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COLUMNA

Cultura Bíblica

Evangelio del 14 de enero del 2024: Jesús, el “cordero de Dios”

Este evangelio define con toda claridad la circunstancia de subordinación de Juan Bautista con respecto a Jesús, mesías, Hijo y Cordero de Dios.

10 enero, 2024

Evangelio domingo 14 de enero 2023, según san Juan (Jn 1, 35-42)

En aquel tiempo, estaba Juan el Bautista con dos de sus discípulos, y fijando los ojos en Jesús, que pasaba, dijo: “Éste es el Cordero de Dios”. Los dos discípulos, al oír estas palabras, siguieron a Jesús. Él se volvió hacia ellos, y viendo que lo seguían, les preguntó: “¿Qué buscan?” Ellos le contestaron: “¿Dónde vives, Rabí?” (Rabí significa ‘maestro’). Él les dijo: “Vengan a ver”.

Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Eran como las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron lo que Juan el Bautista decía y siguieron a Jesús. El primero a quien encontró Andrés, fue a su hermano Simón, y le dijo: “Hemos encontrado al Mesías” (que quiere decir ‘el Ungido’). Lo llevó a donde estaba Jesús y éste, fijando en él la mirada, le dijo: “Tú eres Simón, hijo de Juan. Tú te llamarás Kefás” (que significa Pedro, es decir ‘roca’).

Jesús, el “cordero de Dios”

El cordero es el sacrificio con el cual Dios salvó al pueblo de Israel de Egipto. En efecto, al dar las instrucciones para salvarse de la última plaga Dios dijo a Moisés que cada familia matara un cordero de un año y untara los dinteles de las puertas con su sangre para que el ángel exterminador no tomara la vida de sus primogénitos (cfr. Ex 12,5.21-24) a esto se le llamó el cordero pascual.

Posteriormente, cuando Dios hizo alianza con su pueblo en el monte Sinaí también prescribió que se sellara esta alianza con un sacrificio (Ex 24,1-11). En la época de los profetas Dios promete una Nueva Alianza “yo mismo haré con mi pueblo una nueva alianza” (Jr 31,31-34). Pero Dios mismo se compromete a ser el conductor de su pueblo ante el fracaso de la Alianza del Sinaí, (Ez 34, 1-25).

Es en base a esta profecía de Ezequiel de donde se podría pensar en el surgimiento de un cordero proporcionado por Dios para la celebración de una Nueva Alianza eterna. Dentro del mismo oráculo de Ezequiel, Dios indica que sería un descendiente de la casa de David. ¿Cómo pudo saber San Juan que Jesús era el mesías? El mismo testimonio de Juan Bautista en el evangelio de san Juan, no deja lugar a dudas de que Juan Bautista vio cómo el Espíritu Santo descendía sobre Jesús de Nazareth cuando él lo bautizó.

Con ello, concluye el Bautista que Jesús era el Hijo de Dios. ¿Cómo pudo aplicar Juan Bautista el título de cordero de Dios a Jesús? Cómo se enteró no lo aclara, pero el sentido de que Jesús era el esposo que habría de realizar la Nueva Alianza queda claro cuando el mismo Bautista dijo: “el amigo del esposo se alegra con la llegada del esposo, por tanto, es necesario que él crezca y que yo disminuya” (cfr. Jn 3, 28-30).

Ahora bien, el decir que Jesús es el “cordero” implica que lo designa como la víctima que será sacrificada para la Nueva Alianza, en cumplimiento de lo que dijo Ezequiel. Juan Bautista se comportó como un profeta, y es interés del evangelio de Juan dejar en claro que él cumplió cabalmente con su misión de anteceder la llegada del mesías.

En la época en que se escribió este evangelio aún subsistían comunidades que pensaban que Juan Bautista había sido el mesías, pero este evangelio define con toda claridad la circunstancia de subordinación de Juan Bautista con respecto a Jesús, mesías, Hijo y Cordero de Dios.

Mons. Salvador Martínez Ávila es biblista y exrector de la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe.