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 página 8 L’OSSERVATORE ROMANO domingo 18 de septiembre de 2022
 A los participantes del capítulo general de los Padres de Schönstatt Las colonizaciones ideológicas despojan los valores humanos
Publicamos el discurso pronunciado en español que el Papa dirigió a los participantes en el capítulo general de los Padres de Schönstatt, recibidos en audiencia en la mañana del jueves 1 de septiembre, en la Sala del Consistorio.
Queridos padres de Schönstatt:
Agradezco al nuevo Superior General, el pa- dre Alexandre Awi Mello, sus amables pala- bras, así como su servicio como secretario en el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. Y otros servicios anteriores, porque a este lo conocemos de “potrillo”, fue mi secre- tario en Aparecida, después mi guía en la vi- sita a Río de Janeiro, después
mi secretario causae. Gracias,
por tu colaboración durante es-
tos últimos años en comunión
con el Sucesor de Pedro, en fa-
vor de toda la Iglesia. Te deseo
un ministerio fecundo en esta
nueva responsabilidad que se te encomienda. También quiero
agradecer a Catoggio, te volvés
al África. Gracias, gracias.
Queridos padres de la comuni-
dad de Schönstatt, ruego al Es-
píritu Santo que haga fructifi-
car todos los esfuerzos que han realizado du- rante el Capítulo General.
El misterio de la redención que Nuestro Se- ñor Jesucristo ha realizado en favor de toda la humanidad y del mundo entero, tiene la nota característica de la palabra hebrea be- rith, pacto, alianza. La sangre de Jesús derra- mada en la Cruz y ofrecida en sacrificio de amor por todos nosotros (cf. Mc 14,24; 1 Co 11,25) ha constituido una relación irrevocable entre Dios y los hombres: una alianza de amor, una alianza de salvación.
Y ustedes, queridos hermanos, realizan un hermoso servicio a la Iglesia y al mundo, es- pecialmente acompañando a las familias en los diversos acontecimientos y vicisitudes que atraviesan, anunciando a todos los miembros la belleza de la “Alianza de Amor” que el Señor ha establecido con su pueblo. Hoy en día son muchos los matrimonios en crisis, los jóvenes tentados, los ancianos olvi- dados, los niños que sufren. Y ustedes son
portadores de un mensaje de esperanza en estas situaciones oscuras que atraviesa cada etapa de la vida. Y esto progresa un poco unido a ese despojo de los valores humanos, un despojo que están haciendo salvajemente las colonizaciones ideológicas de todo tipo. El mundo nos exige cada vez más que demos respuestas a las interrogantes e inquietudes de los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Vemos con frecuencia que la naturaleza de la familia es atacada por diversas ideologías, que hacen tambalear los cimientos que sos- tienen la personalidad del ser humano y, en general, toda la sociedad. Además, en el seno
de todos sus hijos e hijas, especialmente los más pobres, en cuerpo y espíritu. Ella, en el hermoso himno del Magníficat, confiesa las proezas del Señor, que «derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos» (Lc 1,52-53), haciendo re- ferencia a la promesa, a la alianza hecha con “nuestros padres” en la fe (cf. Lc 1,55). La Bie- naventurada Virgen María, venerada con gran amor por cada uno de los miembros de la comunidad de Schönstatt con el título de la “Madre Tres Veces Admirable”, es un mo- delo basilar para todos, que impulsa a crear
puentes fundados en la caridad fraterna y la comunión de bie- nes con los más necesitados, al mismo tiempo que nos da sabi- duría y valor para ir al encuen- tro de quienes se han alejado de la amistad con el Señor, para re- cuperarlos con el testimonio de la vida nueva en Cristo, que se caracteriza por la misericordia. En mi mesita de luz tengo en- tronizada la imagen de la Vir- gen, que Alexandre lo hizo, y después de quince días trajo
una corona para coronarla. O sea, que tengo toda la ceremonia de ustedes hecha [de la ‘secta’ de ustedes la tengo yo (risas)]. De tal manera que cada vez que entro en mi dormi- torio, lo primero que veo es eso, y tengo que acordarme de ustedes.
Los animo, queridos hermanos, a seguir ade- lante en sus apostolados, renovándose siem- pre con la gracia del Espíritu Santo y siendo valientes para abrir caminos nuevos al servi- cio de las familias, para hacer resplandecer la belleza de la Alianza Alianza, la belleza de la Alianza establecida entre Dios y los hom- bres, con la espiritualidad y la vivencia de los valores cristianos.
Que Nuestro Señor Jesucristo, por me- diación de la Mater Admirabilis, conceda siem- pre a todos los miembros de la comunidad de Schönstatt frutos abundantes de santidad.
Que Dios los bendiga y por favor no se ol- viden de rezar por mí.
Muchas gracias.
 de las familias, se constata en muchas ocasio- nes una distancia de comprensión entre los ancianos y los jóvenes. Recientemente, en las catequesis de los miércoles, afirmaba que la alianza entre las generaciones, es decir de los mayores con los más pequeños, es lo que puede salvar a la humanidad (cf. Catequesis de la Audiencia General, 17 agosto 2022), pues de esa manera se conserva la identidad personal y familiar; no se hereda solamente un patri- monio genético o un apellido, sino que prin- cipalmente se hereda la sabiduría de lo que significa ser humano, de acuerdo al proyecto de Dios. El misterio de nuestra redención es- tá, pues, íntimamente ligado también a la vi- vencia del amor en las familias. Y no olvide- mos que, en última instancia, la fe se transmi- te siempre en dialecto a través de las familias, a través de los viejos, de los abuelos. Pienso en el modelo que nos ofrece la Sagrada Fami- lia, y especialmente la Virgen María, quien cuida con un amor tierno y comprometido






































































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