San Carlos Borromeo es uno de los santos de la Iglesia más mencionados por los historiadores, y es recordado como Arzobispo de Milán y como un gran reformista bajo el amparo del espíritu del Concilio Trento. Fue cardenal a los 22 años, designado el 31 de enero de 1560, aun sin ser sacerdote, por disposición del Papa Pío IV (1559-1565), quien era su tío por parte materna.
San Carlos Borromeo nació el 2 de octubre de 1538 en Arona, en el ducado de Milán, era hijo del conde Gilberto Borromeo y de Margarita de Médici. En otoño de 1552, cuando tenía 14 años de edad, se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Pavía, y en 1559, obtuvo el doctorado utorque jure, tanto en derecho civil como en el canónico.
Gracias a este parentesco con el Papa, San Carlos Borromeo se convirtió en Secretario de Estado, y bajo su administración quedó el Arzobispado de Milán y las legaciones de Bolonia, Spoleto y Ravena, la encomienda de las abadías de Mozzo, Folina, Colle, Nonantolla y otras más.
Cuando falleció su hermano mayor en 1562, se llegó a pensar que Carlos Borromeo se secularizaría para quedar como jefe de su noble familia; sin embargo, se hizo sacerdote el 4 de septiembre de 1563 y renunció a un cúmulo de privilegios que tenía. A partir de entonces, en su mente solo figuró el deseo de llevar una vida de santidad.
Al tomar la sede de Milán, ya consagrado como obispo el 7 de diciembre de 1563, emprendió una profunda reforma; organizó sínodos, apoyó el trabajo misionero de las órdenes religiosas y fundó tres seminarios mayores y tres menores, y cerca de 800 escuelas en donde seis mil nuevos sacerdotes formados bajo su guía enseñaban catecismo.
Las reformas emprendidas le trajeron enemistades entre laicos, clérigos y monjes, e incluso, tuvo un atentado; sin embargo, nada lo detuvo en seguir las directrices que emanaban del Concilio de Trento. La Arquidiócesis de Milán sirvió de modelo para que la Iglesia realizara otras reformas en distintas diócesis.
Entre otras actividades, se preocupó por la atención de los enfermos y moribundos, e incluso, los afectados por la epidemia de 1576, cuando para obtener recursos para enfrentar este mal, vendió algunas de sus pertenencias, atendió personalmente a los contagiados, Esta epidemia, que se prolongó durante dos años, es conocida como la peste de San Carlos.
San Carlos Borromeo falleció a los 46 años de edad, en Milán, el 3 de noviembre de 1584, y una gran multitud asistió a su funeral.
Sus restos reposan en la Catedral de Milán. Fue beatificado por el Papa Clemente VIII, el 16 de septiembre de 1602, y canonizado el 1 de noviembre de 1610, por el Papa Paulo V.