Principio y fin
Hoy no puedo sino decir, muchas gracias, por todo lo que nos da Desde la fe, lo que nos aporta a nosotros mismos la Voz del Obispo
Este domingo, en las diferentes Iglesias particulares, de acuerdo con la bula de convocación para este año santo 2025 se cierra el tiempo jubilar que ha anunciado y motivado a los fieles cristianos a vivir como peregrinos de esperanza, desde la conciencia hasta las actitudes de la vida diaria.
Los diferentes eventos con motivo del Jubileo 2025 han querido involucrar a todos los sectores de la vida eclesial y de la vida secular, tratando de ayudar a todos para experimentar el amor y la misericordia de Dios a través de su amada Iglesia.
Seguramente son muchos los frutos de este tiempo de gracia, algunos serán evidentes y muchos otros lo son para Dios y para aquellos a quienes Él ha querido les llegara la generosidad de los hermanos en la fe.
El Año Jubilar para la Iglesia Universal concluirá en Roma el día 6 de enero con la celebración presidida por el Santo Padre Papa León XIV.
Al Papa Francisco le tocó comenzar el Jubileo, al Papa León concluirlo, desde ese cambio tan fuerte como lo es la sucesión del Vicario de Cristo, así la Iglesia ha vivido muchas cosas en este tiempo.
En esta ocasión tal vez sea de las últimas que escriba en este espacio, para un servidor, también llega la conclusión de una etapa ministerial: De Obispo Auxiliar en la Arquidiócesis de México a Obispo residencial en la Diócesis de Cancún-Chetumal.
La voz del Obispo, surgió como un medio muy oportuno para estar en contacto con los fieles de la Arquidiócesis y más allá, en tiempos de la pandemia de COVID-19, y ha sido la forma de seguir en contacto con diversos temas de actualidad para la vida de las personas.
Ahora yo quisiera decirles que también he comenzado una experiencia y ahora la concluyo para abrir un nuevo “capítulo”; el ministerio episcopal vivido en nuestra Arquidiócesis en los últimos casi siete años, son de una riqueza invaluable, y por supuesto en ello se incluye esta columna y la transmisión por las redes digitales, medios que nos enseñan y nos abren a muchas posibilidades para buscar llevar el Evangelio a esta cultura.
Hoy no puedo sino decir, muchas gracias, por todo lo que nos da Desde la fe, lo que nos aporta a nosotros mismos la Voz del Obispo, y por supuesto la riqueza de caminar con una comunidad de Obispos, de agentes ordenados, de religiosos y religiosas y de fieles laicos de una gran calidad humana, espiritual y apostólica.
Un principio nos lleva siempre hasta un fin, sin que esto signifique que todo desaparece, sino más bien se cierra un ciclo que a su vez abre nuevos horizontes con un nuevo comienzo. Así sucede con la Iglesia Universal, con nuestra Arquidiócesis, con mi querida Diócesis de Cancún-Chetumal y por supuesto con nosotros que somos, en primera persona, los agentes misioneros que queremos servir a la Esposa del Cordero.
Que Dios siga bendiciendo a la Iglesia y nos conceda disponernos a hacer fructificar los dones que ha querido regalarnos en este tiempo.
- Salvador González Morales, Obispo electo de Cancún-Chetumal

