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Iztapalapa, una diócesis con fuerte actividad sacramental

28 septiembre, 2019
Iztapalapa, una diócesis con fuerte actividad sacramental
Monseñor Jesús Antonio Lerma es Obispo de Iztapalapa. Foto: María Langarica

Entre los desafíos pastorales que enfrentará la nueva Diócesis de Iztapalapa está la atención a los presos, pues en su territorio, de poco más de 116 km², hay por lo menos seis centros de readaptación social, por lo que la Pastoral Penitenciaria jugará un papel fundamental.

Así lo aseguró monseñor Jesús Antonio Lerma Nolasco, quien ha sido nombrado obispo de la Diócesis de Iztapalapa, quien afirmó que igual de importantes serán las pastorales Juvenil y Vocacional, ante la escasez de sacerdotes.

La nueva diócesis cuenta con 91 sacerdotes diocesanos y 31 religiosos, para atender a una población de aproximadamente 1 millón 827 mil 868 habitantes, así como  215 templos –entre parroquias, rectorías y capillas– distribuidos en diez decanatos. En este territorio hay además 120 religiosas, 29 diáconos permanentes y 16 seminaristas.

Conformación de la Diócesis de Iztapalapa.

Conformación de la Diócesis de Iztapalapa.

Para Lerma Nolasco, de 74 años de edad, el Pueblo de Dios que conforma la Diócesis de Iztapalapa se distingue por una fuerte actividad sacramental, y por su religiosidad y piedad popular, lo cual se ve reflejado, por ejemplo, en la cantidad de fieles que asisten en los eventos religiosos masivos y en el peculiar culto a los difuntos.

“Es una comunidad multiforme compuesta por 14 pueblos originarios. El reto ahora es integrar a las nuevas colonias y multifamiliares a la vida pastoral de la diócesis, pues los pueblos antiguos tienen ideas y creencias muy diferentes a estas nuevas colonias que se están asentando”, explica.



Las implicaciones de ser diócesis

Monseñor Antonio Lerma Nolasco considera que la implicación más importante de pasar de ser una zona pastoral a una diócesis, radica en la responsabilidad que demanda la autonomía.

“El Derecho Canónico nos está dando una autonomía que no teníamos como zona pastoral. La responsabilidad para el obispo y para el presbiterio es mayor, pues ya no se depende de ninguna instancia. Nosotros vamos a tener que seguir nuestros propios programas y organizar nuestras propias pastorales”, detalla.

Para asimilar este cambio, el presbiterio de Iztapalapa participó previamente en reuniones informativas para conocer la estructura de la diócesis y saber cómo funciona. Los sacerdotes han hecho lo propio con los fieles. Esta labor informativa se ha realizado también con los mayordomos del Santuario del Santo Sepulcro, que ahora se ha convertido en la Catedral de Iztapalapa.

“En su momento, el Canciller de la Arquidiócesis de México les explicó también cómo funciona canónicamente una diócesis, y yo les expliqué cómo funciona pastoralmente. En unos ejercicios espirituales el obispo Felipe Arizmendi también nos ayudó a reflexionar en el tema de la espiritualidad en la nueva diócesis”.

Finalmente, se refirió a la estrecha relación que habrá entre la Diócesis de Iztapalapa y la Arquidiócesis de México: “Hay que tomar en cuenta que la nueva Provincia de México estará conformada por la arquidiócesis y las tres nuevas diócesis; entonces va a haber algunos aspectos que vamos a tener que trabajar de manera conjunta como provincia, por el bien de la Ciudad de México”.





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