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COLUMNA

Comentario al Evangelio

Lecturas de la Misa y Evangelio del Domingo 7 de diciembre 2025

Si la Iglesia nos presenta siempre a estas alturas del Adviento al precursor es para disponernos a la celebración de la llegada del Salvador.

1 diciembre, 2025
Lecturas de la Misa y Evangelio del Domingo 7 de diciembre 2025
Juan el Bautista.
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La redacción de Desde la fe está compuesta por sacerdotes y periodistas laicos especializados en diferentes materias como Filosofía, Teología, Espiritualidad, Derecho Canónico, Sagradas Escrituras, Historia de la Iglesia, Religiosidad Popular, Eclesiología, Humanidades, Pastoral y muchas otras. Desde hace 25 años, sacerdotes y laicos han trabajado de la mano en esta redacción para ofrecer los mejores contenidos a sus lectores. 

Lecturas y Evangelio del 7 de diciembre de 2025

  • Primera Lectura: Del libro del profeta Isaías: 11, 1-10
  • Salmo: Salmo 71
  • Segunda Lectura: De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 15, 4-9
  • Evangelio del día: Del santo Evangelio según san Mateo: 3, 1-12
  • Comentario al Evangelio

Primera lectura

Del libro del profeta Isaías: 11, 1-10

En aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, un vástago florecerá de su raíz. Sobre él se posará el espíritu del Señor, espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de piedad y temor de Dios.

No juzgará por apariencias, ni sentenciará de oídas; defenderá con justicia al desamparado y con equidad dará sentencia al pobre; herirá al violento con el látigo de su boca, con el soplo de sus labios matará al impío. Será la justicia su ceñidor, la fidelidad apretará su cintura.

Habitará el lobo con el cordero, la pantera se echará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos y un muchachito los apacentará. La vaca pastará con la osa y sus crías vivirán juntas. El león comerá paja con el buey.

El niño jugará sobre el agujero de la víbora; la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni estrago por todo mi monte santo, porque así como las aguas colman el mar, así está lleno el país de la ciencia del Señor. Aquel día la raíz de Jesé se alzará como bandera de los pueblos, la buscarán todas las naciones y será gloriosa su morada.

Palabra de Dios.

Salmo

/R/ Ven, Señor, rey de justicia y de paz.

Comunica, Señor, al rey tu juicio, 
y tu justicia al que es hijo de reyes; 
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres 
y regirá a tu pueblo justamente. /R/

Florecerá en sus días la justicia 
y reinará la paz, era tras era. 
De mar a mar se extenderá su reino 
y de un extremo al otro de la tierra. /R/

Al débil librará del poderoso 
y ayudará al que se encuentra sin amparo; 
se apiadará del desvalido y pobre 
y salvará la vida al desdichado. /R/

Que bendigan al Señor eternamente, 
y tanto como el sol, viva su nombre. 
Que él sea la bendición del mundo entero 
y lo aclamen dichoso las naciones. /R/

Segunda lectura

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 15, 4-9

Hermanos: Todo lo que en el pasado ha sido escrito en los libros santos, se escribió para instrucción nuestra, a fin de que, por la paciencia y el consuelo que dan las Escrituras, mantengamos la esperanza.

Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, les conceda a ustedes vivir en perfecta armonía unos con otros, conforme al espíritu de Cristo Jesús, para que, con un solo corazón y una sola voz alaben a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo.

Por lo tanto, acójanse los unos a los otros como Cristo los acogió a ustedes, para gloria de Dios. Quiero decir con esto, que Cristo se puso al servicio del pueblo judío, para demostrar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas y que por su misericordia los paganos alaban a Dios, según aquello que dice la Escritura: Por eso te alabaré y cantaré himnos a tu nombre.

Palabra de Dios.

Evangelio

Del santo Evangelio según san Mateo: 3, 1-12

En aquel tiempo, comenzó Juan el Bautista a predicar en el desierto de Judea, diciendo: “Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los cielos”. Juan es aquel de quien el profeta Isaías hablaba, cuando dijo: Una voz clama en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos.

Juan usaba una túnica de pelo de camello, ceñida con un cinturón de cuero, y se alimentaba de saltamontes y de miel silvestre. Acudían a oírlo los habitantes de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región cercana al Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el río.

Al ver que muchos fariseos y saduceos iban a que los bautizara, les dijo: “Raza de víboras, ¿quién les ha dicho que podrán escapar al castigo que les aguarda? Hagan ver con obras su conversión y no se hagan ilusiones pensando que tienen por padre a Abraham, porque yo les aseguro que hasta de estas piedras puede Dios sacar hijos de Abraham. Ya el hacha está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé fruto, será cortado y arrojado al fuego.

Yo los bautizo con agua, en señal de que ustedes se han convertido; pero el que viene después de mí, es más fuerte que yo, y yo ni siquiera soy digno de quitarle las sandalias. Él los bautizará en el Espíritu Santo y su fuego. Él tiene el bieldo en su mano para separar el trigo de la paja. Guardará el trigo en su granero y quemará la paja en un fuego que no se extingue”.

Palabra del Señor.

Comentario al Evangelio

Que habría un precursor lo habían anunciado los profetas. Israel tendía hacia el momento en el que Dios interviniera para reivindicar el honor a Él debido. Era la espera del Mesías, que se había intensificado en los tiempos de la venida del Señor. El evangelista san Mateo es muy cuidadoso al mostrar el cumplimiento en Jesús de las expectativas de Israel. Y este precursor habla y actúa. Con claridad y contundencia.

Habla, llamando a la conversión. Al arrepentimiento por los pecados y a la disposición a un cambio de mentalidad y un cambio de conducta. Y su llamado se orienta a una realidad inminente: el Reino de los cielos. Misterio de la presencia de Dios en la vida de los hombres, de modo que sea Él quien oriente sus pasos, que sean sus mandamientos los que garanticen la probidad, que sean sus promesas las que muevan a la esperanza.

Pero también actúa. Con un signo profético, que es a la vez un rito y un compromiso. El bautismo. Bautismo de arrepentimiento para el perdón de los pecados. No caben los puros formulismos externos. Así lo demuestra su denuncia a los fariseos. Es necesario que el arrepentimiento sea sincero, que la confesión sea franca, que la purificación se verifique en la conducta. Ya se bosquejaba entonces el nuevo nacimiento sacramental.

Si la Iglesia nos presenta siempre a estas alturas del Adviento al precursor es para disponernos a la celebración de la llegada del Salvador. Es un ejercicio y un acontecimiento. Ejercicio, porque a través de su repetición nos fortalece. Acontecimiento porque al verificarse en nuestro tiempo y en nuestro espacio nos hace vigente su sentido. Juan el Bautista nos sigue amonestando y estimulando. Escolta la acción litúrgica con su testimonio vigoroso. Y nos ayuda a perseverar en la esperanza. El designio divino se cumple. Nosotros lo conocemos, y nos disponemos con gratitud a actualizarlo.


Autor

La redacción de Desde la fe está compuesta por sacerdotes y periodistas laicos especializados en diferentes materias como Filosofía, Teología, Espiritualidad, Derecho Canónico, Sagradas Escrituras, Historia de la Iglesia, Religiosidad Popular, Eclesiología, Humanidades, Pastoral y muchas otras. Desde hace 25 años, sacerdotes y laicos han trabajado de la mano en esta redacción para ofrecer los mejores contenidos a sus lectores.