Iglesia en el mundo

¿Se puede ser feminista y católica? 4 pensadoras que combinan la fe y la lucha por la igualdad

El feminismo, una corriente filosófica y social que busca la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres, ha encontrado diversas interpretaciones a lo largo de la historia. Una de ellas es el feminismo católico, que combina las enseñanzas de la Iglesia con el impulso de dignificar el papel de la mujer en la sociedad.

Para comprender mejor esta corriente, es esencial revisar las obras de cuatro pensadoras católicas cuyas reflexiones han aportado profundidad y matices a la discusión sobre la mujer: Edith Stein, Ida Görres, Gertrud von Le Fort y Alice von Hildebrand. Sus escritos revelan una visión singular sobre el papel y el valor de la mujer en el mundo, en consonancia con las enseñanzas cristianas.

1. Edith Stein: la singularidad de la mujer en su ser y vocación

Edith Stein, también conocida como Santa Teresa Benedicta de la Cruz, fue una filósofa y mística alemana, convertida al catolicismo desde el judaísmo. Su obra más significativa sobre la mujer, titulada “La mujer”, ofrece una reflexión profunda sobre la identidad femenina y su vocación tanto en el ámbito familiar como en el social.

Stein no niega las diferencias entre hombres y mujeres; más bien, resalta que dichas diferencias no son impedimentos para la igualdad de dignidad y derechos. Según Stein, la mujer posee una vocación intrínseca a la maternidad y el cuidado, pero estos no deben entenderse de manera reductiva. Más bien, se refieren a una capacidad de empatía, de acoger y acompañar al otro, que puede expresarse en múltiples ámbitos de la vida social. El aporte de Stein al feminismo católico reside en la defensa de una feminidad auténtica, en la que se valora el ser único de la mujer sin caer en la competencia con el hombre, sino en la colaboración y la complementariedad.

La conversión de Santa Edith Stein.

2. Ida Görres: la belleza de la santidad oculta

En “The Hidden Face”, Ida Görres explora la vida de Santa Teresa de Lisieux y, a través de este estudio, nos ofrece una reflexión sobre la santidad femenina y la grandeza de lo aparentemente pequeño. Görres encuentra en la vida de Teresa una reivindicación de la grandeza de lo ordinario, de los actos sencillos que, hechos con amor y fidelidad, se convierten en caminos de transformación personal y comunitaria.

El aporte de Görres al feminismo católico radica en su afirmación de que la mujer, aunque en ocasiones esté llamada a desempeñar roles que parecen invisibles o silenciosos en la sociedad, puede ejercer una influencia profunda y duradera. Desde esta perspectiva, la invisibilidad social no es una limitante, sino una oportunidad de irradiar santidad y amor en lo cotidiano.

3. Gertrud von Le Fort: la mujer eterna y el misterio de lo femenino

Gertrud von Le Fort, en su obra “La mujer eterna”, ofrece una reflexión sobre lo femenino desde una perspectiva metafísica y teológica. Para Le Fort, la mujer encarna una dimensión espiritual única que la conecta de manera particular con el misterio de la vida y la creación. Su feminidad no es simplemente biológica, sino que lleva consigo una vocación de proteger, custodiar y promover la vida, tanto en el sentido físico como espiritual.

Le Fort ve en María, la madre de Jesús, el modelo por excelencia de lo femenino, y sostiene que todas las mujeres, de alguna manera, participan de este misterio de generosidad y acogida de la vida. Al igual que Stein, Le Fort destaca la complementariedad entre hombres y mujeres, insistiendo en que esta diferencia en roles no disminuye la dignidad ni el valor de la mujer, sino que le confiere una misión única en la sociedad y en la Iglesia. Su enfoque proporciona una perspectiva de feminismo que no rechaza los roles tradicionales, pero que al mismo tiempo los enaltece como una forma de contribución vital al bien común.

4. Alice von Hildebrand: El Privilegio de Ser Mujer

Alice von Hildebrand, en su obra “El privilegio de ser mujer”, aborda de manera directa la pregunta sobre qué significa ser mujer en el contexto moderno. Para von Hildebrand, la mujer tiene un privilegio que va más allá de la mera igualdad de derechos, radica en su capacidad única de dar vida, tanto físicamente como en el sentido emocional y espiritual.

Von Hildebrand argumenta que la verdadera emancipación femenina no consiste en adoptar los roles o comportamientos tradicionalmente masculinos, sino en abrazar y reivindicar las fortalezas únicas de la feminidad. En una sociedad que a menudo mide el éxito en términos de poder, productividad y competencia, ella recuerda el valor esencial del amor, la compasión y la entrega desinteresada, cualidades que, en su opinión, la mujer encarna de manera singular. En su visión del feminismo católico, la mujer es una fuerza de transformación precisamente por su capacidad de influir desde su feminidad, no a pesar de ella.

Reflexiones finales: una perspectiva católica del feminismo

El feminismo católico, tal como lo abordan Edith Stein, Ida Görres, Gertrud von Le Fort y Alice von Hildebrand, propone una visión integrada de la mujer, donde la igualdad de dignidad y derechos se entrelaza con la afirmación de la diferencia y la complementariedad. A través de sus escritos, estas pensadoras no buscan simplemente reivindicar el lugar de la mujer en la sociedad moderna, sino hacerlo desde una perspectiva profundamente espiritual que ve en la feminidad una participación única en los misterios de la creación, el amor y la redención.

El feminismo católico no se enfrenta a la modernidad con rechazo, sino con una propuesta alternativa: la de un feminismo que reconoce el valor y la dignidad de la mujer desde su identidad profunda, no en la imitación del hombre, sino en la afirmación de su ser único. Al estudiar sus textos, encontramos una llamada a una visión más amplia y profunda del papel de la mujer, que trasciende las categorías puramente políticas o sociales, y se adentra en el terreno de lo espiritual, lo metafísico y lo eterno.

Los escritos de estas cuatro pensadoras ofrecen una brújula intelectual y espiritual para quienes buscan reconciliar la fe católica con las aspiraciones feministas. Su visión del feminismo católico no solo subraya la igualdad y la dignidad, sino que también invita a las mujeres a descubrir y vivir plenamente su vocación única en el mundo, como agentes de transformación desde su identidad femenina y espiritual.

*Los artículos de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe

Julieta Lujambio

Comunicadora. Periodista. Activista por los derechos de las madres solas y sus hijos. Conferencista. Media trainer. Autora de 7 libros de desarrollo humano.

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