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Catedral greco-melquita en México, joya que une Occidente con Oriente

Conoce la Catedral de Porta Coeli en el Centro Histórico, que destaca por sus murales de mosaicos estilo bizantino.

23 julio, 2019
Catedral greco-melquita en México, joya que une Occidente con Oriente
Catedral de Porta Coeli

La Catedral de Porta Coeli (Puerta del Cielo), que se encuentra en el Centro Histórico de la CDMX, destaca por su belleza, arquitectura e historia. Antes fue un colegio y actualmente es el templo de los católicos de la Iglesia greco-melquita.

Al entrar al templo lo primero que destacan son sus imponentes murales, formados con mosaicos coloridos, al estilo bizantino. Son ocho murales inspirados en escenas bíblicas, representan: el momento en que Jesús es envuelto en la Sábana Santa, rodeado de María y otras mujeres piadosas; la dormición de la Virgen María; la Anunciación, la Natividad, Pentecostés, Madre de la luz y la Divina Providencia.

El mural que más destaca es el que está frente al altar principal; ahí se ve a la Santísima Trinidad y a Jesús rodeado de sus apóstoles. Además, aparecen san Atanasio, san Cirilo, san Juan Damasceno, san Basilio, san Juan Crisóstomo y san Gregorio Nacianceno, todos de los primeros siglos de la Iglesia, así como la Virgen del Perpetuo Socrorro rodeada de ángeles.

Uno de los murales de la catedral greco-melquita.

Uno de los murales de la catedral greco-melquita.

Este templo, que data del siglo XVII, fue levantado por los padres dominicos,  quienes en 1603 compraron el predio para hacer ahí el colegio de su orden, y fue el 22 de mayo de 1711 cuando se le dio el nombre de Porta Coeli. Allí estudiaron personajes como Fray Servando Teresa de Mier.

Durante la Reforma, el colegio fue expropiado y vendido; el templo fue transformado en archivo del gobierno, pero finalmente se habilitó al culto y se entregó a la comunidad melquita, que es afín a la Iglesia de Roma. Por esta razón, sólo el Arzobispado de México, con la aprobación de la Santa Sede y del Patriarca de Antioquía, pueden designar a los ministros.

La inauguración tuvo lugar en 1952, y el Papa Paulo VI dio su aprobación. El Archimandrita Philemon Chami, y la comunidad greco-melquita se dieron a la difícil tarea de restaurarlo, labor que continuó el P. Sueid y finalmente el P. Haddad.

Los murales tienen inscripciones en castellano, árabe y griego, así como fechas variadas, de 1970 al 1979, lo que denota los paulatinos esfuerzos que realizó la comunidad por restaurarlo.

El Cristo Negro

Porta Coeli fue el hogar del Cristo Negro que ahora se venera en la Catedral; aquí en el siglo XVIII, la imagen “salvó” la vida de un hombre al que querían envenenar. En 1935 la figura fue trasladada a la Catedral, y en la iglesia se conserva una réplica exacta.

Este templo albergó al Cristo Negro y hoy conserva una réplica.

Este templo albergó al Cristo Negro y hoy conserva una réplica.

¿Quiénes son?

Los católicos greco-melquitas pertenecen a una Iglesia de rito bizantino del Medio Oriente, que se separó de la Iglesia de Roma durante el gran cisma de 1054, pero se reunificó a ella en 1724.

En México, su primer y único Eparca fue Boutros Rai, quien falleció en 1994. Representantes en México o administradores apostólicos han sido Antoine Mouhanna, quien participó en el II Sínodo de la Arquidiócesis de México. Le siguió Gabriel Ghanoum.

En 2015, el Papa Francisco designó a Monseñor Nicholas James Samra al frente de los católicos greco-melquitas que viven en México; es administrador apostólico de la Eparquía o diócesis de Nuestra Señora del Paraíso. Desde 2011 también es el responsable de la eparquía de los greco-melquitas de Newton, en Estados Unidos, cargo que conserva.



Autor

Estudió Periodismo y Comunicación Colectiva en la UNAM. Con 30 años de experiencia en periodismo, se ha especializado en la cobertura religiosa, trabajando en Televisa S.A. y Televisión Azteca. En 1997, recibió el Premio Nacional de Periodismo del Club de Periodistas de México. Ha realizado reportajes en cuatro continentes, incluyendo coberturas significativas como el Jubileo del año 2000 en Roma, los funerales de Juan Pablo II, el viaje de Juan Pablo II a Tierra Santa y el Encuentro Mundial de la Juventud en Sydney. Fue Jefe de Prensa durante el VI Encuentro Mundial de las Familias en México. Además, ha colaborado en publicaciones como Época, Última Moda e Impacto, donde mantiene columnas sobre cultura religiosa. Ha escrito varios libros, entre ellos "El Agua del destino" y "Popocatépetl: Mito, ciencia y cultura". También es comentarista en programas de radio.