- Monseñor Salvador Rangel aseguró que las conclusiones del Fiscal carecen de sustento, y le exigió una copia de la carpeta de investigación.
Vladimir Alcántara
Tras las conclusiones que el Fiscal General del Estado de Guerrero, Javier Olea Peláez, hiciera sobre el caso de los dos sacerdotes asesinados la madrugada del lunes pasado en la carretera Taxco-Iguala, el Obispo de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Mons. Salvador Rangel Mendoza, emitió un comunicado de prensa en el que manifestó su desacuerdo con el informe, mismo que involucra a uno de los sacerdotes fallecidos con un grupo delincuencial del Estado de México.
Los presbíteros acribillados en el tramo de dicha carretera, conocido como Sony Gas, respondían a los nombres de Iván Añorve Jaimes, de la Arquidiócesis de Acapulco, y Germaín Muñiz García, de Chilpancingo-Chilapa; sobre el segundo, el Fiscal Olea Pérez señaló que, de acuerdo con las primeras investigaciones, fue acribillado por integrantes de un grupo delictivo del Estado de México, que lo ubicaron como miembro de un grupo delincuencial contrario, tras salir de un “baile” en la comunidad de Juliantla, al que asistieron miembros de esa banda criminal mexiquense, así como de otras radicadas en Guerrero y en Morelos, quienes, además de que portaban armas de fuego, estuvieron bebiendo y “probablemente consumiendo drogas”, lo que dio origen a un conflicto durante el evento, que derivó en el posterior ataque armado contra los ministros de la Iglesia.
Sobre lo declarado por Olea Pérez, Mons. Rangel Mendoza rechazó que el P. Germaín Muñiz tuviera vínculos con algún grupo delictivo. Explicó que, por la naturaleza de su trabajo pastoral, tenía conocimiento de la operación de algunos grupos en zonas de Guerrero por donde tenía que desplazarse para atender a las diferentes comunidades de la Parroquia de San Cristóbal, en Mezcala, lugar en el que ejerció su ministerio durante cinco años.
“Nos causa extrañeza –dijo– la declaración del Fiscal en relación con que en un mismo lugar, Juliantla, se haya reunido ‘integrantes de grupos delincuenciales de Morelos, Estado de México y Guerrero’, sin haber reportes de algún enfrentamiento entre ellos, o entre participantes del evento. Asimismo, hacemos notar la ausencia de la fuerza pública, estatal o municipal, sabiendo de la presencia de estos grupos señalados”.
En el comunicado, Mons. Rangel Mendoza calificó las declaraciones del Fiscal General del Estado de Guerrero como “esencialmente ambiguas” y sin sustento, basadas en simples supuestos. Por tal motivo, le exigió llevar a cabo investigaciones objetivas, verídicas y apegadas a Derecho. “Si la Fiscalía declara que el P. Germaín Muñiz García estuvo vinculado con algún grupo delictivo, se le exhorta a que determine concretamente a qué grupo pertenecía, y no se limite a hacer simples señalamientos”.
Asimismo, el Obispo de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa exigió a la Fiscalía una copia completa y certificada de la carpeta de investigación que sustenta las declaraciones de Olea Pérez, “ya que, como Fiscal, tiene la obligación de esclarecer la realidad de los hechos, sustentándolos con pruebas fehacientes y verídicas”.
Por otra parte, Mons. Rangel Mendoza reconoció y agradeció la labor y el apoyo brindado por el Gobierno del estado, tanto en la agilización, como en la pronta liberación y traslado de los cuerpos de los sacerdotes a sus lugares de origen.