Descubre quién fue Marco Antonio Durando, pionero en la propagación de la fe, fundador de obras caritativas y guía espiritual de diversas comunidades religiosas.
Cada 10 de diciembre, la Iglesia recuerda al Beato Marco Antonio Durando, sacerdote misionero italiano cuya vida estuvo marcada por el anuncio del Evangelio, el servicio a los pobres y la formación de comunidades religiosas al estilo de san Vicente de Paúl. Profundamente humano y compasivo, su ministerio dio un nuevo impulso a la espiritualidad vicenciana en tiempos de crisis sociales y culturales.
Su deseo inicial era ser misionero en tierras lejanas, pero Dios lo envió a los pueblos humildes de Italia, donde realizó una obra de transformación espiritual y caritativa que continúa dando frutos.
Te recomendamos: ¿Por qué son importantes las misiones?
Marco Antonio Durando nació el 22 de mayo de 1801 en Mondoví, en la región del Piamonte, dentro de la influyente familia Durando. Su hogar estaba dividido entre la fe y las ideas liberales y agnósticas de su padre, mientras que su madre transmitía una profunda piedad cristiana a sus ocho hijos.
Esa fe materna despertó en Marco Antonio el deseo de entregarse totalmente a Dios. A los 15 años expresó su intención de viajar como misionero a China, por lo que ingresó a la Congregación de la Misión, fundada por san Vicente de Paúl.
A los 18 años emitió sus votos perpetuos y se dedicó a promover la recién fundada Obra de la Propagación de la Fe, establecida en Lyon en 1822. El 12 de junio de 1824 fue ordenado sacerdote.
Te recomendamos: Hábitos para ser un buen misionero con ayuda de los Santos
Aunque soñó con misiones lejanas, su verdadera misión se desarrolló en tierras italianas. Allí predicó las misiones populares, donde puso en práctica el anuncio del Evangelio unido a la misericordia.
Durando evitó los extremos ideológicos del laicismo y del rigorismo jansenista. En su lugar, predicó la misericordia de Dios, logrando atraer a muchas personas hacia la conversión.
Un cronista que lo acompañó en las misiones relató que la gente “se agolpaba para oírlo y estaba tan silenciosa y atenta oyéndolo como si fuese un único hombre”.
Su caridad no se limitaba a la predicación: también atendía directamente a los pobres y destinaba los recursos de la misión para alimentar a quienes vivían en extrema necesidad. Así, encarnaba el espíritu vicenciano de servir espiritual y corporalmente a los más vulnerables. De este modo, practicó las enseñanzas de San Vicente de Paul, sobre actuar espiritual y corporalmente en favor de los pobres.
Te recomendamos: Amar a los pobres es amar a Dios. Reflexión de Dilexi te del Papa León XIV
El padre Durando fue nombrado Visitador (superior provincial) de los misioneros vicencianos del norte de Italia. En 1855 fundó el Colegio Brignole-Sale, destinado a formar sacerdotes para las misiones ad gentes.
Ese mismo espíritu lo llevó a introducir en el norte de Italia a las Hijas de la Caridad, congregación fundada por san Vicente de Paúl y santa Luisa de Marillac, que estaba renaciendo tras los estragos de la Revolución Francesa. En 1855 las envió incluso a la retaguardia de la guerra de Crimea para cuidar a los heridos.
También promovió con fuerza la devoción mariana a la Medalla Milagrosa, de donde surgieron numerosas vocaciones. En apenas diez años nacieron 20 nuevas fundaciones con unas 260 integrantes.
El incremento de obras llevó al rey Carlos Alberto a entregarles el convento de San Salvario en Turín. Allí se desarrolló una amplia red de centros de caridad llamados Misericordias, atendidos por las Hijas de la Caridad y por las Damas de la Caridad. Debido a ello surgieron guarderías para niños pobres y talleres para jóvenes en riesgo.
Te recomendamos: Amar a los pobres para sanar el corazón del mundo
Durante 43 años, el padre Durando fue director y guía espiritual de los misioneros vicencianos del norte de Italia. Acompañó procesos de múltiples congregaciones religiosas, ayudando en la redacción de reglas y en la organización interna de comunidades.
En 1865 fundó, casi sin proponérselo, la Compañía de la Pasión de Jesús Nazareno, formada por jóvenes que no podían ingresar a otras congregaciones. Ellas se dedicaron a cuidar enfermos y moribundos en sus casas, servicio que con el tiempo produjo profundas conversiones gracias a la delicadeza de su trato y a su testimonio de caridad cristiana.
El Beato Marco Antonio Durando murió en 1880 y fue enterrado junto a las Nazarenas. Su causa de beatificación, iniciada en 1928, concluyó en 2001 tras el reconocimiento de un milagro atribuido a su intercesión.
En un mundo donde las redes sociales amplifican la confrontación, la polarización y hasta el…
El Papa León XIV visitó Turquía y Líbano para promover la unidad entre los cristianos…
La Iglesia recuerda el valor de la monogamia: una sola carne, una sola vida, un…
En 1791, ocurrió un accidente que pudo haber destruido la imagen de la Virgen de…
Residentes entrevistados por integrantes de la misión, señalan abusos de poder, aumento de precio de…
La Virgen de Guadalupe sigue siendo signo de unidad, esperanza y consuelo para los peregrinos…