Iglesia en Nicaragua: ¿qué pasa con la persecución religiosa en 2024?

El encarcelamiento de obispos, la expulsión de religiosas y sacerdotes, el cierre de instituciones y la toma de bienes e infraestructuras eclesiales forman parte del intenso enfrentamiento del régimen sandinista contra la Iglesia Católica en Nicaragua.

A lo largo del año que culminó, se contabilizaron nuevas agresiones, incluyendo el envío a la cárcel de al menos dos obispos. Las últimas víctimas registradas por la prensa independiente son los prelados Rolando Álvarez e Isidoro del Carmen Mora, quienes pasaron Navidad tras las rejas por un pedido de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

¿Qué dijo el Papa sobre la represión religiosa en Nicaragua?

No en vano, el Papa Francisco se pronunció enérgicamente sobre el tema una vez más. Este lunes, al comenzar el año 2024, el Sumo Pontífice llamó a rezar mundialmente por Nicaragua ante la ofensiva que sufre la Iglesia Católica en esa nación latinoamericana.

“Sigo con preocupación lo que está sucediendo en Nicaragua, donde obispos y sacerdotes han sido privados de su libertad”, recordó el Papa.

“Expreso mi cercanía en la oración a ellos, a sus familias y a toda la Iglesia en Nicaragua”, dijo, al tiempo que reiteró la importancia de sumarse a una “oración insistente” por la libertad de quienes sólo llevan un mensaje de amor y esperanza en el país a favor de “todo el pueblo de Dios”.

“Espero que se pueda seguir el camino del diálogo para superar las dificultades”, y en este marco, “rezamos por Nicaragua”.

¿A cuántos obispos y sacerdotes ha reprimido el gobierno de Nicaragua?

En total, son más de quince los sacerdotes afectados de forma directa por la violencia estatal, así como los obispos que han sido encarcelados tras una potente ola de represión contra la Iglesia Católica, a partir de las protestas que sufrió la región desde el año 2018.

Tan sólo en la última semana de 2023 fueron detenidos cuatro sacerdotes y varios religiosos hasta totalizar, al menos, una docena de personas, de acuerdo con los reportes independientes y fuentes religiosas y aquellas vinculados con la defensa de los derechos humanos.

En el registro de detenidos de las últimas horas, figuran Gerardo Rodríguez, Miguel Mántica, Mykel Monterrey. También fue capturado el sacerdote Raúl Zamora, el cual se hizo especialmente mediático por albergar en la iglesia Divina Misericordia (Managua) a varios de quienes, en el marco de las protestas nacionales de 2018, huían de la represión orteguista.

Lista de religiosos detenidos por orden de Daniel Ortega

En total, la lista actualizada hasta el 31 de diciembre de 2023 incluye a:

• Monseñor Rolando Álvarez, obispo de Managua. Lo detuvieron el 19/08/22 e ilegalmente lo condenaron a 26 años de cárcel. Por él intervino sin éxito el Papa Francisco, y ha sido un ícono en el marco de la represión de Daniel Ortega contra la Iglesia.
• Monseñor Isidoro Mora, obispo de Siuna. Fue detenido el 20/12/2023.
• Monseñor Carlos Avilés, sacerdote de Managua. Fue detenido el 28/12/2023.
• Monseñor Silvio Fonseca, sacerdote en León, párroco de la Parroquia Santa Faz; vicario de Familia, Vida e Infancia de la Arquidiócesis de Managua. Fue detenido el 29/12/2023.
• Monseñor Marcos Díaz Prado, sacerdote de León, párroco de Santo Tomás Apóstol en Puerto de Corinto. Fue detenido el 29/12/2023.
• Monseñor Miguel Mántica. Sacerdote en Managua. Párroco de la parroquia San Francisco de Asís. Fue detenido el 30/12/2023.
• Padre Fernando Calero. Sacerdote en Matagalpa. Fue detenido el 28/12/2023.
• Padre Pablo Villafranca. Sacerdote en Matagalpa. Fue detenido el 26/12/2023.
• Padre Héctor Treminio Vega. Sacerdote en Managua. Fue detenido el 28/12/2023.
• Padre Mykel Monterrey. Sacerdote en Matagalpa. Fue detenido el 29/12/2023.
• Padre Raúl Zamora. Sacerdote en Managua. Párroco de la parroquia Jesús de la Divina Misericordia. Fue detenido el 30/12/2023.
• Padre Gerardo José Rodríguez. Sacerdote en Managua. Párroco de la Parroquia Purísima Concepción. Fue detenido el 30/12/2023.
• Padre Jader Hernández. Párroco de la iglesia Madre del Divino Pastor, Nejapa. Fue detenido el 30/12/2023.
• Seminarista Alester Sáenz. Estudiante del Seminario Interdiocesano Nuestra Señora de Fátima. Fue detenido cuando estaba con el obispo Isidoro Mora el 20/12/2023.
• Seminarista Tony Palacio. Estudiante del Seminario Interdiocesano Nuestra Señora de Fátima. Fue detenido cuando se encontraba con monseñor Isidoro Mora el 20/12/2023.
• Monseñor Óscar Escoto. Vicario general de la Diócesis de Matagalpa. Lo dejaron en libertad el día de su captura (22/12/2023), pero horas más tarde lo detuvieron de nuevo.
• Padre Jader Guido. Fue detenido el 24/12/2023 y liberado el mismo día. Es el tercer vicario de la catedral de Matagalpa.

