El Cabildo Metropolitano de la Catedral Metropolitana de México juega un papel muy importante en la vida litúrgica de la Arquidiócesis Primada de México y para ello es fundamental la asesoría que le otorgan los Canónigos que lo integran.
El Cabildo Metropolitano es una instancia clave dentro de la estructura eclesiástica de la Arquidiócesis de México, con responsabilidades que abarcan desde la liturgia hasta la administración, por lo que los canónigos que lo integran desempeñan un papel vital en la vida y funcionamiento de la catedral.
Algunas iglesias no son regidas por un sacerdote individual, sino por un colegio o cabildo, como es el caso de las catedrales o basílicas. Los miembros de ese colegio o cabildo se denominan Canónigos. Actualmente, como enseña el Concilio Vaticano II, el Cabildo Catedralicio responde a las necesidades de evangelización de cada época (Christus Dominus, n.27), bajo la guía del Obispo en comunión con el Santo Padre.
La Catedral es la iglesia principal de la diócesis por ser la sede del Obispo, es «signo del magisterio y de la potestad del Pastor de la Iglesia particular, y signo de unidad de los creyentes en aquella fe, que el Obispo anuncia como pastor de la grey» (Ceremonial de los Obispos, n.42).
Por la grandeza de su construcción, la catedral también «es signo de aquel templo espiritual, que se edifica en las almas y que resplandece por la magnificencia de la gracia divina, según dice el Apóstol Pablo: “Vosotros sois templo de Dios vivo” (2 Co 6. 16)» (Ceremonial de los Obispos, n.43). Por lo tanto, la Iglesia Catedral se torna como el lugar por excelencia de la celebración del culto divino, centro y modelo de la vida litúrgica de la diócesis.
De esta manera, los Canónigos del Cabildo Catedralicio enseñan a dar mayor realce a la centralidad de las funciones litúrgicas a él encomendadas, así como a promover diversas actividades pastorales y espirituales, que han de dirigir principalmente a los bautizados a fin de reavivar su fe, e infundir el amor y la veneración hacia la Iglesia Catedral (cfr. Ceremonial de los Obispos, n.45).
El 21 de julio de 2024 el Arzobispo Primado de México, Cardenal Carlos Aguiar Retes, designó como nuevos canónigos del Cabildo Metropolitano a los presbíteros José Antonio Carballo García, Jaime Paredes Cruz y Manuel Corral Martín, quienes fueron instituidos formalmente el 15 de agosto de 2024, en el marco de la Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María, patrona de la Catedral de México.
De acuerdo con un comunicado emitido por el Cardenal Aguiar Retes, los tres sacerdotes sumarán su experiencia a la labor que realiza el Cabildo Metropolitano para cuidar “las celebraciones litúrgicas, procurando se desarrollen con devoción y decoro, y promueva las diversas tareas pastorales que les sean encomendadas”.
Así, con su experiencia pastoral, apoyaran las labores de evangelización que se impulsan en la Catedral Metropolitana, para dar mayor articulación, colaboración, iniciativa, esfuerzo y unidad en el plan diocesano, a fin de fortalecer en la fe y la doctrina a nuestros fieles, en resumen, es una misión que exige un trabajo conjunto y en comunión.
El Cabildo también ha de desempeñar las tareas que el derecho o el Obispo diocesano le encomiende (cfr. c. 503 CIC), según las circunstancias y exigencias de la diócesis.
La legislación canónica actual determina con precisión que la finalidad propia y especifica del Cabildo de la Catedral son las celebraciones litúrgicas más solemnes (cfr. c. 503 CIC), siendo esta finalidad su razón de ser más nobilísima, ya que está encaminada a tributar a Dios el culto público más solemne, con la máxima dignidad y perfección litúrgicas.
De este modo, los cabildos han de estar vinculados primicialmente al culto litúrgico, esto es, a la función santificadora de la Iglesia, «a través de la sagrada liturgia, ejercicio de la función sacerdotal de Jesucristo» (c. 834 CIC). Derivado de tal función y finalidad, los cabildos están llamados a ser una institución litúrgica modélica, convirtiéndose en un auténtico paradigma de la vida y pastoral litúrgica para toda la iglesia diocesana.
Entre las misiones que el Cabildo tiene, destaca la conservación de los tesoros del arte cristiano y de devoción popular que se custodian en la catedral, que son medio de evangelización, para fomentar la fe y dar el testimonio de la piedad del pueblo hacia Dios, de la vida e historia de la Iglesia (cfr. AAS 63 [1971], Sagrada Congregación para el Clero, Carta Circular 11.IV.1971, pp. 315-317), ya que “representan un eslabón esencial de la cadena de la Tradición: son la memoria sensible de la evangelización; se convierten en un instrumento pastoral” (Comisión Pontifica para los Bienes Culturales de la Iglesia, 15.VIII.2001), tanto para creyentes y no creyentes.
Por lo tanto, el Cabildo de la Catedral es responsable de fomentar interés por el patrimonio histórico-artístico de la Iglesia a través de un adecuado sistema de comunicación tanto a los fieles como a los no creyentes. Se puede afirmar que ese patrimonio histórico-artístico-religioso es el primer paso que lleva al “caminar-hacia”.
El Cabildo trata, en palabras de San Juan Pablo II de “recuperar el asombro religioso ante la fascinación de la belleza y de la sabiduría que emana de cuanto nos ha entregado la historia. Esta tarea exige un trabajo prolongado y asiduo de orientación, de aliento y de intercambio” (Juan Pablo II, 25.IX.1997).
El Cabildo está integrado por un mínimo de diez y un máximo de quince Canónigos Efectivos y un número variable de Eméritos y Honorarios.
Las funciones de los Canónigos Efectivos, dadas por el Arzobispo Primado de México, están distribuidas de la siguiente manera:
Con las tres nuevas designaciones anunciadas por el Arzobispo Primado de México, el Cabildo Metropolitano de la Catedral de México quedará conformado por:
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