¿Quién fue el mexicano que dio su vida en el Titanic por salvar a una madre de familia?
¿Verdad o mito? Esta es la historia de Manuel Uruchurtu, el único mexicano a bordo del Titanic que realizó un acto heróico.
Cuando el Titanic chocó contra un iceberg el 14 de abril de 1912, el mexicano Manuel Uruchurtu tenía la vida asegurada.
En su calidad de diplomático viajaba en primera clase y, por lo tanto, tenía un lugar seguro en los pocos botes salvavidas que tenía la embarcación.
Don Manuel era diputado y, por aquellos tiempos, se estaba postulando para una senaduría por el estado de Sonora. No tenía pensado viajar en el Titanic, pero cedió a la oportunidad de viajar en el transatlántico más grande jamás construido por el hombre.
En su calidad de diplomático viajaba en primera clase y, por lo tanto, tenía un lugar seguro en los pocos botes salvavidas que tenía la embarcación. Cuando estaba arriba del bote, una una mujer se acercó y rogó por un lugar, alegando que su esposo y su hijo la esperaban en Nueva York, pero la tripulación del Titanic se negó.
Entonces, Uruchurtu cedió su lugar a aquella señora, a cambio de que ella viajara a México para contar a su familia lo que había sucedido.
“Siempre fue una historia de familia, de esas que vienes arrastrando generación tras generación pero que no salen de tu casa, se quedan en la sobremesa”, contó su sobrino bisnieto, Antonio Uruchurtu, en entrevista con el periódico Chicago Tribune.
“Su historia -agregó-, sirve para rescatar valores, cuando padres y abuelos eran unos caballeros, la valentía, el respeto a la mujer y la lealtad, que estaban por encima de tu vida, todos los valores que la sociedad actual está urgida de recuperar”.
De acuerdo con el relato de los familiares de Uruchurtu, aquella mujer se llamaba Elizabeth Ramell Nye y era de nacionalidad inglesa. Pasaron 12 años para que cumpliera su promesa y viajara a México.
A partir de aquí existen dos versiones, una que asegura que la señora Ramell decía la verdad y otra más afirma que en aquel viaje, ella reconoció que en realidad no estaba casada ni tenía hijos.
Toda esta historia está envuelta en polémica, pues la familia de Uruchurtu defiende su veracidad, aunque no existen documentos que sostengan sus dichos.
“Cuando me puse a investigar me di cuenta que no había pruebas fehacientes, no pude apoyarme en ningún documento”, dijo por su parte la escritora mexicana Guadalupe Loaeza, quien escribió un libro sobre la historia de Uruchurtu.
Verdad o leyenda, la historia de Manuel Uruchurtu es una historia que rescata los valores de caballerosidad.