Especialistas señalan aumento del grooming en cuarentena
Durante el aislamiento por COVID-19, los niños pasan más tiempo en línea, lo que puede aumentar sus riesgos en internet
La cuarentena por coronavirus COVID-19 puede llevar a que los niños y adolescentes pasen más tiempo conectados a internet y a las redes sociales, lo cual aumenta el riesgo de que sufran riesgos de caer en agresiones o fraudes de internet, entre ellos el grooming, es decir, acoso de un adulto hacia un menor.
Uno de los especialistas que ha advertido a los padres de familia sobre el particular riesgo en esta época de aislamiento es Hernán Navarro, fundador de Grooming Argentina, una ONG dedicada a la prevención de este delito, quien en entrevista con el diario La Nación aseguró que hiperconectividad pone en mayor riesgo a los niños.
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El especialista explicó que una forma de prevenir este delito consiste en que los adultos supervisen y administren la utilización de los dispositivos móviles con los que los menores entran a internet.
¿Qué es el grooming?
El término -en español significa “acicalamiento”- se refiere al acercamiento de un adulto hacia un menor de edad a través de internet, muchas veces con engaños, para crear lazos de amistad, ganar su confianza para obtener fotografías íntimas, abusar sexualmente de él o, incluso, con fines de prostitución.
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“El acosador arma una estrategia, como si se tratara de una cacería, que comienza con el conocimiento del lenguaje de los menores, y domina los temas relacionados con videojuegos, apps, etcétera”, explicó la maestra Ana Cristina González Díaz, comunicóloga social y especialista en prevención de adicciones.
Ganar su confianza
El primer paso -indica González Díaz- es identificar potenciales víctimas y establecer una relación de confianza, haciéndose pasar por un chico o chica de su edad. Así pueden conocer la personalidad y los problemas del adolescente o joven para establecer un vínculo emocional.
Según la Policía Cibernética, el acosador invierte de tres a seis meses en ganarse la confianza del menor, antes de hacer la primera insinuación sexual.
Cuando el niño le entrega su confianza y le comparte secretos, anécdotas y sentimientos -aunque estos no sean de índole sexual- el victimario utiliza el chantaje como herramienta para obtener lo que desea.
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“Aquí, el menor ya se expuso, y el acosador puede decirle: ‘si no me mandas una imagen en cierta pose, entonces revelo tus secretos’. Esto es particularmente peligroso porque en esta etapa del desarrollo, el niño tiene pocas herramientas para enfrentar situaciones como éstas”, y puede ceder a la presión por miedo.
En los casos más extremos, el acosador puede sugerir una cita: “en este tipo de encuentros están expuestos a los abusos sexuales o incluso a la grabación o sustracción del menor con fines de explotación sexual o prostitución”.
El aumento en México
De acuerdo con cifras de la Unidad Especializada de la Policía Cibernética de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (2015), en nuestro país, uno de cada siete adolescentes en México ha sufrido o conoce a alguien víctima de grooming.
Además, la Federación de América Latina y el Caribe de Clubes, Centros y Asociaciones Unesco capítulo México advirtió que este delito se triplicó año con año.
Más vale prevenir
Para evitar que los hijos caigan en estos engaños, los padres deben mantener una comunicación estrecha con ellos, y hacerles saber que pueden hablar de cualquier tema, sobre todo si alguien más los está presionando. De esta manera se les previene de los riesgos que implica compartir información en las redes.
“Debemos estar enterados de estos nuevos delitos para elaborar herramientas de prevención, y en caso de que suceda, denunciar para que las autoridades tomen las medidas necesarias para actuar”.
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