Un dolor que sólo pudo curar la fe en San Charbel
La señora Natividad padecía un dolor de rodillas que parecía incurable.
A sus 96 años, Natividad Martínez de Casas asegura que goza de una salud envidiable; sin embargo, no siempre fue así, pues hace ocho años tuvo un padecimiento que ni los especialistas pudieron curar.
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“Nunca he sido enfermiza ni nada. Preocupé mucho a mis hijos cuando el dolor de la rodilla empeoró, al grado de que ya no podía caminar ni dormir”, comenta. Recuerda que acudieron con muchos especialistas, incluso recurrió a la medicina alternativa, pero ningún tratamiento en realidad le funcionaba.
“Francamente yo ya no podía más con ese dolor; uno de mis hijos fue con el padre Yaacoub Badaoui, -monje maronita de la Parroquia de Nuestra Señora del Líbano-, y me envió aceite de san Charbel, le indicó que me lo untara y pidiera con mucha fe, para que él intercediera para que recuperara la salud”.
Emocionada, la señora Natividad asegura que había escuchado acerca del santo, aunque no conocía su historia; sin embargo, se puso el aceite en la rodilla que le dolía y le pidió a san Charbel con mucha fe y desesperación que intercediera por ella, “pues ya no podía vivir más con ese tormento”, recuerda.
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“A la mañana siguiente me desperté y yo ya no tenía ningún dolor y podía caminar perfectamente”.
Recuerda que todos en la familia estaban maravillados, pues “hasta ver no creer, como santo Tomás”, y desde entonces es una de las más fieles promotoras de san Charbel.
“Uno de mis más grandes deseos cuando llegue mi momento de estar con el Señor, es que el padre Yaacoub Badaoui sea quien oficie la Misa de mi defunción y que cuente con la imagen de san Charbel”, concluye.