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¿Por qué sobrevivió la imagen de la Virgen de Guadalupe en Notre Dame?

Una característica propia de la arquitectura gótica habría impedido que el fuego dañara la parte baja de la catedral de Notre Dame.

16 abril, 2019

Tras el incendio de este lunes en la Catedral parisina de Notre Dame, creció la incertidumbre –particularmente entre los mexicanos– sobre qué tanto había afectado el fuego a la Capilla de la Virgen de Guadalupe que se encuentra ubicada en una de las naves laterales del edificio. En entrevista con Desde la fe, el padre José de Jesús Aguilar, quien fuera Director de Arte Sacro de la Arquidiócesis Primada de México, explica cuáles fueron las circunstancias que provocaron que dicha capilla –y por lo tanto la imagen– no sufriera daños.

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Desde hace siete décadas, en la Catedral de París se encuentra esta capilla, cuya imagen central es la Morenita del Tepeyac, una de las más veneradas no sólo por la comunidad mexicana o latina que reside en Francia, sino por muchos otros creyentes de distintas nacionalidades. El padre José de Jesús Aguilar asegura que la imagen de la Guadalupana es una de las que más flores recibe, y más veladoras tiene encendidas.

El sacerdote afirma que la atención de cualquier persona que entra a la Catedral de Notre Dame se ve acaparada invariablemente por dos imágenes: una es la de Nuestra Señora de París, de estilo gótico, y la otra es la de la Emperatriz de América; esta última, localizada en la nave izquierda del inmueble. Cabe señalar que, en el año 2013, junto a la Virgen de Guadalupe fue colocada una imagen de san Juan Diego.

Precisamente, en virtud de su ubicación, es de suponer que la capilla no sufrió un daño importante. “Hay videos –explica el padre– en los cuales se puede observar que en esas capillas hay pinturas que no están afectadas. Esa es la misma situación de la Capilla de Guadalupe”.

Capilla de Virgen de Guadalupe

La imagen de la Virgen de Guadalupe en Notre Dame es una de las que más veladoras tiene encendidas.

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La razón por la cual el fuego no alcanzó esa zona –precisa– es porque en la Catedral de Notre Dame hay una separación muy notable entre la nave central, que es sumamente alta, y las naves laterales, que son sumamente bajas.

“Al hablar de un incendio en una catedral gótica, cuando éste viene de dentro hacia fuera; es decir, cuando se da en el interior (en la parte baja), es difícil que las llamas alcancen las partes altas, precisamente por la altura. En cambio, cuando el incendio se da en la techumbre –como fue en este caso–, y dado que las llamas ascienden (no descienden), lo más lógico es que éstas no alcanzaran las partes bajas del interior, y menos las capillas que están en los laterales, protegidas, además, con una estructura muy particular”.

El padre Aguilar añade un dato: “también se pudo ver en los videos que cuando se desplomó parte del techo sobre la nave central, el desprendimiento no alcanzó a tener un rebote importante como para afectar las capillas laterales, sólo la parte del Coro, que además estaba hecho de madera, y parte del Altar Mayor”.

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Una cruz iluminada

Sobre la cruz dorada que destaca en varias fotografías detrás del altar en ruinas, y que ha dado pie a una serie de comentarios en redes sociales sobre su peculiar luminosidad en medio de la tragedia, el especialista en arte sacro precisa que dicha cruz es parte del conjunto de la escultura de La Piedad, donde la Virgen María está sentada y tiene en sus brazos el cuerpo sin vida de su Hijo Jesucristo, que acaba de ser bajado de la cruz.

“En la Catedral de Notre Dame –reflexiona el padre José de Jesús Aguilar– como en cualquier otra iglesia del mundo, se habla de la Resurrección, pero también del sufrimiento, de la muerte por la que tiene que pasar el ser humano. Y esa cruz nos debe recordar, especialmente en este tiempo de Pascua, que la destrucción no es el final, sino que siempre hay posibilidad de restauración, de creación y, en el caso del ser humano, de resurrección”.



Autor

Estudié Ciencias de la Comunicación y Periodismo en la Facultad de Estudios Superiores Aragón, de la Universidad Autónoma de México. Desde 2003 soy Editor General de la revista Desde la fe, órgano de formación e información de la Arquidiócesis Primada de México. Me he especializado en la fuente religiosa a través de cursos y diplomados. La tesis de licenciatura es "Exorcismos en el siglo XXI, ¿mito o realidad".