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Náufrago había terminado de hacer su oración cuando fue rescatado

Tim Shaddock pedía a Dios que se lo llevara, pero de pronto su perrita Bella empezó a ladrar anunciando el inminente rescate.

20 julio, 2023
Náufrago había terminado de hacer su oración cuando fue rescatado
El náufrago Timothy Shaddock con su perra Bella / Composición: Desde la fe

La de Tim Shaddock es una historia de película, es una historia de fe. Y es que, ser rescatado con vida después de 90 días a la deriva en aguas del Océano Pacífico, es un “milagro”.

Su nombre es Tim Shaddock, un minero australiano que en abril salió de las costas de Baja California Sur hacia la Polinesia francesa, llevando como única compañera de viaje a su perrita Bella.

A sus 51 años de edad, decidió emprender esta travesía de aproximadamente 6 mil kilómetros a bordo de un catamarán, pero dicha embarcación sufrió los embates de una tormenta, que terminó por destruir la vela y el sistema de comunicación. Posteriormente, se le agotó el combustible.

Durante tres meses, el hombre y su mascota sobrevivieron con las pocas latas de provisiones que llevaba a bordo, con pescados y aves que lograba cazar, así como con agua de lluvia. Tim se sentía tan culpable de haber involucrado a Bella en esta aventura, que prefería darle la mayor cantidad de alimento, sacrificándose él mismo.

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Cada amanecer alimentaba su esperanza

En entrevista para el programa de noticias En Punto, Shaddock reveló que lo que lo mantenía con la esperanza viva era cada amanecer:

“Salía el sol al oriente del Océano, y para mí, era un momento hermoso. Eso me inspiraba a seguir adelante”.

Fue el pasado 12 de julio cuando un helicóptero que apoyaba a un barco atunero lo ubicó a 1,200 millas de tierra, en un islote de Colima. Desde las alturas, les había llamado la atención que la embarcación se encontraba varada, sin vela, llena de moho y con peces alrededor. De pronto vieron a Tim clamando ayuda.

Lo que pocos saben es que Tim acababa de hacer oración. Y quizás, como en otros momentos de soledad, le había pedido a Dios que se lo llevara, que lo recogiera. Pero de pronto, la perrita Bella comenzó a ladrar inquieta, avisando que el helicóptero se acercaba.

Fue cuando las personas que piloteaban la aeronave lograron ver que el hombre pedía ayuda, e inmediatamente lo comunicaron al buque atunero.

Cuando los tripulantes del bote salvavidas llegaron hasta donde estaba Tim, le hicieron algunas preguntas, incluso, lo cuestionaron si llevaba drogas. Pero pronto se dieron cuenta que se trataba de un náufrago.

A salvo, en el buque, la tripulación lo atendió médicamente, le dieron de comer y le inyectaron vitaminas. Ahí, Tim les narró cómo había ocurrido el naufragio, les explicó también cómo había sobrevivido y les compartió sus momentos de angustia.

También para el noticiero en En Punto, Óscar Meza, el capitán del buque bautizado con el nombre de María Delia, de la empresa Grupomar, dijo:

“Timothy nos dijo que él ya había orado, le había pedido al Creador que se lo llevara”.

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“Mis rezos fueron escuchados con un milagro”

Tim se describe como un hombre muy espiritual, cuya inspiración la encuentra en la frase bíblica ‘amarse los unos a los otros’, “la regla de oro del amor”, dice.

En Manzanillo, Colima, tras pisar tierra, el australiano manifestó públicamente su gratitud al grupo que lo rescató, pero también a Dios:

“Tuve respuesta de mis rezos estando sólo en el mar, mi respuesta fue que vinieran a mí mis amigos; es un milagro. Yo rezaba que hubiera tierra, rezaba para poder poner pie en tierra”.

 Y al preguntarle cómo se sentía después de esta experiencia, aseguró que, si bien ya tenía otra forma de ver la vida tras superar el cáncer, el naufragio le dio otra perspectiva.

El cáncer y el naufragio son muy parecidos -dijo- son experiencias que te enseñan que la vida se te puede ir en ese instante.

Hoy haces una respiración, y es la mejor respiración de toda tu vida. Y cada respiración, después de otra, es la mejor de toda tu vida. (…) simplemente vives por la siguiente respiración que haces, y eso se aprende en el océano. Está bien, sueltas todo. Dejas que se vaya todo, y eso te enseña a soltar las cosas. Y es el mejor regalo”.

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Autor

Estudié Ciencias de la Comunicación y Periodismo en la Facultad de Estudios Superiores Aragón, de la Universidad Autónoma de México. Desde 2003 soy Editor General de la revista Desde la fe, órgano de formación e información de la Arquidiócesis Primada de México. Me he especializado en la fuente religiosa a través de cursos y diplomados. La tesis de licenciatura es "Exorcismos en el siglo XXI, ¿mito o realidad".