Pongamos fin a la crisis de la familia
Las familias que superan los grandes riesgos lo hacen por un sentido de unidad y amor.
El ambiente natural e ideal para el crecimiento de todo ser humano siempre será la familia: en ella encontramos identidad, sentido de pertenencia, cultura, fe, vida, calor humano. Gracias a la familia somos capaces de integrarnos a una sociedad, a una patria, a la humanidad entera. Y, lamentablemente, siempre estará en riesgo su unidad, su integridad, sus medios para crecer, su finalidad.
Hay ocasiones en que la familia entra en crisis y su origen está en valores empobrecidos, en visiones parciales, en filosofías utilitarias, en políticas mediocres, en “economías que matan”, como señala el Papa Francisco.
Mucha ilusión sería pensar que se acabarán los riesgos de la familia con base en decretos gubernamentales o de ayudas filantrópicas, o por el cambio de modelos y la propuesta de visiones que por su novedad no aseguran ningún valor. La solución a la crisis por la que atraviesa la familia tampoco llegará como caída del cielo, o de un modelo cultural importado, o por la relativización y denostación de los roles tachados de “tradicionales”.
LEER TAMBIÉN
10 acciones para celebrar a tu familia
La familia entendida como una “comunidad de vida y amor” más que necesitar modelos o esquemas zarandeados por vaivenes políticos o pseudoculturales, sigue urgida de ideales y valores que se finquen en el respeto a la vida humana en todas sus etapas y el amor auténtico con todas sus posibilidades.
Las familias que superan los riesgos (drogas, violencia, desempleo, enfermedad, separación, etc.) lo hacen por un sentido de unidad y amor que sabe hacer pequeños los problemas y busca con afán las soluciones inmediatas y prácticas.
LEER TAMBIÉN
3 cosas que debe hacer toda familia católica
Las familias podrán superar todos los riesgos y dificultades si es que cuentan con el respaldo de asociaciones y grupos, de partidos y políticos, de jerarcas y líderes, que sepan sumar en acciones de vida y no restar en caminos de muerte.
La familia tiene solución. Y ahí está el testimonio de tantas familias que, a pesar de todo, siguen adelante. No acabarán los riesgos, pero a todos nos compete seguir fomentando soluciones.