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7 claves para lograr una mejor relación con tus hijos

La primera relación que tiene una persona es a través de su madre y de su padre. Sigue estos consejos para formar una sana relación con tus hijos.

7 septiembre, 2018

Alguna vez le preguntaron a la Madre Teresa de Calcuta cuál consideraba que era la necesidad más grande que tenía la humanidad, y ella contestó: “la comunicación”.

Aquella respuesta me motiva a escribir este artículo sobre la relación entre padres e hijos, ya que el éxito de las buenas relaciones interpersonales –no sólo de padres con hijos, sino entre esposos, hermanos, compañeros de trabajo, etc.– radica en tener una buena y sana comunicación. Pero, ¿cómo podemos traducir esa “buena y sana comunicación” en acciones concretas?

Antes que nada, recordemos que la primera relación que tiene un ser humano con el mundo es a través de su madre y de su padre. Ellos se vuelven puente o canal con el exterior, son como los primeros intérpretes del mundo que les rodea, son su todo. Por eso la relación de un hijo con una madre es tan estrecha, que va más allá de una convivencia diaria. Es un vínculo único muy difícil de sustituir, pues hay una comunicación poderosa que supera las palabras. Esto lo vemos cuando las mamás interpretan el tipo de llanto de su bebé recién nacido y lo relacionan con alguna necesidad determinada. Eso es tener una comunicación poderosa con los hijos.

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Hasta aquí todo suena lindo y fácil de entender, pero, ¿qué pasa cuando los hijos van creciendo y su demanda de atención, lejos de disminuir (porque uno cree que como son más grandes se vuelven más independientes), crece y hace más difícil la comunicación?

Este es el punto central del artículo: el saber cómo sembrar, forjar, mantener y motivar una buena y sana comunicación con los hijos. Para ello les comparto estos elementos que nos pueden guiar hacia una comunicación poderosa con ellos:

  1. . Conoce y acepta su personalidad: en los primeros años de vida los hijos muestran rasgos que definen su carácter y temperamento. Uno, como papá, debe ubicar con claridad sus miedos, fortalezas, habilidades e inseguridades.
  2. . Si trabajas en el primer punto, entonces estás preparado para querer que tu hijo se desarrolle en la sociedad, ya que la personalidad puede ser moldeable en los primeros años y hasta la adolescencia.
  3. . No trates de forzar su personalidad para que alcance tus metas, ya que puede provocar que pierda el control sobre su persona y termine siendo algo que no es. Muchos jóvenes llegan a sentir enojo hacia sus padres por haberlos obligado a alcanzar metas que ellos nunca eligieron o porque siempre se sintieron presionados para lograr tal o cual objetivo.
  4. . Las personas se comunican siempre, por lo tanto, procura en todo momento traer puestas tus “antenas de papá” para sintonizar la “melodía” con la que suenan tus hijos. De esta manera podrás darte cuenta cuando están enojados, tristes, nerviosos, inseguros, felices, etc.
  5. . Si tienes duda de lo que sienten tus hijos, habla con ellos. Los hijos siempre se abren con las personas que los hacen sentir escuchados, así que si en ciertos momentos no logras sintonizar su “melodía”, opta por preguntarle.
  6. . Un hijo que se siente escuchado por sus padres, difícilmente buscará respuestas con gente desconocida, lo que en un momento dado podría poner en riesgo su vida.
  7. . Cuida el lenguaje no verbal. Cuando tu hijo te hable o te cuente algo, míralo siempre a los ojos, lo cual es signo de atención y respeto; además, este gesto transmite amor, protección y confianza en los hijos.

En la medida en que van creciendo los hijos, el arte de saber escuchar se torna difícil, pero no imposible. Por lo tanto, si todavía tienes hijos pequeños, es una excelente oportunidad para poner estos elementos en práctica.



Autor

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