Sabías que los nombres de las notas musicales fueron inventadas por un monje benedictino
Conoce qué monje benedictino inventó las notas musicales y qué más cosas hizo por la música ¡Aquí te lo contamos!
El nombre de las notas musicales se debe a un monje benedictino italiano llamado Guido de Arezzo, y la aceptación de su invento fue mundial.
¿Cómo inventó los nombres de las notas musicales el monje benedictino?
Este religioso utilizó un texto místico del siglo VIII llamado el Himno a San Juan Bautista atribuido a Pablo el Diácono, y fue usado en el siglo XI por este monje benedictino, quien utilizo la primera sílaba de cada verso, para dar nombre a las seis primeras notas musicales: ut, re, mi, fa, sol y la.
Siglos después, otro gran estudioso de la música, Anselmo de Flandes, dio nombre a la nota faltante, el Sí, y luego, en el siglo XVII, el musicólogo italiano Giovanni Battista Doni, cambió el nombre de la nota ut, por el do.
¿Qué dice el Himno a San Juan Bautista?
Ut queant laxis
Resonare fibris
Mira gestorum
Solve polluti
Labii reatum
Sancte Ioannes.
Esto se traduce: Para que puedan exaltar a pleno pulmón las maravillas estos siervos tuyos perdona la falta de nuestros labios impuros San Juan.
Guido da Arezzo también mejoró la escritura musical de su tiempo en un tetragrama sobre líneas horizontales paralelas, aunque sin duda, su mayor aportación fue por el nombre que dio a las notas, pues antes que él, durante la Edad Media, eran designados con letras del alfabeto: A, B, C, D, E, F y G.
La importancia de la música
Para la Iglesia, la música y el canto siempre ha sido importante porque forma parte de la liturgia y por esta razón, siempre ha dado un fuerte impulso a la creación de obras sacras en la que destacan autores de todos los tiempos y nacionalidades, por ejemplo, Bach, Hayden, Palestrina, Mozart, Beethoven, Schubert y Rachmaninoff, aunque este último era ortodoxo.
Hay obras que destacan por su belleza, armonía y profundidad, como son algunos himnos,
misas o piezas como el Ave María que abordaron distintos autores, e incluso, hay algunas arias de ópera que tienen una fuerte carga religiosa, como es el caso de Tannhauser de Wagner.
Fue, sin embargo, el Himno a San Juan Bautista, el que dejó para la posteridad el nombre a las notas musicales, que en el solfeo cotidiano de los cantantes, esta presentes como una oculta plegaria en todo tipo de música.
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