Timbres postales que cuentan historias
Carlos Villa Roiz Los timbres postales, si bien surgieron como pago para el servicio postal, también cuentan la historia de los países, su cultura, obras de arte, personajes ilustres, riquezas naturales, atractivos turísticos, costumbres, folklore y las creencias religiosas de sus pobladores. “La costumbre de coleccionar timbres postales data del siglo XIX, debido al rico […]
Carlos Villa Roiz
Los timbres postales, si bien surgieron como pago para el servicio postal, también cuentan la historia de los países, su cultura, obras de arte, personajes ilustres, riquezas naturales, atractivos turísticos, costumbres, folklore y las creencias religiosas de sus pobladores.
“La costumbre de coleccionar timbres postales data del siglo XIX, debido al rico contenido cultural que guardan estos sellos, también pueden tener un relevante papel evangelizador”, dijo en entrevista Luis Mussot, especialista sobre la filatelia, cuya tienda en la Ciudad de México acaba de cumplir 61 años.
Entre los países que destacan por sus timbres con contenido religioso están España, Portugal, Hungría, Colombia, Italia, Checoslovaquia, Rusia, Polonia, Venezuela, Panamá, Paraguay, y por supuesto, la Ciudad del Vaticano, cuya primera emisión postal data de 1929 y ronda un precio de más de 1,000 dólares entre los coleccionistas.
Los primeros timbres que emitió el Vaticano fueron dos series; la primera consta de siete sellos con ilustración de las llaves de San Pedro y la corona pontificia; y la segunda, de cuatro timbres con la imagen del Papa Pío XI.
Sobre México, el filatelista comentó que algunas estampillas exhiben templos como el Santuario del Sacromonte en Amecameca, las Catedrales de Puebla o de Guadalajara o momentos de la historia, como es el caso del sello emitido en 2013 por el Bicentenario de la terminación de la Catedral Metropolitana.
En la amplia colección de sellos mexicanos han sido incluidos algunos personajes como Fray Juan de Zumárraga, Fray Vasco de Quiroga; el jesuita Francisco Javier Clavijero, Sor Juana Inés de la Cruz y las monjas Coronadas.