Hechos contrarios a las palabras

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La Megamisión llega a los reclusorios de la CDMX

Mons. Carlos Samaniego celebró dos Misas, en las que dirigió a los internos palabras de aliento.

25 octubre, 2019
La Megamisión llega a los reclusorios de la CDMX
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Este viernes 25 de octubre, en el marco de las 72 horas de Misión, culmen de la Megamisión a la que ha convocado el cardenal Carlos Aguiar Retes, 173 voluntarios visitaron nueve centros de reinserción social de la Ciudad de México, donde llevaron la Palabra de Dios a los reclusos y convivieron con ellos.

Por ejemplo, en el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente estuvieron esta tarde una veintena de voluntarios organizados por la Pastoral Penitenciaria de la Arquidiócesis de México, quienes compartieron los alimentos con internos que se dieron cita tanto en la capilla principal, como en la capilla para los internos del Dormitorio 9, destinada a varones con discapacidad, enfermos o de la tercera edad.

Además de que los voluntarios de la Megamisión acompañaron a los privados de su libertad con sus cantos y conversaciones, éstos recibieron la bendición monseñor Carlos Samaniego, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de México, quien les dirigió sentidas palabras de aliento durante las Misas que celebró en ambas capillas, y también al hacer su recorrido por diversos pasillos de la prisión.

Durante la homilía que pronunció en la capilla principal, monseñor  Samaniego refirió que, tras ser nombrado Obispo Auxiliar, tuvo la oportunidad de viajar a Roma y conversar con el Papa Francisco, a quien dijo que, como sucesor de los apóstoles, su deseo era dar un poquito de paz a México, donde hay mucha violencia provocada por la delincuencia, el narcotráfico y el crimen organizado. Y en este sentido, también quiso llevar al reclusorio el mensaje de Cristo, “el Príncipe de la Paz”.

En este marco, monseñor Carlos Samaniego pidió a los internos que participaron de la Misa llevarse una mano a la frente y pedir a Jesús pensamientos de paz; posteriormente, les indicó ponerse la mano en los labios y pedirle palabras de paz; después tocarse el corazón y pedirle sentimientos de paz. Finalmente, les pidió tener entre sí gestos de paz, como darse la mano y extenderse un abrazo como la familia de internos que son.

Posteriormente, durante la Misa para internos del Dormitorio 9, monseñor Carlos Samaniego dijo a la comunidad que desde ahora el también quedaría preso, “preso del amor de Dios y del amor de ustedes, que no han dejado de expresarme muestras de cariño desde que entré”.

Israel es un interno del Dormitorio 9, una persona con discapacidad, quien se mueve en silla de ruedas y ha sido sometido a 32 operaciones de cabeza y estómago; sus huesos son en exceso frágiles y no existe tratamiento para esta rara enfermedad; sin embargo, hoy más que nunca -dice- se siente entusiasmado.

“Gracias por venir a visitarnos, me da gusto que la sociedad no se olvide de nosotros; hoy me dieron ganas de salir adelante, y sé que con la ayuda de Dios, un día saldré libre”, aseguró.

A sus 34 de edad, Óscar lleva 12 años en el Reclusorio Oriente, y desde hace años participa “por fe y convicción” en todas las actividades pastorales. “Hoy vi gente que no conozco, pero sí conozco al que traen en su corazón: a Cristo Jesús”.

Mañana sábado continuará la visita a personas privadas de su libertad: 73 voluntarios se harán presentes en otro centro de reinserción social y en cuatro comunidades de jóvenes infractores. También se desarrollarán actividades en los otros cuatro ambientes: Ecología, Pobreza, Discapacidad y Enfermos.

Cabe recordar que para el ambiente de cárceles el número de voluntarios fue controlado por cuestiones de seguridad.

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Autor

Editor de la revista Desde la fe/ Es periodista católico/ Egresado de la carrera de Comunicación y Periodismo de la Facultad de Estudios Superiores Aragón.