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COLUMNA

Ángelus Dominical

Angelus Dominical: tomar en serio la Cuaresma

Yo le sigo apuntando a que el mejor y mayor tiempo litúrgico es la Pascua y hacia allá debemos enfocar esfuerzos y tradiciones; procesiones y altares.

10 marzo, 2019
Angelus Dominical: tomar en serio la Cuaresma
Angelus Dominical.

SUELE SUCEDER –con relativa frecuencia- que entendemos a propia conveniencia lo que nos dicen o piden; ejemplo cercano y directo está en que ya son varias personas que se quejaron y reclamaron porque no dije ni el día ni la hora en que sería la fiesta que el pasado domingo dije que quería preparar…

FELICITO DE CORAZÓN a los que leyeron bien y entendieron a la perfección lo que dije, pues -rápidos y veloces- ya están ellos mismos haciendo cada actividad de su rutina en tono de fiesta; y debo confesar que yo mismo retomé lo cotidiano en perspectiva de sabrosa y bendecida eternidad, tal como Dios mismo quiere (y no olvides que Él tiene Fiesta Eterna)…

YA EN PLENA CUARESMA toda fiesta ha de vivirse con rasgos propios de este tiempo litúrgico: en una conversión constante, en apertura a los más necesitados y haciendo el mejor uso de todos los bienes que Dios pone a nuestro alcance…

HAY QUIENES VEN la Cuaresma sólo desde la perspectiva de costumbres y tradiciones que sin duda tienen un valor peculiar (que si la procesión del Vía-Crucis, que si los platillos propios de la abstinencia, que si el color morado); hay quienes aprovechan la Cuaresma para un propósito especial y yo les aplaudo (dejar de fumar, no faltar a Misa, hacer ejercicios espirituales); y también hay quienes ven la Cuaresma como preparación profunda para celebrar a Cristo Resucitado (y entonces aprovechan cada momento para vivir su existencia con “efe” de Fe y “efe” de Fiesta)…

SIGUEN EN BOGA los altares a la Virgen de los Dolores, o la procesión con el Santo Cristo, o el exquisito platillo cuaresmal; sin duda todo eso tiene su riqueza, pero yo le sigo apuntando a que el mejor y mayor tiempo litúrgico es la Pascua y hacia allá debemos enfocar esfuerzos y tradiciones, hacia allá procesiones y altares, hacia la Pascua toda renovación espiritual y nuestro quehacer cotidiano…

HACE MUCHOS AÑOS –y la memoria todavía no me falla tanto- me enseñaron que el pecado consiste en poner a Dios en el lugar de las criaturas y poner las criaturas como si fueran Dios; y a veces me da la impresión que le damos a la Cuaresma la importancia que debería tener la Pascua y a la Pascua la dejamos a la sombra, como si no fuera fiesta, como si no existiera, como si fuera tiempo perdido (y por externar mi pensamiento te diré que yo sigo a la espera de un exquisito platillo “pascual”, o de una procesión en tiempo de Pascua que fuera más grande, bella y con mayor participación que las procesiones de Semana Santa)…

PERO LA FIESTA que ya estoy organizando tampoco ha de quedarse para un pedacito del calendario, ni para el aniversario de no-sé-qué, ¡no!, y ni estará atenida a la buena bebida y mejor comida, y al excelente mariachi, ¡no!; la fiesta es tal porque hay motivo profundo para ver hacia adelante, para continuar la vida, para adelantarse a la eternidad…

UNA BUENA PORCIÓN de mis lectores (como dos o tres) me comentaron que esta columna se está poniendo barata, como si de revista del corazón se tratara, como si hubiera necesidad de poner cara bonita aunque se le notara un dejo de hipocresía; yo sigo argumentando que lo aquí escrito es muuuuuy serio y ojalá tú lo tomes así; que si lo pretendes tomar a broma, ya sería asunto tan particular como subjetivo…

CONSIDERO QUE al que quiere sufrir le sobran pretextos y los que sabemos que nuestro destino es darle gloria a Dios nos sobran razones, y y ahoritita mismo me viene a la cabeza la canción del grupo Mocedades que dice: “vendo en una cesta el agua, y la nieve en una hoguera, y la sombra de tu pelo cuando inclinas la cabeza”…

YA ESCUCHO YO que te atreviste a tararearla, y acaso hasta te la sabes completa; son unos versos que invitan no dejarse derrotar por nada (eso es fiesta), animan a que aún sin ventas no se apague la voz del mercader (el buen vendedor siempre está de fiesta), con eso de “vender esperanzas y comprar amaneceres” hasta dan ganas de madrugar (y el que madruga ¡tiene más tiempo para la fiesta!)…

NO TE OFENDAS, pero si eres de los que viven amargados (sin fiesta) seguro que tu actitud es andar repartiendo culpas; si eres de los quejumbrosos de oficio (aguafiestas) tendrás como objetivo que los demás también sufran; si eres de los que pintan todo de gris (como en velorio perpetuo) seguro que te deleita que a nadie le dé el sol (revisa en tu árbol genealógico si no eres pariente de Drácula)…

NO COMENTARÉ los versículos 16 y 17 del capítulo 6 del evangelio de San Mateo, más bien te los dejo de tarea y que baste esa cita bíblica para tomar en serio el sentido profundo de la Cuaresma, por lo pronto yo me pondré de gala con mis mejores “garritas”, y me pondré el perfumito de primera que tengo reservado: la fiesta apenas va a comenzar…