Dolor en El Salvador por la muerte de migrantes en el Río Bravo
El párroco de una comunidad en el municipio de “Mejicanos” se refirió al trágico deceso de Óscar y la pequeña Valeria, al intentar llegar a Estados Unidos.
“Hay un profundo dolor en El Salvador por la muerte de un migrante y su pequeña hija en el Río Bravo, cuyos nombres eran Óscar y Valeria; la pequeña aún no cumplía los dos años de edad.
Y es que, el pasado 24 de junio, padre e hija intentaron cruzar nadando de México hacia los Estados Unidos, pero la corriente los arrastró, explicó el padre Cristóbal Cruz, párroco de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que se encuentra ubicada en el municipio de “Mejicanos”, en el Departamento de El Salvador.
El sacerdote, que desde hace dos años atiende esta parroquia cuya capacidad es para unas mil personas, entrevistado por Desde la fe, dijo que el problema de la violencia, la pobreza y la migración es una complicada preocupación regional, por lo que es un gran gesto solidario y esperanzador la ayuda económica brindada por el gobierno mexicano para ayudar al desarrollo regional, a fin de contrarrestar la violencia y la corrupción.
“México y El Salvador somos países hermanos y durante siglos hemos caminado de la mano”, dijo, y recordó que nuestro país contribuyó enormemente a alcanzar la paz mediante un acuerdo firmado en el Castillo de Chapultepec, el 16 de enero de 1992, entre el gobierno de El Salvador y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, con lo que se puso fin a 12 años de guerra civil.
El sacerdote también explicó que el nombre de “Mejicanos” que tiene el municipio, hace referencia a una batalla que se libró en esa zona en tiempos de Iturbide, y que derivó en que temporalmente se estableciera en esa población un destacamento de soldados mexicanos. A la fecha, en este municipio viven unos 140 mil habitantes.