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 domingo 18 de septiembre de 2022 L’OSSERVATORE ROMANO página 7
  Llamamiento del Papa en la intención para el mes de septiembre de la Red mundial de oración Por la abolición de la pena de muerte
«Recemos para que la pena de muerte, que atenta contra la inviolabilidad y dignidad de la persona, sea abolida en las leyes de todos los países del mundo». El sentido llamamien- to de Francisco se vuelve compromiso interior y movilización espiritual en la intención para el mes de septiembre, contenida en el vídeo difundido el 31 de agosto, por la Red mundial de oración del Papa.
Una breve grabación acompaña las palabras del Pontífice: inicia con personas que se mani- fiestan públicamente contra las ejecuciones capitales. Se ven carteles con frases que recal- can lo deshumano de esta solución. A tal pro- pósito, la afirmación del Obispo de Roma es inequívoca: «Cada día crece más en todo el mundo el no a la pena de muerte. Para la Igle- sia esto es un signo de esperanza». Después Francisco explica los motivos del no: «Desde un punto de vista jurídico, no es necesaria. La sociedad puede reprimir eficazmente el cri- men sin quitar definitivamente a quien lo co- metió la posibilidad de redimirse». De hecho, subraya, «en toda condena, debe haber una ventana de esperanza. La pena capital no ofrece justicia a las víctimas, sino que fomenta la venganza. Y evita toda posibilidad de des- hacer un posible error judicial». Pasan, de es- te modo, imágenes de soledad, de desolación, de degrado dentro de las cárceles, donde hombres y mujeres descuentan la pena im- puesta. Siguen primeros planos de los instru- mentos usados para realizar las condenas ca- pitales: la silla eléctrica, la inyección letal, la soga para colgar, las piedras para la lapida-
ción. «Moralmente —evidencia Francisco— la pena de muerte es inadecuada, destruye el don más importante que hemos recibido: la vida. No olvidemos que, hasta el último mo- mento, una persona puede convertirse y pue- de cambiar.
Y a la luz del Evangelio, la pena de muerte es inadmisible». También porque, concluye, «el mandamiento “no matarás” se refiere tanto al inocente como al culpable».
Después un llamamiento —dirigido no solo a los cristianos sino a nivel más amplio– al com- promiso civil para poner fin al recurso de la sentencia capital: «pido a todas las personas de buena voluntad que se movilicen para lo- grar la abolición de la pena de muerte en todo el mundo». Hay que recordar, al respecto, que en agosto de 2018, con un rescripto, el Pa- pa Francisco aprobó la nueva redacción del número 2267 del Catecismo de la Iglesia cató- lica relativo precisamente a la pena de muerte: «Durante mucho tiempo el recurso a la pena de muerte por parte de la autoridad legítima, después de un debido proceso, fue considera- do una respuesta apropiada a la gravedad de algunos delitos y un medio admisible, aunque extremo, para la tutela del bien común. Hoy está cada vez más viva la conciencia de que la dignidad de la persona no se pierde ni siquie- ra después de haber cometido crímenes muy graves. Además, se ha extendido una nueva comprensión acerca del sentido de las sancio- nes penales por parte del Estado. En fin, se han implementado sistemas de detención más eficaces, que garantizan la necesaria defensa
de los ciudadanos, pero que, al mismo tiem- po, no le quitan al reo la posibilidad de redi- mirse definitivamente. Por tanto la Iglesia en- seña, a la luz del Evangelio, que “la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona”, y se compromete con determinación a su abo- lición en todo el mundo».
Según datos de las Naciones Unidas, cerca de 170 Estados han abolido la pena de muerte, han impuesto una moratoria a su uso en la le- gislación o en la práctica o han suspendido las ejecuciones durante más de diez años. Las sentencias capitales sin embargo todavía son aplicadas en 55 países de varios continentes. «Este mes Francisco —es el comentario del je- suita Frédéric Fornos, director internacional de la Red mundial de oración del Papa— nos invita a rezar por la abolición de la pena de muerte, reiterando lo que dijo en Fratelli tutti y especificado en el Catecismo de la Iglesia Ca- tólica». La pena capital, afirma Fornos, «es como ponerse en lugar de Dios. Con la con- dena, se determina que una persona ya nunca podrá cambiar, cosa que no sabemos. Este mes de septiembre el Papa nos invita a rezar y a movilizarnos para apoyar concretamente las asociaciones y organismos que luchan por la abolición de la pena de muerte».
Difundido en la red a través de la página web www.thepopevideo.org, la grabación traduci- da a 23 lenguas ha sido creada y producida por la Red mundial de oración en colabora- ción con la agencia La Machi y el Dicasterio para la comunicación.

























































































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