Vivir con lo sagrado

Leer más
COLUMNA

La voz del Obispo

A 40 años del primer gran encuentro con los jóvenes

El Papa Francisco pide a los jóvenes que se hagan oír, que griten esa verdad por medio de sus vidas y con el corazón: ¡Cristo vive!

12 abril, 2024
POR:
Autor

Es Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México. 

El día de hoy estamos celebrando los 40 años del primer gran encuentro con los jóvenes que tuviera san Juan Pablo II, éste se dio en el contexto del Año Santo de la Redención, de aquí surgirían las futuras Jornadas mundiales de la Juventud. Al final de aquel año jubilar, en 1984, el Papa entregó la cruz a los jóvenes con la misión de llevarla a todo el mundo, como signo y recuerdo de que sólo en Jesús muerto y resucitado hay salvación y redención.

También el pasado 25 de marzo, a 5 años de la entrega de la Exhortación Apostólica Postsinodal “Christus vivit”, el Papa Francisco ha escrito una carta a los jóvenes para celebrar este aniversario, a ella me quisiera referir, pues ambos acontecimientos tienen una gran resonancia en nuestra Arquidiócesis de México ahora que estamos teniendo nuestras Jornadas Juveniles Vocacionales en cada uno de nuestros Decanatos.

Comienza el Papa Francisco su carta a los jóvenes, recordando que el 25 de marzo de 2019 se publicó la Exhortación “Christus vivit” que fue fruto de la Asamblea del Sínodo de los Obispos que tuvo como tema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, y el inicio de la carta lo da el Papa con una expresión: ¡Cristo vive y quiere que ustedes vivan!, y les manifiesta a los jóvenes que esa certeza colma su corazón de alegría además de moverle ahora a escribirles.

Y es que el Santo Padre no esta pensando sólo en celebrar acontecimientos pasados o textos publicados, sino que principalmente quiere llegar a los jóvenes para reavivar la esperanza. Con una actitud de un padre comprensivo, el Papa Francisco habla del contexto internacional, en el que vemos conflictos bélicos y sufrimiento, que a las jóvenes generaciones pueden desanimar. La propuesta es partir desde el anuncio que está en el fundamento de la esperanza: “¡Cristo vive!”.

Con algunas citas del documento, el Papa Francisco vuelve a especificar la belleza de ese anuncio:  “Lo digo a cada uno de ustedes en particular: Cristo vive y te ama infinitamente. Y su amor por ti no está condicionado por tus caídas o tus errores. Él, que dio su vida por ti, no aguarda a que llegues a la perfección para amarte.

Mira sus brazos abiertos en la cruz y “déjate salvar una y otra vez”, camina con Él como con un amigo, acógelo en tu vida y hazle partícipe de las alegrías y las esperanzas, los sufrimientos y las angustias de tu juventud.

Verás que tu camino se iluminará y que también las cargas más grandes se volverán menos pesadas, porque será Él quien las lleve contigo. Por eso, invoca cada día al Espíritu Santo, que “te hace entrar cada vez más en el corazón de Cristo para que te llenes siempre más de su amor, de su luz y de su fuerza””.

El Papa Francisco pide a los jóvenes que se hagan oír, que griten esa verdad por medio de sus vidas y con el corazón: ¡Cristo vive! Para que toda la Iglesia se sienta impulsada a levantarse, a ponerse una y otra vez en camino y a llevar su anuncio al mundo entero.

Finalmente, el Santo Padre recuerda a los jóvenes que la Exhortación de la cual se esta haciendo memoria, ha sido fruto de una Iglesia que quiere caminar unida y que por eso se pone a la escucha, en diálogo y en constante discernimiento de la voluntad del Señor.

Incluso les dice que su participación en aquel sínodo ha contribuido a “despertar” la sinodalidad, que es una dimensión constitutiva de la Iglesia. Y les dice a los jóvenes, que en esta etapa del itinerario eclesial, se necesita más que nunca de su creatividad para explorar nuevos caminos, siempre en fidelidad a nuestras raíces.

A los jóvenes en especial, pero a todos en general, esperemos que nos sirvan estas palabras del Papa Francisco para seguir mirando en las jóvenes generaciones la esperanza viva de la Iglesia en camino, y así juntos seguir anunciando la alegría de Jesús Resucitado.


Autor

Es Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México.