Con los niños no. Ellos merecen esperanza
¿Cómo es que hemos llegado a niveles de violencia tan inhumanos como el asesinato de un hombre junto a sus niños? ¡Con los niños no!
“¡Con los niños no!”, es la consigna que ha resonado durante los actos de protesta realizados en México durante los últimos días, a raíz de un suceso criminal ocurrido en Culiacán, que da cuenta del nivel de deshumanización de la delincuencia.
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El pasado domingo 19 de enero, en esa ciudad, fueron asesinados a tiros un hombre de 41 años y sus dos hijos, de 9 y 12 años de edad, mientras viajaban a bordo de un vehículo.
¿Cómo fue que llegamos a un punto en el que nos hemos llenado de noticias de asesinatos y violencia? En un principio nos sorprendían los hechos, después, cuando se acumularon tantos nos sorprendieron las cifras. Ahora vamos en camino a perder la sorpresa de que incluso son niños las víctimas de la inseguridad.
Los niños son la riqueza de la humanidad, un alegre tesoro que hay que custodiar. Merecen gozar de las condiciones necesarias para vivir en alegría; requieren ambientes adecuados que les permitan alimentar la esperanza, hoy también mutilada por la violencia y los actos criminales.
Los niños son el presente y el futuro de la humanidad, el alegre porvenir que todos los actores sociales estamos obligados a cuidar y proteger como nuestro más valioso tesoro. Son las semillas en las que confiamos el florecer de nuestro futuro, y por tanto hacemos un llamado a las autoridades para garantizarles entornos seguros, espacios para jugar, aprender, convivir y en los que no estén en peligro de ser reclutados por la delincuencia organizada o morir a manos de criminales.
También llamamos a la conversión a todos aquellos que, seducidos por los placeres que genera la actividad criminal, han tomado la ruta equivocada del pecado, sin reparar en el daño y sufrimiento que causan sus acciones, especialmente a los niños.
Que Santa María de Guadalupe, nuestra dulce Madre, nos ayude en el cuidado de nuestros niños, que nos asista para guiarlos en el camino de la vida hasta su Hijo Jesús, e interceda por nosotros para que podamos tener la valentía de denunciar todo acto criminal que ponga en riesgo a nuestras familias, y especialmente a nuestros niños.