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Si no me interesaran los pobres, no merecería ser llamado Obispo: Mons. Rodrigo Aguilar

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  • Tras ser nombrado por el Papa como nuevo Obispo de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, señala que continuará con la herencia pastoral, en favor de la dignidad humana, legada por sus antecesores.

Vladimir Alcántara

El pasado 3 de noviembre, el Papa Francisco nombró a Mons. Rodrigo Aguilar Martínez como nuevo Obispo de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, en sustitución de Mons. Felipe Arizmendi, quien había interpuesto su renuncia ante la Santa Sede tras haber alcanzado la edad jubilatoria, de 75 años, como lo establece el Derecho Canónico. En entrevista para Desde la fe, Mons. Rodrigo Aguilar, quien previo a su designación se desempeñaba como Obispo de Tehuacán, Puebla, ofrece detalles de su nombramiento y desliza una pequeña mirada hacia lo que deberá enfrentar como Pastor de una región tan rica en recursos, pero tan maltratada por la pobreza y otras problemáticas sociales.

Para Mons. Rodrigo Aguilar –nacido el 13 de marzo de 1952 en Valle Santiago, Guanajuato– la noticia de su nombramiento fue un acontecimiento que le produjo sentimientos encontrados: por una parte, de temor y temblor, de incertidumbre y miedo ante la encomienda, ya que no es una Diócesis nada sencilla. “Pero por el otro lado, también he advertido en esto la presencia clara de Dios, que me llama y me envía; de modo que esto me hace sentir en paz, e incluso ya va brotando en mí el anhelo de llegar pronto e iniciar mi caminar con la Diócesis y todos los que la integran”.

Asegura que continuará con la herencia pastoral, en defensa de la dignidad de los seres humanos, legada por todos sus antecesores, desde el primero, fray Bartolomé de las Casas, hasta otros más recientes, como Don Samuel Ruiz, Mons. Raúl Vera o Mons. Felipe Arizmendi. “Si no me importara la dignidad de las personas, especialmente de las más pobres y sojuzgadas, no merecería ser llamado Obispo ni haber aceptado la misión. A los Obispos anteriormente mencionados, y muchos más en la historia de San Cristóbal de las Casas, quiero verlos como un testimonio para la misión que Dios me encomienda aquí ahora. Mucho se habla en la actualidad de la dignidad del ser humano, pero también mucho se daña a personas concretas en su dignidad. En Cristo quiero acercarme a cada persona, a cada comunidad, a fin de vivir y hacer vivir su Evangelio, que da sentido a toda situación humana, por compleja que parezca”.

Mons. Rodrigo Aguilar señala que, realidades de tristeza como las que hoy se viven en esa región del suroeste, llámense migración, pobreza o falta de oportunidades, definitivamente le representan retos por afrontar. “Ya he vivido un poco esas realidades; pero creo que ahora las encontraré a veces en manifestaciones extremas, y desgraciadamente de manera frecuente, pues tengo los datos estadísticos y noticias de que Chiapas, a pesar de su riqueza natural, también alberga a muchas familias en la miseria y en el olvido”.



Antes de trasladarse a la Diócesis chiapaneca para comenzar a desempeñar sus nuevas funciones, Mons. Rodrigo Aguilar desea dejar un mensaje a todos los fieles de la Diócesis de Tehuacán: “Primero, pedirles perdón por mis acciones negativas o por mis omisiones en lo que me correspondía hacer y no hice; segundo, darles las gracias por su acogida amable y generosa. Luego, a quienes alimentan la violencia, la corrupción y la impunidad, les pido que recapaciten, ya que es un camino que los dejará vacíos y con remordimientos; anímense a cambiar, confíen en la misericordia de Dios, que perdona y espera. Por otra parte, a quienes injustamente han sido víctimas de estos males sociales, les digo que no desesperen, que no alimenten el deseo de venganza, perdonen a pesar de todo, hagan paz en su corazón y constrúyanla a su alrededor, entonces encontrarán la alegría de actuar con la verdad y con el bien, una alegría que nadie les podrá quitar”.

Por otra parte, a los fieles de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas les manda un mensaje de agradecimiento por la alegría que le ha ocasionado el saber que han estado orando por él. “Sepan que también he estado orando por ustedes; sigamos siempre unidos en la oración, así como en los servicios y ministerios que han estado realizando; caminemos en comunión, ayudándonos mutuamente. Cómo dice un poeta: ‘Lo importante no es llegar pronto ni solo, sino con todos y a tiempo’; si nos derrumbamos ante las deficiencias, personales o ajenas, veamos que también hay cualidades y virtudes personales o ajenas. Seamos hermanos, compañeros de camino. Recojo algunas sugerencias de San Pablo: ‘El que da, hágalo con sencillez; el que preside, presida con solicitud; el que atiende a los necesitados, hágalo con alegría. Que el amor de ustedes sea sincero. Aborrezcan el mal y practiquen el bien; ámense cordialmente los unos a los otros, como buenos hermanos. Ayuden a los hermanos en sus necesidades y esmérense en la hospitalidad’”.

Finalmente, Mons. Rodrigo Aguilar Martínez señala que casi arrancará esta nueva etapa de trabajo, con los fieles de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, con el inicio del año 2018, “con el gozo del Niño Jesús en el corazón de toda la comunidad, en los hogares y en las iglesias”.





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