Apariciones de la Virgen o de Cristo. Así determina la Iglesia si son reales
Para determinar que una aparición religiosa es real y se autorice su veneración, se debe seguir un procedimiento definido por El Vaticano.
De manera reiterada, a través de los medios de comunicación y de las redes sociales, se dan a conocer supuestas apariciones milagrosas de Cristo, de la Virgen María o de algún santo en diversos objetos o lugares, generando el morbo de las personas o comunidades en donde se registra el hecho.
Así, cuando se presentan estos fenómenos, de inmediato la población procede a venerarlos e, incluso, en algunos casos llevan a bendecir al templo los objetos en los que supuestamente se apareció la imagen.
¿Cómo se determina que una aparición religiosa es real?
¿Pero realmente la presencia de dichas imágenes puede considerarse como milagros? Un sacerdote nos lo explica.
Para determinar que la aparición de una imagen de Cristo o de la Virgen es real o no, en un artículo publicado en este medio, el padre Rogelio Alcántara, de la Arquidiócesis Primada de México, señala que se deben cumplir una serie de criterios que se encuentran establecidos en las Normas en el modo de proceder en el discernimiento de presuntas apariciones y revelaciones.
La divulgación de dichas Normas, explica el sacerdote a Desde la fe, tiene el objetivo de iluminar el discernimiento de los Obispos cuando conozcan y tengan que enfrentar casos de esta índole.
De esta manera, para que se llegue a la conclusión de que una aparición de esta naturaleza es real y se autorice su veneración, se deben seguir un procedimiento ya definido.
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¿Quién inicia la investigación para determinar si una aparición es real?
Ante supuestas apariciones de una imagen de Cristo o de la Virgen, corresponde al Obispo del lugar intervenir en primer lugar, indica, y solamente cuando él lo solicite, o el hecho haya trascendido demasiado, podrá hacerlo la Conferencia del Episcopado de cada país.
La Santa Sede sólo puede intervenir en esta etapa a petición expresa del Obispo, de un grupo cualificado de fieles o en casos muy graves, precisa el sacerdote.
“Una vez que se recibe la noticia de la supuesta aparición, el Obispo nunca debe negarla ni aceptarla inmediatamente, sino escuchar con atención y proceder a investigar el caso, ya sea él directamente o delegar a alguien para hacerlo en su nombre”.
En caso de que se decida encomendar la averiguación a una persona, ésta debe contar con los conocimientos y un perfil bien definido:
Por un lado, debe conocer lo que la Iglesia enseña sobre la divina Revelación y tener una formación en teología que comprenda las enseñanzas del magisterio sobre mariología, apariciones, revelaciones privadas, etcétera. Por otro lado, debe vivir su vida cristiana (sacerdotal, religiosa o laica) con intensidad, en permanente comunión con Dios y ejercitándose en las virtudes”.
¿Qué tipo de pruebas se realizan a una aparición de una imagen de Cristo o la Virgen?
El sacerdote explica que todo proceso de discernimiento debe partir de un principio teológico muy sencillo y claro: “todo es natural -de origen humano- mientras no se demuestre lo contrario”.
Así, recuerda el padre Alcántara, por ejemplo, el caso de la imagen de la Virgen de Guadalupe en el Ayate de San Juan Diego puede catalogarse como una aparición sobrenatural, debido a que se ha demostrado que ninguna mano humana la realizó.
En este tenor, continua, todas las supuestas apariciones de imágenes de Cristo o de la Virgen son sometidas a pruebas naturales con el auxilio de distintas ciencias, especialmente cuando se trata de la aparición de una imagen, que por lo general es un hallazgo, es decir, que no se le apareció a alguien, sino que esa persona la encontró o se topó con ella.
Hay que comenzar estudiando el medio que rodea a la imagen: la humedad, filtraciones de agua, humo, exposición al sol del material donde se encontró, agentes externos, etcétera. Probablemente en estos factores encontremos la respuesta a la supuesta aparición”, detalló.
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¿En qué momento se autoriza el culto a una aparición de un Cristo o la Virgen?
El sacerdote indica que, una vez que concluye la fase de pruebas y en caso de que estas autentifiquen que se trata de una aparición real, el último paso es que la Santa Sede o el Obispo del lugar aprueben una determinada manifestación de Jesucristo, de la Virgen María o de un santo y se procede a autorizar la realización del culto correspondiente.
“Lo que autorizan es el culto, la devoción, la oración bajo esa determinada forma, pues para la Iglesia el hecho de rezarle a la Virgen María en un determinado lugar, bajo un nombre y con las características de esa imagen ya autorizada por la Iglesia, no hace mal ni tiene desviaciones”, puntualiza.
Lo que sí debe quedar claro, concluye , es que “la Iglesia jamás se pronunciará por la autenticidad o no de las experiencias que dieron origen a la aparición”.