¿Cómo es Nicea, ahora Iznik, la ciudad donde nació el Credo?
Por siglos, İznik, antes Nicea, fue tan importante para la cristiandad como Jerusalén, Roma o Constantinopla.
Iznik es una ciudad de Turquía con unos 45 mil habitantes que, en tiempos del Imperio romano, llegó a ser un centro cultural destacado y un punto estratégico para el comercio. Se encuentra a poco más de dos horas por carretera desde Estambul, a unos cien kilómetros al sureste, en la ribera opuesta del mar de Mármara.
Sular çekildi, İznik Gölü'nde bulunan bazilika gün yüzüne çıktı https://t.co/DKqJ3WMXs2 pic.twitter.com/PUryjdYgqu
— Sputnik Türkiye (@sputnik_TR) September 21, 2021
¿Por qué Iznik es importante para el cristianismo?
La ciudad es clave para la historia cristiana porque fue sede de dos concilios fundamentales. El primero, el Concilio de Nicea, se celebró en el año 325. Cuatro siglos más tarde, en 787, la emperatriz Irene convocó el II Concilio de Nicea para enfrentar la crisis iconoclasta.
İznik también alberga la Basílica de San Neófito, un antiguo templo que reapareció en años recientes al emerger literalmente de las aguas del lago. Sus restos evocan el martirio, la tradición conciliar y constituyen un notable hallazgo arqueológico del año 2014.
En esta ciudad se proclamó la doctrina según la cual Cristo es “Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho”.
Respecto al santo que da nombre a la basílica, san Neófito fue un joven mártir de 16 años que murió en el año 303 tras negarse a ofrecer sacrificios a los dioses paganos durante las persecuciones del emperador Diocleciano.
¿Cómo es İznik?
Nicea —la antigua ciudad situada en la actual Turquía— fue fundada como Antigonia en el año 316 a.C. por Antígono I Monóftalmos, uno de los generales de Alejandro Magno. Posteriormente, Lisímaco de Tracia la renombró Nicea en honor a su hija.
La urbe pasó por manos selyúcidas en 1078 y se convirtió en capital del sultanato de Rüm. Regresó al dominio cristiano en 1097 y fungió como capital del Imperio de Nicea (1204-1261) durante la ocupación cruzada de Constantinopla. Desde 1331, bajo dominio otomano, adoptó el nombre turco de İznik.
Hoy forma parte de la provincia de Bursa. Aunque moderna, aún conserva tramos de las murallas que la protegieron por siglos y diversos restos arqueológicos que invitan a mirar su historia con respeto y asombro.
La ciudad se ubica en una fértil cuenca al extremo oriental del lago İznik. Puede recorrerse a pie en unos treinta minutos. El entorno ofrece vistas agradables hacia las serenas aguas del lago y hacia casas construidas en calles estrechas. La BBC describe sus viviendas con “balcones rebosantes de rosas y hiedra” y señala que incluso es posible llegar a la orilla opuesta del lago sin encontrar señales evidentes de que esta ciudad fue capital de los imperios bizantino y otomano.
Tras un antiguo terremoto, sobre un templo derrumbado se construyó una iglesia de estilo romano conocida como la Iglesia de los Santos Padres, erigida para honrar a los obispos que en Nicea debatieron sobre la naturaleza divina y humana de Jesucristo. Otro sismo, en el año 740, destruyó ese nuevo templo, dejándolo sumergido bajo el lago. Las ruinas comenzaron a observarse nuevamente hace menos de una década.
Desde 2015, se han realizado campañas de arqueología subacuática dirigidas por Mustafa Şahin, documentando muros, pisos y elementos litúrgicos, pese a la limitada visibilidad que provoca la vegetación lacustre, según reportó Vatican News.
¿Dónde está ubicado İznik, antes Nicea?
İznik se encuentra en el noroeste de Turquía, en la provincia de Bursa, a orillas del lago del mismo nombre y a unos cien kilómetros al sureste de Estambul.
Cerámica de Iznik
La cerámica de İznik es conocida en el mundo; fue una de las manifestaciones artísticas más destacadas del Imperio otomano entre los siglos XV y XVII. Aunque surgió inspirada en la porcelana china azul y blanca, los artesanos de Anatolia desarrollaron un estilo propio. Su producción incorporó colores novedosos para la época, como el turquesa, el verde, el morado claro, y más tarde el icónico rojo bole, exclusivo de los talleres de İznik.
Durante el siglo XVI, la cerámica vivió su época dorada gracias a la enorme demanda de la corte otomana, especialmente para azulejos arquitectónicos destinados a los edificios imperiales.
Hacia finales del siglo XVI la calidad disminuyó debido a problemas económicos, cambios en los patronazgos y el surgimiento de centros productores rivales. Aun así, İznik dejó piezas excepcionales que hoy se consideran un símbolo del arte otomano clásico.
Actualmente, aunque la mayoría de las piezas de cerámica fina se encuentran en museos internacionales, los azulejos originales de İznik siguen visibles en lugares emblemáticos de Turquía como la Mezquita Azul, la Mezquita de Rüstem Pasha, Santa Sofía y varias estructuras del Palacio de Topkapı. Su legado continúa influyendo en la cerámica turca contemporánea y es objeto de renovado interés artístico y académico.

