¿Quiénes son los 9 beatos que el Papa León XIV convertirá en santos?
El papa León XIV dectró que los dos jóvenes Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis sean canonizados el domingo 7 de septiembre. Y los beatos Ignazio Maloyan, Peter To Rot, Vincenza Poloni, Carmen Rendiles, María Troncatti, José Gregorio Hernández y Bartolo Longo sean canonizados el domingo 19 de octubre de 2025. Te contamos sus historias.
El viernes 13 de junio de 2025 se realizó un Consistorio presidido por el Papa León XIV tras el cual se dieron a conocer las fechas de canonización de ocho beatos. La mayoría de ellos son de Italia, con 5; uno es de Turquía y 2 nacieron en Venezuela.
El decreto del pontífice establece que los dos jóvenes Pier Giorgio Frassati y el querido “influencer de Dios” Carlo Acutis sean canonizados el domingo 7 de septiembre de 2025.
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Mientras que los beatos Ignazio Choukrallah Maloyan, Peter To Rot, Vincenza María Poloni, Carmen Rendiles, María Troncatti, José Gregorio Hernández y Bartolo Longo lo serán el domingo 19 de octubre, también de este año, 2025.
¿Quiénes son los próximos beatos que canonizará el Papa León XIV?
1. Ignacio Choukrallah Maloyan

Arzobispo católico armenio de Mardin, fue martirizado en 1915 durante el genocidio armenio. Nació en una región de la actual Turquía, en 1869. Y a la temprana edad de 14 años es admitido al convento de Bzommar, en Líbano, donde adopta el nombre de Ignacio en memoria del mártir de Antioquía.
Predicó en Alejandría y evangelizó en árabe y turco. Se le confió el cuidado pastoral de armenios y tiempo después sirvió en Constantinopla.
Sufría delicados problemas de salud en sus ojos y tenía dificultad para respirar, lo que le obligó a permanecer un tiempo en Egipto. Era devoto del Sagrado Corazón de Jesús.
En el marco de la I Guerra Mundial, los armenios en Turquía sufrieron persecución y exterminio. Junto a cientos fue encadenado y arrastrado en un intento porque se convirtiera al islam. Ante su negativa fue sometido a tortura. Aunque “le arrancaron las uñas”, se mantuvo firme en la fe: “Me enorgullezco de la cruz de mi Dios y Señor”. Antes de recibir un mortal disparo, dijo: “Dios mío, ten piedad de mí; en tus manos encomiendo mi espíritu”.
2. Pedro To Rot

Este joven de Papúa Nueva Guinea era catequista. Y fue hecho mártir por continuar su apostolado desafiando la prohibición impuesta por los japoneses durante la II Guerra Mundial.
Tras la invasión de la isla en 1945, los japoneses prohibieron las misiones sacerdotales e impulsaron la poligamia, algo a lo que el beato se opuso con firmeza. Como consecuencia, fue martirizado cuando tenía 33 años de edad.
Era laico y padre de familia. Devoto del Sagrado Corazón de Jesús y catequista, fue un claro defensor del matrimonio y los valores asociados a la familia.
3. Vincenza Maria Poloni

Nacida en 1802 en Verona, Italia, dedicó sus vida al cuidado de los ancianos y los enfermos, quienes para ella constituían el cuerpo de Cristo sufriente.
Bautizada como Luigia Francesca, en 1848 emite junto con otras hermanas sus votos religiosos de pobreza, castidad y obediencia, y adopta el nombre de Vincenza Maria. Tiempo después, su esfuerzo y dedicación llevan a convertir en realidad el Instituto de las Hermanas de la Misericordia.
Desde allí, la fundadora llevó adelante con admirable celo una misión de asistencia a los más vulnerables. Su vida la dedicó al cuidado de los enfermos crónicos, los niños huérfanos y las personas mayores.
Tras un riguroso examen histórico y teológico, la Santa Sede reconoció en 2006 el ejercicio de sus virtudes heroicas. Y el 17 de diciembre de 2007 se reconoció la curación milagrosa de la hermana Virginia Agostini por su intercesión ante Dios en 1939.
4. María del Monte Carmelo Rendiles

Carmen Rendiles Martínez nació en 1903 en Caracas (Venezuela) e ingresa a la Congregación francesa de las Siervas de Jesús en el Santísimo Sacramento en el año 1927.
Caracterizada por su bondad y nobleza, se propone refundar el grupo religioso. Fruto de ese esfuerzo, en 1965 la Santa Sede aprueba la fundación venezolana de esa congregación bajo el nombre de “Siervas de Jesús”.
El 21 de diciembre del 2017, se aprueba un milagro realizado por su intercesión ante Dios basado en la recuperación instantánea de una médico afectada por una lesión en su brazo en el año 2003. Fue beatificada en Caracas el 17 de junio del año 2018.
5. Carlo Acutis
Carlo Acutis fue un joven italiano católico, conocido por su profunda fe, su amor a la Eucaristía y su habilidad para usar la tecnología para evangelizar. Nació el 3 de mayo de 1991 en Londres (aunque creció en Italia) y falleció de leucemia el 12 de octubre de 2006, a los 15 años. A pesar de su corta vida, dejó una huella muy profunda en la Iglesia, especialmente entre los jóvenes.
Era un adolescente como cualquier otro, le gustaban los videojuegos, los perros, el fútbol y la informática. Pero al mismo tiempo, tenía una espiritualidad profunda.
Asimismo, iba a Misa diaria, rezaba el Rosario y adoraba el Santísimo con frecuencia. Decía: “La Eucaristía es mi autopista al cielo”.
Usó su talento en programación para crear un sitio web sobre los milagros eucarísticos del mundo. Su idea era ayudar a otros a conocer el poder de la Eucaristía.
Fue llamado por muchos el “influencer de Dios” por su capacidad para transmitir la fe a través de medios digitales.

