70 aniversario del voto de la mujer
En el 70 aniversario del voto de la mujer, debemos empoderar a la mujer para que salga de los círculos de violencia en que está atrapa.
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los creó.
Nunca debió dudarse de la dignidad y capacidad femenina, sin embargo, como lo dijo Nuestro Señor Jesucristo, la dureza de corazón del hombre ha generado en la historia situaciones injustas. Una de ellas fue considerar a la mujer como menor en facultades cívicas y sociales.
Por supuesto que es necesario entender el contexto social histórico, en el que la ciudadanía como tal fue evolucionando, pasando de ser solo jefes de familia varones, hombres libres con cierta posición social, a todo hombre libre, después viene la abolición de la esclavitud y el acuerdo sobre los derechos del hombre, y finalmente pasamos a la incorporación cívica con todos los derechos y obligaciones de las mujeres.
En nuestro contexto actual, nos parece absurdo que la mujer haya sido reconocida como sujeto de derechos cívicos hasta el siglo XX, y por ello es importante reconocer y conmemorar estas fechas importantes como humanidad.
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Actualmente en nuestro país tenemos un gran avance en la representación femenina en los órganos de gobierno; México es ya el cuarto lugar mundial en porcentaje de legisladoras y aún y cuando existen muchas posiciones diversas en esa representación, a veces hasta contrarias entre sí, han enriquecido el debate público y los resultados de ese debate.
Este aniversario del voto de la mujer, además de ser un momento de celebración, de memoria y buen ánimo, es oportunidad para hacer un llamado a construir y fortalecer una lucha de la mujer centrada en la persona, que permita que las mujeres puedan desarrollarse en cualquier actividad, sin tener que hacer a un lado su femineidad, ya que ese genio femenino es muy necesario en este cambio de época que vivimos.
Una lucha que defienda y proteja la dignidad humana de todos, desde los más pequeños a los mayores, una lucha llamada a proteger a todo ser humano para evitar que los derechos sean negados como sucedió con la propia mujer en el pasado.
Una lucha que empodere a la mujer víctima, para que sea capaz de salir de esos círculos de violencia que la pueden tener atrapada. Una lucha que proteja los derechos de toda mujer, la trabajadora, la profesional, la embarazada, la madre de familia, la soltera, la casada, la abuela, la joven, la niña y la que está en el vientre materno.
En este aniversario del voto de la mujer, encomendamos a nuestra madre del Tepeyac, Santa María de Guadalupe, a todas las mujeres mexicanas, para que sean fieles imitadoras de ella en ese Sí al servicio de los demás, en ese Sí en la participación ciudadana responsable en la búsqueda del Bien Común.
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