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¿Quién es Monseñor Salvador Rangel? El obispo valiente de Chilpancingo

El obispo ha sido un férreo defensor de los derechos humanos y ha hecho grandes esfuerzos por pacificar la tierra caliente de Guerrero.

29 abril, 2024
¿Quién es Monseñor Salvador Rangel? El obispo valiente de Chilpancingo
Monseñor Salvador Rangel, Obispo de Chilapa-Chilpancingo, en compañía del Papa Francisco. Foto: Especial.

Durante su período al frente de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Mons. Salvador Rangel se caracterizó por su defensa de los derechos humanos de las distintas comunidades de Guerrero.

Salvador Rangel Mendoza es originario de Tepalcatepec, Michoacán. Luego de ingresar al seminario franciscano, fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1974 y durante los siguientes 20 años desempeñó su labor sacerdotal principalmente en la Arquidiócesis de Morelia. 

También fue rector del seminario franciscano en Celaya, Guanajuato; y ecónomo y administrador de la Pontificia Universidad Antonianum de Roma, también de los franciscanos.

Un obispo valiente 

En 2009, el Papa Benedicto XVI lo nombró obispo y lo envió a la pequeña diócesis de Huejutla, Hidalgo; y en 2015 fue destinado a la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, donde permaneció hasta el año 2022, cuando presentó su renuncia por razones de edad. 

Durante el tiempo en que estuvo frente a la diócesis de la capital de Guerrero, uno de los estados de México más afectados por la violencia ligada al narcotráfico, Mons. Rangel destacó por su firme voluntad y su compromiso con la paz y la tranquilidad de los pueblos de su diócesis y por reconocer, en más de una ocasión, que llegó a negociar con grupos criminales para lograr la pacificación de algunas zonas o la liberación de algún sacerdote amenazado de muerte.

Esto le valió incluso amenazas, como la que recibió en 2018 de parte de un grupo de Autodefensas, que amenazó con “detenerlo” y “reeducarlo”. 

Aquel año, en entrevista, Mons. Salvador aseguró que seguiría “poniendo el dedo en la llaga”.

“Creo que eso es parte del profetismo de un sacerdote y de un obispo (…) al mismo Cristo lo fueron cazando continuamente, lo querían matar, pero él siempre siguió adelante. Es lo que yo pienso, seguir adelante, defendiendo la verdad y los derechos humanos”, aseguró entonces.

“En la labor pastoral yo tengo la libertad de hablar con buenos y malos, con pecadores y santos, claro que da temor, pero hay que utilizar la prudencia”.

En más de una ocasión, el obispo Rangel defendió su relación con los grupos de narcotraficantes y aseguró que con sólo una persona que lograra salvar se justificaría este diálogo. 

La realidad es que fueron muchas las personas que sobrevivieron a una muerte segura gracias a la intervención de su obispo.

Frente a las amenazas y acusaciones de ‘colaborar’ con el crimen organizado, Monseñor Rangel siempre recibió el apoyo de sus hermanos obispos. 



Autor

Periodista. Ha trabajado en radio, agencias de noticias y prensa escrita.