6. María Troncatti

Monja profesa de la Congregación de las Hijas de María Auxiliadora. Nació en Corteno Golgi, Italia, en 1883. Y pese a la resistencia de su papá, ingresó en las Hijas de María Auxiliadora. Hizo su primera profesión en 1908 y los votos perpetuos en 1914. Durante la I Guerra Mundial, fungió como enfermera de la Cruz Roja y atendió a los soldados.
Pasó un tiempo de misión con indígenas en Ecuador, donde hizo construir un hospital y dedicó parte de su vida a la atención de los moribundos. Sufrió no pocas dificultades de salud y falleció en un accidente aéreo en Sucúa, cuando iba rumbo a Quito para participar de unos ejercicios espirituales.
La curación de un indígena de la provincia de Morona Santiago en 2015 por la mediación de la beata ante Dios abrió las puertas a la canonización que finalmente autorizó el papa.
7. José Gregorio Hernández Cisneros

Brillante científico latinoamericano llamado cariñosamente el “médico de los pobres”, por su extraordinaria entrega a los más necesitados. Especialmente destacado en la ciencia, académico sobresaliente y políglota, José Gregorio nació en Isnotú, estado Trujillo, en Venezuela.
Profesor universitario y filántropo, ingresó en la Tercera Orden Seglar de San Francisco y se comprometió a ayudar a los más necesitados. Más tarde se incorporó a la Cartuja de Farneta (Lucca), pero la abandonó por motivos de salud. También comenzó a prepararse para el sacerdocio, pero estando en el Colegio Pío Latino Americano de Roma, le sobrevino una pleuresía y principio de tuberculosis. Finalmente, se dedicó a la medicina, en la que dejó un rico legado.
José Gregorio solía adquirir con su dinero los medicamentos que recetaba y entregaba gratuitamente a quienes no los podían pagar. Al salir de una farmacia en Caracas, en junio de 1919, tras comprar medicinas para un paciente anciano, fue atropellado por uno de los pocos vehículos que había en el país. Murió posteriormente en el hospital. Es una de las figuras más queridas de Venezuela.
8. Pier Giorgio Frassati

Fiel laico de la Tercera Orden de Santo Domingo. Piergiorgio nació en Turín, Italia, en el año 1901 en el seno de una familia especialmente adinerada, en cuyos acomodos no sentía que encajara. Chocaba continuamente con su papá con quien solía tener visiones contrastadas.
Estudió Ingeniería Mecánica, en parte impulsado por el deseo de estar cerca de los mineros, que para entonces eran los más explotados. No consiguió graduarse, aunque recibió la mención “honoris causa” más de un siglo después de nacido, en 2001.
Dedicó la mayor parte de su vida a la labor social, con una entrega desinteresada por los pobres, especialmente en Turín, a quienes dedicaba el dinero que recibía de su familia. Tanto que lo apodaron “Empresa Transportes Frassati”, porque les llevaba ropa, alimentos, madera y carbón.
Era especialmente alegre y afectuoso. Tuvo una vida de acción, oración y servicio, mayormente silenciosa. Murió por una poliomielitis fulminante que lo sorprendió cuando sólo tenía 24 años.
El dolor de las miles de personas y los interminables testimonios de pobres a quienes ayudó rompieron el corazón de su padre, quien llegó a exclamar entre lágrimas: “¡No conocí a mi hijo!”. Muchos consideran que la conversión de su papá fue el primer milagro del beato.
9. Bartolo Longo

Modelo de laico dominico y abogado de profesión, este feligrés difundió el culto a la Virgen María en su advocación del Santo Rosario, así como a la catequesis de los campesinos, en paralelo con la renovación de la iglesia parroquial de su pueblo.
Además, emprenderá más tarde, siguiendo el pedido de un obispo, un templo católico especialmente dedicado a la Virgen. A ella le dedica su amor, que lo conducirá a proteger a la infancia más desfavorecida. En este marco, trabajará en la creación de obras sociales para dar acogida, formación e inserción laboral de niños y niñas.
Era administrador de una hacienda en Pompeya, cuando conmovido por la pobreza que le rodeaba, decide fundar la Cofradía del Santo Rosario; más tarde, impulsará la basílica dedicada a Nuestra Señora. Se casará con una condesa viuda, quien será más tarde su compañera de apostolado. El beato ,orirá con ochenta y cinco años de edad, el 5 de octubre del año 1926.