoy son menos los que quieren optar por la vida consagrada, lo cual tiene mucho que ver con el contexto social en el que vivimos. Nos faltan más vocaciones.
Ciertamente en algunos sectores la edad es un factor que va a en contra; sin embargo, creo que la pasión que los religiosos y religiosas tienen por construir el Reino de Dios es muy grande en esta Arquidiócesis.
En la Vida Consagrada y en todas las vocaciones hace falta más estar en comunión, empezar a trabajar en conjunto, empezar a compartirnos proyectos, servicios que los religiosos ya hacemos aquí. Salir un poquito de lo nuestro para tratar de decir ‘el trabajo no es para mi congregación, es para el Reino, y que cada quien aporte lo que pueda’.
¿Cómo va a ser la transición dentro de la Vicaría?
R.P. José María Romero Rodríguez, S.d.P: Fray David Díaz Corrales, el vicario saliente, me ha compartido el proceso que lleva la Arquidiócesis de México. Él acompañó mucho tiempo esta vicaría, hay un trabajo de mucho tiempo y definitivamente seguiremos en contacto para darle causa y continuidad.
¿Cómo describiría usted su periodo en el Tribunal Eclesiástico?
R.P. José María Romero Rodríguez, S.d.P: En el Tribunal Eclesiástico trabajé del 2008 hasta la fecha, 13 años. Me recibió el padre Beto Pacheco. En este tiempo he podido constatar que las personas que laboran ahí son una riqueza para nuestra Iglesia.
En el Tribunal hay gente muy formada, y una aportación muy grande para nuestra Arquidiócesis es que hay muchas mujeres (notarias, jueces).
Se respira siempre un buen ambiente, todo el que llega aprende por la disposición de compartir.
He recorrido un tiempo de aprender de los padres, de los vicarios judiciales, del padre Pacheco y del padre Andrés, con todos los que trabajan ahí.
Una experiencia muy grande y muy enriquecedora, el Tribunal Eclesiástico es una escuelapara todos los que hemos estudiado Derecho.
Trayectoria:
Originario de Tlaxcala, entró al seminario a los 17 años.
Es religioso de la congregación Misioneros Siervos de los Pobres
Realizó su primera profesión en 1997
Ordenación sacerdotal en diciembre de 2003
Siempre le gustó el magisterio. Fue profesor por un año en la Preparatoria 1 y a partir de ahí continuó su trabajo con jóvenes.
Inició en 2004, en Roma, su licenciatura en Derecho Canónico.
Fue vicario parroquial en la Diócesis de Roma.
A su regreso a México trabajó como vicario parroquial y luego como párroco en la colonia Jalalpa Tepito, en la alcaldía Álvaro Obregón. En la zona de las Barrancas de Santa Fe.
Ingresó al Tribunal Eclesiástico en 2008, y en dicha institución se convirtió en Vicario Judicial Adjunto.
Actualmente cursa el Doctorado en Derecho Canónico.
Desde hace 5 años realiza consultas canónicas con religiosas, religiosos y monjas de vida contemplativa.