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¿Te gustaría ser voluntario en Magdala?

Además de contribuir al Proyecto Magdala, el voluntario conoce gente de otras culturas y participa en actividades comunitarias en una atmósfera espiritual, como asegura Martinique Acha, hija del cantante Emmanuel.   Vladimir Alcántara Magdala Center es un proyecto iniciado en 2009 en Tierra Santa por el P. Juan Solana –de los Legionarios de Cristo–, quien […]

  • Además de contribuir al Proyecto Magdala, el voluntario conoce gente de otras culturas y participa en actividades comunitarias en una atmósfera espiritual, como asegura Martinique Acha, hija del cantante Emmanuel.

 

Vladimir Alcántara

Magdala Center es un proyecto iniciado en 2009 en Tierra Santa por el P. Juan Solana –de los Legionarios de Cristo–, quien tuvo la idea de comprar unos terrenos en la tierra natal de María Magdalena, a la orilla del Mar de Galilea, a fin de construir una iglesia y un centro para peregrinos; para tal efecto, se dio a la difícil tarea de recaudar fondos, que finalmente obtuvo; sin embargo, al iniciar los trabajos de excavación, fueron descubiertos los restos de una sinagoga del siglo I, de los tiempos de Jesús, lo que terminó obligando a un cambio de diseño en el proyecto original, en el que el hallazgo tuvo que ser contemplado como un Parque Arqueológico.

A partir de entonces, con la ayuda de voluntarios de distintas partes del mundo y de diferentes profesiones, en Magdala se han encontrado objetos de los tiempos de Nuestro Señor, como anzuelos, arpones, agujas para remendar redes, piedras de molino, monedas, peines, horquillas para el pelo y perfumeros de cristal, entre otras cosas. Pero los voluntarios no sólo viven en Magdala la gran experiencia de realizar actividades arqueológicas, sino que conocen gente de otras culturas y religiones, participan en actividades comunitarias y forman grandes amistades, todo en una atmósfera espiritual, como asegura Martinique Acha, hija menor del famoso cantante Emmanuel, quien decidió pasar un verano como voluntaria en Magdala.

Martinique Acha, quien estudió Filosofía en la Universidad Panamericana, señala que, sin importar la profesión que se tenga, ser voluntario en Magdala es una extraordinaria experiencia que recomienda desde el fondo de su corazón. “No se necesita mucho para hacer algo grande; pero sobre todo, no se necesita mucho para que Dios haga algo grande en nuestras almas. La experiencia del voluntariado en Magdala es vivir en la tierra del Señor, pero de manera muy distinta a la que se vive en una peregrinación, donde todo se hace ‘a la velocidad de la luz’, visitas rápido todos los lugares, tienes que correr, despertarte temprano. En Magdala se vive la experiencia de Tierra Santa a un ritmo distinto.

Considera que estar en Magdala es estar en un sitio privilegiado, es andar en tierras por las que pasó Nuestro Señor Jesucristo. “Aquí picas piedras a altas horas de la madrugada para evitar el calor del verano durante el día; pero a esas horas verdaderamente permites al Espíritu Santo hablar en el corazón. Haces amistades increíbles, conoces otras culturas, otras historias”, señala Martinique Acha.

En el voluntariado de Magdala puede participar cualquier persona que tenga deseos de vivir esta experiencia única y maravillosa, poniendo sus cualidades y su buena disposición al servicio del proyecto. El solicitante, en caso de ser aceptado como voluntario, deberá comprar su boleto de avión ida y vuelta, y aportar una colaboración diaria que ayude a cubrir los gastos de hospedaje en un histórico recinto de peregrinos perteneciente a la Iglesia Greco-Católica, en la ciudad de Tiberíades. El lugar cuenta con capilla, lavandería, Wi-Fi, aire acondicionado, comedor y habitaciones compartidas con baño (2 a 6 personas por cuarto).

Para ser aceptado, el solicitante también debe tener pasaporte con vigencia de más de un año a partir de la fecha de entrada a Israel, ser mayor de edad, tramitar un seguro médico en alguna compañía de seguros de Israel, contar con buena salud física y mental, tener actitud de compañerismo y disponibilidad para participar en todas las actividades dentro y fuera de Magdala. Los periodos de participación del voluntariado pueden ser desde una semana hasta un año.

Entre las actividades que los voluntarios realizan se encuentran el mantenimiento del campus de Magdala, del Parque Arqueológico, de los caminos turísticos y de vez en cuando de las áreas de excavación. Asimismo, en atención a visitantes, ventas de suvenires y operación de la cafetería. Además de preparar las Celebraciones Litúrgicas, apoyando al sacristán en la organización de los elementos necesarios para grupos que acuden a celebrar Misa y momentos de oración. En cuanto a las labores arqueológicas –que se llevan a cabo sólo en determinadas épocas del año–, el voluntario podrá encargarse de los trabajos de excavación y limpieza del material. Fuera de Magdala, los voluntarios tienen la oportunidad de participar en una variedad de experiencias espirituales y culturales.

Para mayores informes, los interesados pueden escribir a:

[email protected]