De los Juegos Olímpicos salen grandes historias, y esta prueba el valor de la empatía y la amistad. Este domingo se vivió un histórico momento en Tokio 2020 cuando el catarí Mutaz Essa Barshim y el italiano Gianmarco Tamberi acordaron dejar de competir y compartir la medalla de oro en salto de altura masculino.
Este fue el primer podio olímpico conjunto en atletismo desde 1912.
El asiático y el europeo quedaron empatados después de que saltaran hasta los 2.37 metros, sólo dos centímetros menos del récord olímpico, pero fallaran al intentar superar los 2.39. El juez de la contienda les ofreció continuar saltando hasta decidir al ganador.
Pero fue en ese momento que el catarí, quien era considerado el favorito a ganar, preguntó: ¿Podemos tener dos oros?”, a lo que el oficial respondió que sí.
En el video del momento en que deciden ya no competir puede verse a ambos atletas extendiendo los brazos y sellando el acuerdo con un apretón de manos y un abrazo.
“Lo miro, él me mira y lo sabemos”, declaró Barshim, de acuerdo con la BBC.
A partir de ahí comenzó el triunfo compartido, hicieron su recorrido de celebración sosteniendo cada uno la bandera de su país y subieron al podio juntos.
En este video se puede ver el momento en que ambos reciben las medallas de oro.
Pero hay más detrás de esta historia, Barshim y Tamberi, aunque competidores, han vivido retos similares y son amigos.
De hecho, las lesiones han sellado la historia de esta amistad como lo cuenta el atleta italiano en una carta titulada “Mi amigo Mutaz”, publicada en 2018 y que se puede leer en el sitio Spike.
Faltaban pocos días para los Juegos Olímpicos de Río 2016 cuando el italiano Tamberi batió su marca personal en una competencia en Mónaco, pero en la caída se rompió el tobillo. Ahí se detuvo por ese momento su sueño olímpico. En imágenes se puede ver al atleta llorando, mientras lo atienden en una camilla.
Cuando volvió a competir un año después, las dudas lo llenaban. Regresó a las competencias en Ostrava y luego en París, y en este último le fue particularmente mal. El italiano explica que recibió muchas muestras de apoyo de sus rivales deportivos a su regreso, pero particularmente del catarí.
“Con Mutaz construí una gran relación. Recuerdo, fui de Ostrava a París, y me fue mal en París, realmente horrible… Me sentía frustrado, porque no sabía si alguna vez volvería a estar en la forma en que estaba en 2016″.
En Paris tras la competencia se encerró en su habitación, pero Mutaz lo buscó.
“Tocó en la puerta de mi habitación y no quiso irse. Primero solo quería que se fuera. Persistió y gritó: ‘Gimbo. Gimbo, por favor quiero hablar contigo’. Así que cedí y lo dejé entrar. Hablamos. Lloré frente a él”, relata en su carta.
“‘No intentes apresurarte’, me repetía. ‘Tuviste una gran lesión, ya estás de regreso en la Liga Diamante. Nadie esperaba eso'”.
“Lo más importante es que me ayudó a darme cuenta de que tenía que hacerlo por mí mismo, no por los demás”.
“Trabaja duro, cada mañana y cada tarde, en la piscina, en el gimnasio, todo el año. No es fácil volver de una lesión como esa, pero puedes hacerlo”.
Días después, Tamberi voló a Budapest y se inscribió en una competencia en la que saltó 2.28 metros. “Nadie sabía que estaba ahí, no quería saltar por nadie más, sólo por mí, fue mi mejor competencia del año hasta entonces”.
También han compartido imágenes de su amistad en Instagram.
Pero la historia no acaba ahí, Tamberi también apoyó a Barshim. El catarí se rompió los ligamentos de un tobillo en 2018 en el Memorial Gyulai de Szekesfehervar (en Hungría), cuando estuvo a punto de batir un récord mundial, la lesión lo tuvo casi un año inactivo, pero recibió apoyo moral del atleta italiano, y regresó a competir para proclamarse campeón mundial en su tierra en Doha 2019.
De acuerdo con AP, el catarí Barshim declaró tras compartir el oro en Tokio:
“Es uno de mis mejores amigos, no solo en la pista, sino fuera de la pista. Trabajamos juntos. Este es un sueño hecho realidad. Es el verdadero espíritu, el espíritu deportista”.
“Esto va más allá del deporte, es un mensaje que queremos dejar para las nuevas generaciones (…) Admiro lo que ha hecho, y él admira lo que yo he hecho”.
El italiano aún guarda el yeso de su lesión en 2016 y posó con él en las fotos de Tokio 2020.
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