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COLUMNA

Ángelus Dominical

Ángelus dominical: No hay que despreciar las aspiraciones o ideales

Hay que valorarnos en las capacidades y aptitudes particulares que vamos adquiriendo, desarrollando y perfeccionando…

20 junio, 2021
Ángelus dominical: No hay que despreciar las aspiraciones o ideales
Angelus Dominical.

PER ASPERA AD ASTRA, es un proverbio latino que anima a superar las dificultades sabiendo que el ideal es grande; su traducción podría ser “a través de las adversidades, hasta las estrellas”, y mientras escribo escucho de fondo una banda musical alemana (medio locochona, por cierto) cuyo estilo -metal sinfónico- agrupa cosas nuevas y cosas viejas; el grupo me llamó la atención porque uno de sus discos tiene como tema la figura de Galileo…

DE TAL GRUPO MUSICAL sólo diré que se originó en 1989, que en el 2000 grabó en vivo en el Teatro Ferrocarrilero (CdMX) y que en 2004 lanzó el disco “Eppur si muove”, haciendo referencia a las palabras que según dicen que dijo -o escribió- el científico nacido en Pisa cuando Italia todavía no era una nación como las definimos…

ENFRENTAR UN JUICIO ante la Inquisición no era poca aspereza para Galileo, y explicar sus descubrimientos astronómicos ante los eruditos de su tiempo, tampoco; la dificultad estribaba -así considero- sobre todo en dos puntos: en que el método científico apenas nacía y se contraponía a postulados teológicos respaldados por siglos, y al enorme riesgo que suponía un cambio en los paradigmas -de todo tipo- hasta entonces vigentes…

HOY SON OTROS TIEMPOS y aunque ya no hay inquisidores de película, los actuales abundan en rumbos tan contrastantes (como la farándula o la política -bueno, en realidad no son tan contrastantes), se erigen en jueces aunque les falte juicio, y levantan su dedo flamígero y su lengua ligera contra todo lo que no esté de su parte, no se integre en su partido, o no le entre con su partida, dictándole su inminente partida…

GALILEO NO ERA de clase alta como para quedarse seguro y cómodo en sus haberes y haciendas, ni era de la clase política como para tirar patadas contra quien se deje con tal de subir en el escalafón, ni era de clase baja como para dejar los estudios ante la urgencia de conseguir el alimento o la salud; era de lo que hoy se ha dicho con el desprecio respectivo a la altura de quien lo dice: clasemediero…

CON UNA FAMILIA dedicada al comercio, Galileo tuvo el privilegio de recibir educación elemental y llegada su juventud pudo ser inscrito en la Universidad de Pisa; a partir de entonces tuvo cauce adecuado su ímpetu científico, aspiraba a buscar, a conocer, a plantear horizontes más allá de lo que sus ojos desnudos podían alcanzar (por cierto, en la adolescencia tuvo una infección ocular, tal vez como anticipo de lo que viviría en la vejez)…

PERO NO PRETENDO hacer biografía, ni apología, ni loa de Galileo; más bien lo que quiero subrayar es que hoy y ayer y siempre tendremos lo que estudiosos y políticos han llamado clases sociales (y para muestra lo que acabo de decir: estudiosos -por una parte- y políticos -por otra-) cuyo distintivo no puede reducirse solo a parámetros económicos y/o culturales…



SI LOS DEDOS de mi mano debieran su importancia al tamaño o la posición en que se encuentran, seguramente los procesos evolutivos nos llevarían a tener cinco índices o al menos dos pulgares en cada mano, pero eso resultaría -finalmente- o monstruoso o incómodo; más bien hemos de procurar que cada dedo cumpla -con honor y respeto- su propia función y que desde su sitio favorezca al bien de todo el cuerpo…

EN TODA SOCIEDAD -siempre, siempre, siempre- habrá diversidad de funciones, de responsabilidades, de roles e identidades que deben orientarse hacia la preservación, crecimiento y proyección tanto del cuerpo social como de sus miembros; ¿o qué?, si por un lapsus planteamos el panorama en términos de 4ta. categoría ¿acaso deberíamos decir “mueran los ricos”, o “los industriales que se pudran”, o “arriba los ignorantes”?…

DESDE LOS CLÁSICOS griegos había quienes afirmaban que unos hombres nacían para ser esclavos y otros para ser libres, y ¡no!, no estamos para definir así a sociedad alguna ni para quedarnos resignados en una circunstancia que puede ser pasajera; más bien la realidad nos muestra que hay súbditos que viven en plenitud y reyes que viven miserablemente en sus palacios, que lo mismo hay campesinos que no carecen de lo necesario y ricachones que parecen sólo tener dinero porque el dinero los tiene a ellos…

VUELVE A SER CRUCIAL que más allá de etiquetas descalificadoras o clichés socio-políticos, nos visualicemos como miembros de un cuerpo y nos valoremos en las capacidades y aptitudes particulares que vamos adquiriendo, desarrollando y perfeccionando…

A LA POSTRE, yo no estaré contento con formar parte de una sociedad en donde a alguien se le desprecie por sus aspiraciones o ideales -que siempre cuestan-; más bien recuerdo lo que suscribió José María Morelos en los Sentimientos de la Nación: “la cobardía y la ociosidad será la única que infame al ciudadano”; y conste que también Morelos -como Galileo- llegó “Ad astra” debiendo cruzar “per áspera”…




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