El Papa Francisco aseguró que el sacerdocio es una forma de ejercer la paternidad, por lo cual hay mucho que los sacerdotes pueden aprender de San José, maestro de vida espiritual y de discernimiento.
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Este 18 de marzo, en vísperas de la Solemnidad de San José, el Papa Francisco recibió a miembros del Pontificio Colegio Belga con motivo del 175° aniversario de la institución. El Papa entregó su discurso, centrado en la paternidad de San José, tema principal de su Carta Apostólica Patris corde, y ofreció a los sacerdotes valiosos consejos para ser más como este gran santo.
1. Amar incondicionalmente a su comunidad
San José es un padre que acoge, aseguró el Papa. Amó y acogió a María y a Jesús, no buscó explicaciones para la sorprendente y misteriosa realidad a la que se enfrentaba, sino que la acogió con fe, y la amó tal como era.
“El párroco debe amar primero a la comunidad, gratuitamente, sólo porque ha sido enviado a ella; y poco a poco, amándola, la conocerá a fondo y podrá contribuir a encaminarla por nuevos senderos”, recomendó el Papa.
En este sentido, el Santo Padre dijo que cuando un sacerdote llega a una nueva parroquia, el párroco debe entender que llega a una comunidad que “le preexiste”; es decir, la comunidad una historia propia que no puede ser ignorada en nombre de ideas y de planes pastorales personales.
2. Saber servir
San José, dice el Papa, es un padre que custodia, y esa es una tarea que vivió con fidelidad total y atención constante a Dios, abierto a Sus signos, disponible a Su proyecto, y no tanto al propio.
Para todo sacerdote que se inspira en la paternidad de San José, custodiar significa amar con ternura a quienes les han sido confiados, “pensar ante todo en su bien y en su felicidad, con discreción y con perseverante generosidad”.
Para lograr esto, continúa el Papa, es necesaria “una actitud interior” que lleva a “no perder nunca de vista a los demás”, evaluando “cada vez” cuándo hay que retirarse y cuándo hay que hacerse próximos, y manteniendo siempre “un corazón vigilante, atento y orante”, como el del pastor, que nunca abandona a su rebaño.
“Un sacerdote está llamado a esto en su relación con la comunidad que le ha sido confiada, es decir, a ser un custodio atento y listo para cambiar, según lo que la situación requiera; a no ser ‘monolítico’, rígido y como enyesado en un modo de ejercer el ministerio que quizás sea bueno en sí mismo, pero que no es capaz de captar los cambios y las necesidades de la comunidad”, dijo el Papa.
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Cuando un pastor ama y conoce a su rebaño, “sabe hacerse el servidor de todos”, recuerda el Papa Francisco: no se pone a sí mismo y a sus propias ideas en el centro, sino el bien de aquellos a los que está llamado a custodiar, evitando las tentaciones opuestas de la dominación y la despreocupación.
3. Saber soñar con la comunidad que ama
Siguiendo el ejemplo de San José, padre que sueña, los sacerdotes deben saber soñar con la comunidad que aman: mirar “con mirada profética” y“reconocer el plan de Dios donde otros no ven nada”.
“San José supo ver en María y en Jesús no sólo a una joven esposa y a un niño: siempre vio en ellos la acción de Dios, la presencia de Dios. Así, velando por la fragilidad del Niño y de su Madre, José miró más allá de sus deberes de padre de familia y, prefiriendo creer en Dios más que en sus propias dudas, se ofreció a Él como instrumento para la realización de un plan más grande, en un servicio prestado en el escondimiento, generoso e incansable, hasta el silencioso final de su propia vida”, dijo el Papa.
Por todo ello, el Papa exhorta a los sacerdotes a promover la conversión y la renovación en sentido misionero, y a hacer crecer una comunidad en camino, formada por discípulos guiados por el Espíritu e impulsados por el amor de Dios.
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Finalmente, en el año dedicado a San José, el Santo Padre invita a los sacerdotes a “redescubrir de modo particular en la oración la figura y la misión de san José, dócil a la voluntad de Dios, humilde autor de grandes empresas, siervo obediente y creativo”.
“Les hará bien poner a ustedes mismos y a sus vocaciones bajo su manto y aprender de él el arte de la paternidad, que pronto serán llamados a ejercer en las comunidades y en los ámbitos y servicios ministeriales que les serán confiados.”
Con información de Vatican Media
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