¿Qué acciones implementó el gobierno de Nicaragua contra la Iglesia?

La escalada es evidente. En la actualidad ni siquiera es clara la agenda de la Semana Mayor para 2024, si se toma en cuenta que la Semana Santa de 2023 transcurrió sin procesiones en las calles por órdenes gubernamentales, cuyas autoridades reaccionan ante cualquier gesto público de oración por la libertad.

En 2023 no hubo permiso para la realización del tradicional viacrucis, elemento central en una de una de las fechas más icónicas y representativas para los católicos en todo el año.

Según reporta el medio Infobae con base en la indicación de Martha Patricia Molina, investigadora y experta en temas religiosos, “el régimen de Daniel Ortega ha prohibido que se mencione en los oficios religiosos el nombre de monseñor Rolando Álvarez”, quien acumula ya más de 500 días en la cárcel.
Fuentes independientes y de la Iglesia sostienen que en la actualidad existe un continuo monitoreo en las misas, a fin de identificar a quienes hacen mención al prelado (monseñor Rolando Álvarez) o emiten comentarios relacionados con la libertad y la democracia, para detenerlos.

¿Qué dijo Daniel Ortega sobre el Vaticano?

Con casi 15 años en el poder, en un cuestionado nuevo mandato, Daniel Ortega intensificó su esquema de persecución contra la Iglesia, y el escenario no muestra signos de cambio para el 2024. En los últimos meses respondió incluso al Papa, calificando de “mafia” al Vaticano.

“Si vamos a hablar de democracia (…), el pueblo debería elegir en primer lugar a los curas del pueblo, luego a los obispos, a los cardenales y tendría que haber una votación en el pueblo católico en todas partes para que se elija también al Papa por voto directo del pueblo”, dijo.

“¡Qué sea el pueblo el que decida y no la mafia que está organizada en el Vaticano!”, agregó.

Fue en este marco que el Papa pidió al mundo unirse en oración, una solicitud de la que se han hecho eco sacerdotes y prelados. Uno de ellos fue el obispo auxiliar de Managua en el exilio, monseñor Silvio José Báez, quien aseguró que esta semana se “ha desatado una feroz cacería contra los sacerdotes ordenada por la dictadura sandinista”.

Encarcelados en Nochebuena

El número de sacerdotes privados de libertad sigue en aumento. Sólo en la víspera de Nochebuena fueron encarcelados cinco sacerdotes, entre ellos el director del Instituto Juan Pablo II, monseñor Silvio Fonseca, a quien arrestaron al culminar una misa en la parroquia Santa Faz.

La lista de perseguidos incluye al párroco de Nuestra Señora de la Candelaria en Managua, el padre Mykel Monterrey; así como a los también sacerdotes Gerardo Rodríguez y Raúl Zamora. Al grupo se suma monseñor Miguel Mántica, lo que hace superar la quincena de religiosos detenidos sin razón distinta a su posición por la libertad, o simplemente a favor de la fe.

El ataque es directo. Aparte de “mafia”, el régimen nicaragüense los califica de “sacerdotes diabólicos”. En efecto, la cogobernante Rosario Murillo ha empleado los medios de comunicación estatales para señalarlos como “los verdaderos diablos” que “siembran el odio”.

¿Cómo ha atacado el gobierno de Nicaragua a la Iglesia?

El esquema represivo incluye prohibiciones a la expresión pública de la fe, como ocurrió en Semana Santa; amén de un largo etcétera que echa mano de la asfixia estatal de las instituciones y la apropiación indebida de bienes. Así mismo, se practica el exilio forzoso del clero, y la aplicación de otro recurso extremo: la cárcel. Ya en 2023, la administración de Daniel Ortega ordenó el cierre de universidades vinculadas o gestionadas por la Iglesia Católica, y de diversos entes manejados por los jesuitas en el país.

