La labor de la Iglesia en los conflictos sociales
La Iglesia Católica ha sido mediadora en conflictos sociales, pues el diálogo y el perdón son indispensables.
Históricamente, la Iglesia católica ha intervenido como mediadora en conflictos sociales, dejando de manifiesto que el diálogo y el perdón son elementos indispensables para frenar cualquier brote de violencia y garantizar la paz.
Colombia: “Cambiar las armas por las palabras”
Durante 52 años, la guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) mató a unas tres mil personas y generó ocho millones de víctimas: desaparecidos, deudos y afectados.
El 14 de marzo de 2003, nació la Fundación para la Reconciliación, liderada por el sacerdote Leonel Narváez Gómez, sacerdote y sociólogo de los Misioneros de la Consolata, quien, junto con un grupo de amigos y bajo la asesoría de expertos interdisciplinarios de las universidades estadounidenses de Wisconsin, Harvard y Cambridge, iniciaron trabajos de reconciliación y paz en ese país.
Desde los años 90, el P. Narváez fungió como intermediador entre jefes guerrilleros y el Estado, pero fue hasta el 2012 en que las FARC y el entonces presidente, Juan Manuel Santos –Premio Nobel de la Paz 2016– pudieron entablar mesas de negociación para lograr los acuerdos de paz.
Europa: La caída de sistemas totalitarios
En 1979, en el marco de su primera visita a Polonia, el Papa Juan Pablo II impulsó abiertamente en su tierra natal el magisterio sobre la libertad religiosa; esta acción, aunada a diversos procesos que se habían puesto en marcha en aquella nación con la aparición de “Solidaridad” (el primer sindicato libre en un país comunista), resultaron factores clave para la caída de los sistemas totalitarios en Europa.
De hecho, el entonces líder soviético-ruso, Mijail Gorbachov, reconoció públicamente que la intervención del ahora santo fue decisiva en la historia de la humanidad, pues su participación resultó fundamental para que los sistemas comunistas europeos se vineran abajo; dos acontecimientos marcaron el fin de dicho proceso: la caída del muro de Berlín en 1989, y la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Al mismo tiempo, Juan Pablo II desarrolló una intensa actividad internacional, propiciando el diálogo Oriente-Occidente, y cristianismo-judaísmo-islamismo; además, intervino como pacificador en varios conflictos de todo el mundo y denunció diversas injusticias sociales.
Chile y Argentina: Países hermanos en guerra
En 1978 el Papa Juan Pablo II realizó un dramático llamado a la paz ante el Sacro Colegio Cardenalicio de Roma, en presencia de los entonces embajadores de Chile y Argentina, pues parecía inminente el conflicto armado entre ambas naciones por la posesión de las islas ubicadas al sur del Canal de Beagle.
Ambos países atendieron el llamado del Sumo Pontífice, quien, con apenas tres meses de pontificado, pudo actuar como mediador en el conflicto. Cinco días después de su llamado a la paz, el 27 de diciembre, llegó a Buenos Aires el enviado del Vaticano, Card. Antonio Samoré, para hablar sobre la situación.
El 8 de enero de 1979, los cancilleres de Argentina y Chile firmaron el Acta de Montevideo, por medio de la cual ambos países pedían formalmente al Vaticano su intervención para encontrar una solución pacífica. El 29 de noviembre de 1984, ambas naciones firmaron el Tratado de Paz y Amistad, que aún sigue vigente.
Para muchos, este conflicto pasó desapercibido; sin embargo, por cuestión de horas, el Papa Juan Pablo II evitó una guerra y salvó la vida de miles de personas.