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COLUMNA

Comentario al Evangelio

Lecturas de la Misa del domingo 8 de octubre 2023 y comentario al Evangelio

Nos toca, entonces, cuidar la viña de la Cruz de Cristo, el lugar predilecto donde el Padre ha revelado plenamente su amor por el ser humano.

6 octubre, 2023

Estas son las lecturas de la Misa del domingo 8 de octubre 2023.

Los textos bíblicos que se proclaman durante la Misa están organizados de la siguiente manera: Primera Lectura, Salmo, Segunda Lectura y Evangelio.

Las lecturas de la Misa de este 8 de octubre de 2023:

Primera lectura

Lectura del libro del profeta Isaías: 5, 1-7

Voy a cantar, en nombre de mi amado, una canción a su viña. Mi amado tenía una viña en una ladera fértil. Removió la tierra, quitó las piedras y plantó en ella vides selectas; edificó en medio una torre y excavó un lagar. Él esperaba que su viña diera buenas uvas, pero la viña dio uvas agrias. Ahora bien, habitantes de Jerusalén y gente de Judá, yo les ruego, sean jueces entre mi viña y yo. Qué más pude hacer por mi viña, que yo no lo hiciera? Por qué cuando yo esperaba que diera uvas buenas, las dio agrias? Ahora voy a darles a conocer lo que haré con mi viña; le quitaré su cerca y será destrozada. Derribaré su tapia y será pisoteada. La convertiré en un erial, nadie la podará ni le quitará los cardos, crecerán en ella los abrojos y las espinas, mandaré a las nubes que no lluevan sobre ella. Pues bien, la viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá son su plantación preferida. El Señor esperaba de ellos que obraran rectamente y ellos, en cambio, cometieron iniquidades; él esperaba justicia y sólo se oyen reclamaciones.

Salmo

Del salmo 79, 9 y 12.13-14.15-16.19-20.R/. La viña del Señor es la casa de Israel.

Señor, tú trajiste de Egipto una vid, arrojaste de aquí a los paganos y la plantaste; ella extendió sus sarmientos hasta el mar y sus brotes llegaban hasta el río.R/. 

Señor, por qué has derribado su cerca, de modo que puedan saquear tu viña los que pasan, pisoteada los animales salvajes, y las bestias del campo, destrozarla?R/. 

Señor, Dios de los ejércitos, vuelve tus ojos, mira tu viña y visítala; protege la cepa plantada por tu mano, el renuevo que tú mismo cultivaste.R/. 

Ya no nos alejaremos de ti; consérvanos la vida y alabaremos tu poder. Restablécenos, Señor, Dios de los ejércitos, míranos con bondad y estaremos a salvo.R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 4, 6-9

Hermanos: No se inquieten por nada; más bien presenten en toda ocasión sus peticiones a Dios en la oración y la súplica, llenos de gratitud. Y que la paz de Dios, que sobrepasa toda inteligencia, custodie sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, aprecien todo lo que es verdadero y noble, cuanto hay de justo y puro, todo lo que es amable y honroso, todo lo que sea virtud y merezca elogio. Pongan por obra cuanto han aprendido y recibido de mí, todo lo que yo he dicho y me han visto hacer; y el Dios de la paz estará con ustedes.

Evangelio del día

Lectura de Santo Evangelio según san Mateo (Mt 21, 33-43)

En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parábola: “Había una vez un propietario que plantó un viñedo, lo rodeó con una cerca, cavó un lagar en él, construyó una torre para el vigilante y luego lo alquiló a unos viñadores y se fue de viaje.

Llegado el tiempo de la vendimia, envió a sus criados para pedir su parte de los frutos a los viñadores; pero éstos se apoderaron de los criados, golpearon a uno, mataron a otro y a otro más lo apedrearon. Envió de nuevo a otros criados, en mayor número que los primeros, y los trataron del mismo modo.

Por último, les mandó a su propio hijo, pensando: ‘A mi hijo lo respetarán’. Pero cuando los viñadores lo vieron, se dijeron unos a otros: ‘Éste es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia’. Le echaron mano, lo sacaron del viñedo y lo mataron.

Ahora, díganme: cuando vuelva el dueño del viñedo, ¿qué hará con esos viñadores?” Ellos le respondieron: “Dará muerte terrible a esos desalmados y arrendará el viñedo a otros viñadores, que le entreguen los frutos a su tiempo”.

Entonces Jesús les dijo: “¿No han leído nunca en la Escritura: La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra del Señor y es un prodigio admirable?

Por esta razón les digo que les será quitado a ustedes el Reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos”.

Comentario al Evangelio: Cuidar la viña de la Cruz de Cristo

La parábola de este domingo narra a los viñadores asesinos, misma que posee un realismo no sólo dentro de la historia de Israel, sino en la humanidad misma. En efecto, los viñadores asesinos son expresión de aquella autosuficiencia miope que deriva en un lenguaje de violencia y asesinato: expresiones del rechazo que hace el ser humano de Dios.

De hecho, Benedicto XVI manifestó esta tragedia de la humanidad que suscita atrocidades en el campo social: «Quien excluye a Dios de su horizonte falsifica el concepto de ‘realidad’ y, en consecuencia, sólo puede terminar en caminos equivocados y con recetas destructivas”».

La parábola, entonces, es expresión del rechazo que, el ser humano hace de la salvación ofrecida por Dios en su Hijo, y anunciada por los Profetas. De modo que, los viñadores hace referencia a los jefes del pueblo que, dan muerte a todos, apropiándose de una viña que no es suya. Justamente, el homicidio en la Sagrada Escritura es la apología de la infidelidad que esconde la ingratitud. Es la historia de la humanidad que en sus límites realiza toda una estrutura de injusticias para lograr sus ambiciones.

Sin embargo, lo interesante de la parábola es la descripción luminosa de un «nuevo amanecer», bajo la presencia de nuevos viñadores. ¿Y quiénes son ellos? Los verdaderos creyentes que se ponen a la escucha de la Palabra de Dios y la ponen en práctica.

Así, mientras que, el ser humano excluye a Dios de su horizonte atentando contra su hermano(a), Él manifiesta una ternura paciencia, para que aquella persona que realiza con sus acciones el mal, se convierta. Entonces, la parábola con esta descripción da un giro radical, pues el acento no está en los viñadores asesinos, sino en el amor divino que no queda bloqueado por la violencia, la injusticia y las desilusiones humanas.

¿Qué nos toca a nosotros? La viña, según el libro del Cantar de los Cantares es el lugar del amor que se tiene que custodiar; en otras palabras, es la alusión al amor que se tiene que cuidar con especial predilección donde no cabe lugar para el abuso y la injusticia. Nos toca, entonces, cuidar la viña de la Cruz de Cristo, el lugar predilecto donde el Padre ha revelado plenamente su amor por el ser humano. Custodiemos, entonces, este amor único, en una conversión constante, caracterizada por el respeto y la promoción de la dignidad de la persona humana; pues la violencia sólo podrá ser vencida en la inteligencia del amor de Cristo.