José María Tojeira SJ, portavoz de la Provincia Centroamericana de la Compañía de Jesús conversó en exclusiva vía electrónica con Desde la fe sobre el escenario de persecución que sufren sacerdotes y religiosos por parte de la administración de Daniel Ortega, quien canceló su personalidad jurídica y les confiscó los bienes.

“El futuro inmediato en Nicaragua es difícil. El gobierno ha expulsado religiosas y religiosos, continúa amenazando y negando renovaciones de residencia o retrasándolas sistemáticamente”.

No obstante, el sacerdote jesuita recordó que “los religiosos en Nicaragua aman su misión evangelizadora” y “saben optar por la humildad en el servicio al país”.

¿Qué expropiaciones ha aplicado el régimen de Ortega a la Iglesia de Nicaragua?

Aunque taxativamente prohibidas por la Constitución de Nicaragua (cf. Artículo 44), Daniel Ortega retomó la práctica de las expropiaciones como parte de su política de intimidación contra la Iglesia Católica.

En este marco, estableció una legislación diseñada para apropiarse de los bienes de las instituciones religiosas tras despojarlas de su personaría jurídica. Una acción que, en la práctica, contraviene las garantías del estado de derecho.

De esta forma, a través de la Ley General de Regulación y Control de los Organismos Sin Fines de Lucro, se comenzaron a aplicar confiscaciones, una medida que desde 2018 no se ha detenido.

En la lista de los bienes expropiados figuran los de la Asociación Compañía de Jesús, algo que ocurrió apenas días después de la clausura forzosa y confiscación de la Universidad Centroamericana regentada con éxito por los jesuitas en la nación; así como de varios colegios privados.

Esos y otros bienes fueron retirados sin compensación alguna por medio de un “traspaso” al Estado nicaragüense.

Además, el régimen dictatorial ejecutó la “disolución” de la Asociación Compañía de Jesús en Nicaragua, y lo oficializó a través de un acuerdo ministerial publicado en el diario oficial “La Gaceta”.
Igualmente, el ente religioso sufrió la congelación de todas las cuentas bancarias, amén de la inmovilización de propiedades vinculadas a la prestigiosa casa de estudios superiores.

Al registro de “clausurados” se suma también la Fraternidad Pobres de Jesucristo, si bien desde el comienzo de las confiscaciones ilegales, la cifra de organismos cerrados o afectados directamente por la medida supera las 3.300, de acuerdo con recuentos de organismos independientes.

¿Por qué persigue el gobierno de Nicaragua a la Iglesia?

Sobre los motivos del ataque, el padre José María Tojeira dijo a Desde la fe que “la persecución que sufre la Iglesia (Católica) en Nicaragua se debe a su función profética y caritativa. El Estado autoritario de Nicaragua no permite ninguna voz discordante y mucho menos que denuncie injusticias cometidas desde el poder”.

El sacerdote también sostuvo que en la actualidad “el Estado nicaragüense no soporta que alguien sea libre, y mucho menos que denuncie arbitrariedades o injusticias del poder”.

Recordó, asimismo, que el escenario actual “podría modificarse en cualquier momento, dada la persecución a la Iglesia, al pensamiento crítico y a la dimensión profética de la Iglesia. Ya nos había cerrado la ONG Juan XXIII, una OGN de desarrollo y apoyo a las comunidades pobres”.

“El obispo Rolando Álvarez encarcelado, las hermanas de la Madre Teresa expulsadas, sacerdotes y otro obispo, todos ellos nicaragüenses despojados de su nacionalidad, amenazas a congregaciones religiosas y apropiación de sus bienes, son parte de la persecución a la Iglesia. Todo ello dentro de un contexto de persecución también a opositores políticos, defensores de derechos humanos y periodistas independientes”.

¿Cuál es el futuro de la Iglesia en Nicaragua?

En cuanto al futuro que avizoran para las congregaciones religiosas, el sacerdote jesuita estima que “lo que queda dentro es apoyar. Fuera, estamos trabajando sobre todo en temas de becas para estudiantes que se ven impedidos por la situación para salir del país, y se está elaborando un pequeño programa entre las universidades de Guatemala y de El Salvador. También está el apoyo monetario en las medidas de nuestras posibilidades que no son absolutamente grandes, pero que sí se puede hacer”.

“Lo que nos queda es trabajar por una verdadera democracia, participativa, inclusiva, que defienda los derechos humanos, que ayude a salir de la pobreza, la injusticia, etcétera. Mantener la posición que hemos mantenido de pensamiento libre e insistir en la importancia para el desarrollo del pensamiento libre”.

Con el desafío de alcanzar la paz en la nación y detener la violenta arremetida contra la fe, queda a los católicos del mundo hoy más que nunca seguir el reciente pedido del papa Francisco y unirse intensamente en oración a Dios por Nicaragua.